Review FastLane 2019

Review del evento especial de WWE FastLane, celebrado en Cleveland.

Review FastLane 2019

Sergio Esteban

11/03/2019 a las 18:26

KICKOFF:

New Day (Big E y Xavier Woods) vs. Nakamura y Rusev.

Enfrentamiento sin sentido, que no iba a ningún sitio, pero que aportó calidad al preshow. New Day volvieron a demostrar su sentimiento de pertenencia al grupo, ayudándose continuamente, haciendo una estrategia en común y salvándose mutuamente ante unos rivales que individualmente eran bastante superiores a ellos. Cada cual explotó muy bien sus cualidades, con un Xavier muy activo, realizando acciones ágiles y divertidas, aunque necesitaba de la contundencia de Big E para recuperar resuello ante los oponentes que tenía ante sí. Rusev se dedicó a emplear movimientos powerhouse que le hacían lucir como el más duro del combate, aunque estuvo algo lento en ocasiones para contrarrestar a sus escurridizos contrincantes. Y Nakamura fue el más equilibrado, pareciendo el más seguro, basando su ofensiva en la gran variedad de patadas que posee.

Un enfrentamiento entretenido y dinámico, al que el público reaccionó bien, pero que finalizó con un resultado que da cierta lástima. No por los ganadores, obviamente, ya que los faces consiguieron una buena victoria, ante dos hombres de prestigio. Sino por los heels, que parece que ya han pasado por sus mejores momentos en WWE y van cada vez hacia lugares más bajos. A estas alturas, podrían estar al menos en el midcard, pero están en el kickoff y siendo vencidos con limpieza por un equipo que tampoco es que esté en el punto álgido de su carrera. La irrelevancia de Rusev es un caso triste, ya que parece no poder enganchar y perdió la oportunidad (se la hicieron perder) cuando lo logró. Y lo de Nakamura, pues es un caso aún más perdido, porque ya ni se preocupan en cuidar su status. Aún así, no es para suspender la lucha, porque estuvo correctamente hecha.

Nota: 5

FASTLANE 2019:

Campeonatos por parejas de SmackDown.

The Usos (Jimmy Uso y Jey Uso) (c) vs. Shane McMahon y The Miz.

Correcto enfrentamiento, que no fue ninguna maravilla, pero mantuvo un ritmo adecuado, con un público muy metido en todo momento, apoyando a Mizanin. En esta ocasión se invirtieron los papeles que comúnmente tenía el equipo de Shane y Miz, siendo este último vendido como un wrestler más potente y no tan dependiente del hijo del mandamás. Los primeros minutos fueron igualados, con alternativas y dominio variado, pero cuando McMahon entró al ring se produjo un largo periodo de control de los samoanos. Era esperado el comeback del luchador local y en cuanto se dió, subió la intensidad de la pelea, dando lugar a una segunda fase del match bastante entretenida, con los típicos movimientos ágiles de los gemelos y la espectacularidad de los spots de Shane, como ese salto que impidió al vuelo un golpe de Jey.

Un combate más que digno, que cumplió como opener y que dejó a los Usos con unos campeonatos que merecen, ya que siempre rinden. Pero que se vió opacado por los hechos acaecidos en el post-match, donde vimos la traición que la mayoría esperábamos. Eso sí, tuvo el punto sorprendente de que fuera Shane el que realizó el turn, aunque también es comprensible elegir este escenario para amplificar el odio de una grada que estaba volcada con The Miz. El comisionado del show azul atacó a su ex-compañero y se encaró con el padre de este, en el inicio de lo que parece una clara rivalidad para WrestleMania. Una paliza que pudo haber sido más llamativa, pero considerando los pocos recursos de McMahon para lograr ese objetivo de una mejor manera, no estuvo mal.

Nota: 6

Campeonato femenino de SmackDown.

Asuka (c) vs. Mandy Rose.

Mediocre combate, ubicado en la peor zona de la cartelera y que confirmó el mal estado por el que pasa la división femenina de SD, sin Becky ni Charlotte. Asuka no lo hizo mal y tampoco sería justo criticar en exceso a Mandy, ya que intentó realizar su performance lo mejor posible y lucir a la altura pese a que el resultado era más que obvio. Fue resistente y tuvo momentos en los que consiguió estar a un nivel aceptable, siempre apoyada en Sonya Deville, pero en global, se nota que aún le falta crecer como luchadora y evolucionar para merecer estar en un match de este calibre. No realizó ningún botch grave, pero esa falta de fluidez y de continuidad que da la experiencia, le pasó factura en ciertos momentos, donde dependía de las acciones de una Asuka, que se veía un pelín frenada para adaptarse a las condiciones de Rose. De todos modos, se salvó la papeleta, aunque no de manera destacada y los pocos minutos que duró la contienda no se hicieron muy pesados.

En cuanto al desenlace, pues no benefició a nadie y únicamente vale para meter en la ecuación a Sonya, por su decisiva interferencia, aunque fuese accidental. Asuka venció con relativa facilidad, pero ante una enemiga despistada. Hubiera ganado de todas maneras y esta forma de hacerlo, tan anticlimática, no mejora la imagen de la nipona. Mandy, quedó medianamente protegida, pero tampoco estaba luciendo como superior a la Emperatriz, así que no queda muy bien, sino más bien como torpe al no fijarse en la ayuda de su compañera. Y Deville, pues probablemente comience una historia de desavenencias contra Rose, que no estaría mal si acaba por llevarla a ser la retadora de Asuka en WrestleMania. No tiene credibilidad para ello, pero viendo las alternativas que hay en el show azul, es la opción menos mala.

Nota: 4

Kofi Kingston vs. The Bar (Cesaro y Sheamus).

Difícil de calificar este segmento, ya que más que una lucha, se convirtió en una paliza para potenciar a la figura babyface querida por la gente. Kofi fue traicionado y lo que se suponía que iba a ser su inclusión en el match titular, terminó por convertirse en un enfrentamiento frente a dos hombres poderosos, como Sheamus y Cesaro. La trayectoria de los europeos está siendo bastante irregular en los últimos tiempos, pero aún mantienen esa fortaleza, que unida en una alianza a órdenes autoritarias, como brazos ejecutores, no sería una mala alternativa de futuro. Kingston lo intentó y tuvo algún destello de brillantez, pero el reto que tenía delante era enorme y más aún cuando el resto de New Day, que salía a ayudarle, fue neutralizado por Rusev y Nakamura.

Con todo ello, se consigue el objetivo que se intentaba lograr, es decir, dejar a Kofi como el pobre underdog que lo tiene todo en contra y en quien nadie confía de cara al magno evento, donde llegará su momento. La derrota, dadas las condiciones, no le afecta en nada y solo provoca empatía hacía su personaje. En cuanto a los heels, pues con este planteamiento no tenían mucho a ganar. Vencer a Kofi es lo normal, no los eleva y les origina poca gloria, excepto para reforzar su carácter rudo. Lo que si que habría sido una humillación terrible habría sido la derrota con una ventaja tan amplia, así que por lo menos, habrá que conformarse con que no hubiera un enterramiento. Un match bastante aburrido por ser un ataque prácticamente continuado y con poca gracia, pero bien ejecutado para avanzar en la storyline del jamaicano. 

Nota: 4,5

Campeonatos por parejas de Raw.

The Revival (Scott Dawson y Dash Wilder) (c) vs. Aleister Black y Ricochet vs. Chad Gable y Bobby Roode.

Lucha muy entretenida y en la que todos lucieron a un muy buen nivel. No solo los nuevos, sino los veteranos, que se adaptaron al ritmo de Ricochet y Black. Hubo muchos spots, pero con un sentido, bien implementados en el desarrollo de la pelea y con un sentido claro. Y una sorprendente fluidez, para ser una contienda limitada en la que siempre un equipo tiene que esperar en una esquina. Ese dinamismo fue creciendo y la intensidad metió en la pelea a un público que empezó algo frio, pero fue calentándose a medida que ocurrían acciones vistosas. Nadie destacó por encima de otros conjuntos y la sensación de imprevisibilidad fue de las más notables de la noche.

Individualmente, Ricochet aportó lo que siempre se espera de él. Esas acrobacias increíbles y esa rapidez a la hora de moverse por el ring, haciéndolo todo de una forma acelerada, pero divertida. Aleister, estuvo más pausado que su compañero, pero también arriesgó, mostrándose como un luchador sólido y con un buen futuro por delante. Roode pareció ser más secundario, sin ningún instante claramente reseñable, pero dando profundidad al match y controlando los tiempos. En su equipo, Gable si que se lució bastante más y demostró que merece otra cosa, pero sigue estancado en una zona que no hace honor a su calidad. Hasta fue el sacrificado que se llevó la cuenta de tres por parte de los campeones. Y Revival, ganaron, dieron una pelea más acorde con ser portadores de los cinturones que semanas anteriores, retuvieron de manera justa y convencieron, dando la impresión de que bien bookeados pueden ser unos monarcas más que interesantes. Pero claro, en el post-match perdieron toda la credibilidad, siendo objeto de los finishers de todos sus rivales, que quedaron por encima de ellos pese a no llevarse los títulos.

Nota: 7

Campeonato de Estados Unidos.

Samoa Joe (c) vs. R-Truth vs. Rey Mysterio vs. Andrade “Cien” Almas.

La mejor lucha de la noche, que hubiera sido aún más atractiva de no haber tenido un prólogo en el último SmackDown o de haber durado algo más de tiempo. Los cuatro explotaron al máximo sus cualidades y contaron una historia entretenida, salpicada por multitud de acciones vistosas que levantaron al público de sus asientos. Los mexicanos fueron los más espectaculares, con vuelos y llaves que requerían de gran habilidad, magníficamente ejecutadas. En especial hay que destacar a Andrade, que además de centrarse en atacar a Rey, como enemigo prioritario que es, también buscó a los demás, con inteligencia para alzarse con el cinturón.

R-Truth aportó solidez, tanto a la hora de vender el castigo recibido, como en la capacidad para enganchar con la grada en los pocos instantes muertos que se dieron. Imitó a Cena y no perdió la gracia en ningún momento, teniendo también una ofensiva decente cuando le tocaba hacerlo. Y Joe, pues volvió a ser la bestia contundente que nos tiene acostumbrados. No fue tan dominante como el martes y permitió más el lucimiento de sus oponentes, pero siempre mantuvo ese aura de monster heel agresivo que representaba peligro y controlaba la lucha en todo instante, pese a que a veces el ritmo era vertiginoso. Demostró ser un campeón convincente, capaz de hacer frente a adversarios de diferentes características, aportando prestigio a la correa. Era obvio que iba a mantener el cinturón, tras haberlo ganado hace tan poco tiempo y teniendo una rivalidad con Cena en el horizonte, pero por dinamismo, calidad, entretenimiento y riesgo, aunque el desenlace fuera muy previsible, este match merece la mejor nota de la velada.

Nota: 8

Campeonatos por parejas femeninos.

Boss´n´Hug Connection (Sasha Banks y Bayley) (c) vs. Nia Jax y Tamina.

Combate muy flojo, con una audiencia que apenas prestaba atención a lo que sucedía y que hubiera sido intrascendente de no haber ocurrido lo que pasó en el post-match. El ritmo fue lento en todo momento, algo comprensible por el tamaño de las heels, pero es que en ese contexto se hacían muy evidentes los fallos en los ejecuciones y hubo demasiados. Faltas de coordinación entre compañeras o con las rivales, falta de limpieza a la hora de golpear o recibir castigos y errores claros en la forma de manejar el tiempo de la lucha y saber lo que había que hacer. Entre las faces, Bayley aportó más velocidad y dinamismo, demostrando que su estado de forma es mucho mejor que el de Sasha. Estuvo más minutos sobre el ring y Banks, aunque intentó hacer cosas llamativas, se notó que aún arrastra molestias que lastran su rendimiento.

Respecto a las samoanas, pues Nia pareció menos contundente que en otras ocasiones, pero pese a ello es mucho más convincente que una Tamina que no tiene el nivel mínimo para aparecer en un PPV. Le cuesta realizar acciones básicas y no genera nada en el público. Lo más incomprensible de todo es que, además, el conteo fue sobre su prima y ella se marchó de la contienda derrotada, pero sin perder de manera directa. En el post-match, no me gustó que se devaluaran los cinturones, ya que Sasha y Bayley desaparecieron de la escena y todo el foco fue para Beth Phoenix y Natalya. Por solidez de Neidhart y por el cariño que le guardo a Beth, me alegra que volvieran a interactuar y tuvieran exposición, pese a ser masacradas por Tamina y Nia. Eso sí, sería preferible verlas ante otras rivales y no seguir dando relevancia a las samoanas, ya que Tamina aporta muy poco y Nia, con esta asociación, está perdiendo el interés que originaba.

Nota: 3,5

Campeonato de WWE.

Daniel Bryan (c) vs. Mustafá Alí vs. Kevin Owens.

Un gran combate, en el que hay que agradecer sobremanera los esfuerzos de todos para cambiar el ambiente negativo que había en la primera mitad de la lucha. El público esperaba que el último ingrediente de la triple amenaza fuera Kofi y trataron de sabotear el match, reclamando la presencia de su héroe. Hubiera sido más lógico meter a un heel que se llevara los abucheos que la grada dedicó a Alí, pero el árabe hizo una excelente demostración de calidad, que reconvirtió toda esa mala energía en aplausos. Su venta de castigo es maravillosa, como cuando se lanzó sobre la barricada y sus movimientos, típicos de un cruiserweight, son tan vistosos como bien ejecutados. Tremenda la labor de anoche, con una capacidad para transmitir y cambiar la opinión de una grada, aunque fuera en base a spots arriesgados y no tanto a la psicología.

Ese factor fue más usado por Daniel, que aprovechó cada momento para sacar su arsenal de recursos. Muy bueno en la lucha y en saber orientar la contienda hacía donde él desea, haciendo lucir a los demás y causando el odio de una grada que, aunque valora sus actuaciones, entra en la dinámica que el campeón propone. Y para terminar, un Owens al que en algún instante se le notó faltó de ritmo, pero que se adaptó perfectamente a la velocidad y al tamaño de sus contrincantes. Aportó contundencia, solidez y solvencia para llevar adelante una lucha complicada, sin ser el más destacado, pero colaborando activamente en multitud de spots. Dió fluidez y terminó por claudicar de manera indirecta, sin verse demasiado perjudicado. En general, gran nivel de lucha, enfrentamiento muy divertido y una reacción del público que deslució en gran medida el match, sobre todo en sus inicios, lo cual resta bastante a la performance en general. El resultado, tan obvio como justo.

Nota: 7,5

Becky Lynch vs. Charlotte Flair.

Ha habido tanto desarrollo en la rivalidad que las incluye, en su camino entrelazado con el de Ronda Rousey, que ha llegado un punto en el que la cuestión ha comenzado a decaer. La saturación de contenido ha alcanzado cotas inimaginables para las chicas hace no tanto tiempo y sigue siendo la historia más atractiva de las que hay en este Road to WrestleMania, pero parece que ya se ha llegado a la cumbre y ahora lo que queda va cuesta abajo. Y hay varios factores que han perjudicado mucho a este match, para hacerlo mucho menos interesante de lo que se preveía en realidad. El primero es la limitación física, sobre kayfabe, de Becky Lynch. Está bien que se venda su lesión para darle más épica y el limbwork que ejecutó Charlotte, pleno de coherencia y de odio hacia la irlandesa fue bastante decente. Pero es un recurso que cansa cuando se emplea en exceso, como la rodilla de Seth Rollins.

Por otro lado, el resultado estaba cantadísimo, pero hacer que el punto diferencial sea la aparición de Rousey, quita esa épica al personaje de Becky, ya que parece que ha acabado llegando a WrestleMania de rebote, por decisión de la campeona, cuando no debería ser así. Y la figura de Flair tampoco queda bien parada ante lo sucedido con Ronda, que se muestra como controladora de cada una de las situaciones que pasan. Y no es que sea un mal combate, ya que tiene su lógica, Lynch vende de manera medianamente creíble su lesión y Charlotte muestra un buen repertorio para incidir en la zona dolorida de la pelirroja. Pero entre lo predecible del resultado, la poca longitud del match y las limitaciones que hacen poco creíble cualquier ofensiva de Becky, queda una sensación agridulce en una rivalidad que parece estar haciéndose demasiado larga.

Nota: 5

Promo de Elias, AJ Styles y Randy Orton.

Segmento más propio de un semanal que de un PPV, pero que sirvió para certificar el match que se producirá en WrestleMania entre Styles y Orton. La aparición de Elias me dió algo de lástima, ya que con el potencial que tiene, parece que su papel ha quedado reducido a servir de catalizador en otras historias o rivalidades, siendo sacrificado para impulsar la imagen de otros en vez de la suya misma. Lacey Evans hizo lo de siempre. Mantuvo la importancia que parecen darle en estas semanas, pero volvió a pasearse sin hacer nada, lo cual ya está tornándose en aburrido. Y los verdaderamente relevantes, se implicaron de una manera impactante. Randy realizó un RKO clásico, pero siempre llamativo, ante el pobre Elias. Pero encontró la respuesta de un AJ que lució como un oportunista a la altura de su adversario, sorprendiéndole del mismo modo que The Viper suele emboscar a sus enemigos. Un planteamiento eficaz, sencillo y divertido, enfocando de buena manera la rivalidad, pero que podría haberse ofrecido en cualquier SmackDown.

The Shield (Roman Reigns, Seth Rollins y Dean Ambrose) vs. Baron Corbin, Drew McIntyre y Bobby Lashley.

Lo primero que hay que decir es que aunque Seth Rollins sea el retador al título Universal y Reigns esté de regreso, este enfrentamiento no tiene historia, ni se jugaban nada como para estelarizar el evento. Partiendo de esa base injusta, hay que reconocer que la pelea es bastante digna. Nada memorable, ya que podría haberse dado en un Raw tranquilamente, pero suficiente como mandar al público contento a casa. Se siguió el esquema típico en WWE. Una primera mitad de dominio heel, con castigos en base a la contundencia y la agresividad de los potentes villanos, frente a Rollins y Ambrose, sobre todo, que eran quienes más sufrían, ante la combinación de los rudos que unían sus fuerzas convenientemente. Hasta que los justicieros reaccionaron y la lucha aumentó de velocidad, con una consecución de grandes movimientos y nearfalls que igualaron bastante las cosas.

En la fase final, Roman fue el protagonista, combatiendo ante Corbin en el cuadrilátero, mientras los demás se pegaban por el pabellón, y realizando las ejecuciones más espectaculares, como la spear y la triple bomba (por partida doble), cuando todo el mundo retornó a la zona de acción. En el bando face, Reigns demostro estar en forma y es una alegría verlo a este nivel, pero da un poco de pena ver como Seth no está siendo bien llevado en su camino hacia WM, quedando como un secundario del samoano y hasta de Dean, por momentos. En el bando heel, Baron recibió el conteo, lo cual me parece una decisión correcta y Drew fue eliminado sobre una mesa, lo que hace suponer que lo consideraban el más fuerte del grupo. Pero claro, es imposible pensar en que les espera un buen futuro a corto plazo a cualquiera de estos hombres tras la derrota, por mucho que lucieran como unas alternativas convincentes al heróico grupo adorado por la grada.

Nota: 6,5

Valoración global.

Un show muy previsible, sin grandes sorpresas y en los que se pusieron unas bases evidentes de cara al magno evento. Hubo combates buenos, como la triple amenaza por parejas, el título USA o la triple amenaza por el WWE. Otros que cumplieron como el preshow, el main event y la lucha por parejas de SD. Y otros que estuvieron a un nivel más flojo, como todos los que involucraron a chicas durante la noche. El segmento de Kofi y la promo de Styles y Orton hicieron que estos wrestlers evolucionaran de cara al magno evento, pero no fueron wrestling como tal. Por un lado se hicieron cosas coherentes y de un nivel medio bueno, por otro se sintió como un evento prescindible y sobrante, que de no haberse realizado no hubiera supuesto ningún cambio, ante lo predecible que fue todo. Por lo tanto, aprueba, sin destacar.

Nota del show: 5,5

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