Review Monday Night Raw 4 de marzo de 2019

Review del show de esta semana de Monday Night Raw

Review Monday Night Raw 4 de marzo de 2019

Sergio Esteban

05/03/2019 a las 19:28

Promo inicial.

La equivocación de WWE es en muchas ocasiones pensar a corto plazo, en un momento puntual, sin elaborar nada detrás que respalde el impacto que se produce en un show. Lo estamos viendo en infinidad de ocasiones y este es un ejemplo más de esta política desorganizada. El regreso de Roman Reigns fue algo conmovedor y una noticia muy relevante. Más allá de la conveniencia y los intereses tras esta decisión, fue un punto de partida grande para construir algo potente. Y el comienzo de la promo de esta semana parecía ser positivo cuando dejó en el aire la actitud que iba a tomar respecto a Seth Rollins y su posición como retador al título Universal.

Pero nada más lejos de la realidad. A medida que pasaban los minutos, las alabanzas recíprocas y su amistad se reforzó y Roman terminó por pedir la enésima reformación de The Shield. No es que fuera un mal momento y podría tener coherencia desde el punto de vista de un hombre nuevo que ha superado su enfermedad. Incluso la audiencia respondió de buena manera a la solicitud de Reigns. Pero claro, la consecuencia es volver al mismo punto en el que estaban hace unos meses. Una reunión de los justicieros no impacta tanto porque ya es un clásico de nuestros días y ninguno se beneficia en exceso.

Si acaso Dean Ambrose, que vuelve a planos importantes, cuando si en teoría se marcha, debería desaparecer de ellos. El lunático salió al final del segmento y quedó por encima de sus hermanos sin hacer nada, ya que la decisión de volver a unirse a los faces dependía de él. Volvía a ser el hombre decisivo y el protagonista, al llevarse un guitarrazo de Elias y rechazar la ayuda posterior del arquitecto y el samoano. Reigns queda en una posición algo inocente, perdonando los desprecios de Dean a su leucemia y actos como la quema de la vestimenta del conjunto. Y Rollins, pues vuelve a parecer el escudero, el hermano pequeño y el secundario necesario, pero que no tiene el foco, cuando es quien debería estar siendo potenciado de cara a WrestleMania.

Finn Bálor, Braun Strowman y Kurt Angle vs. Bobby Lashley, Drew McIntyre y Baron Corbin.

Este combate es el paradigma de WWE en la actualidad. Heels interesantes, faces queridos y wrestlers capaces de atraer, pero que se ven inmersos en el mismo bucle una y otra vez, hasta cansar al espectador y dejarlo con la impresión de que está viendo siempre lo mismo. Hay variaciones pequeñas, como el atropello de Braun a Lio o la voltereta final de Lashley al aplicar su spear, pero realmente el esquema es el de siempre. Unos villanos que necesitan destacar por separado que siguen en una alianza aburrida y que devalúa bastante a sus personajes, frente a unos héroes que también quedan difusos en el batiburrillo en el que se encuentran.

Y el espectáculo no fue malo y el público estuvo metido, pero es que es lo mismo una y otra vez, sin avanzar demasiado en las rivalidades. Un reparto de victorias que en esta ocasión favoreció a los chicos malos, que apuntalaron su triunfo con una paliza en el post-match sobre Bálor. El que salió mejor parado fue Bobby, que venció además a su máximo enemigo de forma directa, en su cruzada por el IC, aunque esto parece indicar que no volverá a ostentar ese cinturón, al menos a corto plazo. Drew tuvo minutos al micro, metiéndose con The Shield, pero su actuación volvió a quedar diluida. Y Corbin, pues teóricamente es el más débil del grupo, por lo que es al que menos penaliza esta asociación.

En cuanto a los faces, Finn fue el sacrificado, posición que debería haberse llevado Kurt, pero es comprensible para así vender que Lashley tiene ventaja sobre él en su rivalidad individual. Strowman se mostró poderoso como siempre, como una fuerza dominante capaz de arrasar con todo pero que, como suele sucederle, quedó accidentalmente fuera de la lucha. Y Angle, pues debería ser quien pusiera over a los demás, pero obtiene las mismas reacciones o mayores que las de sus compañeros. Quedó protegido e hizo algún comeback más que digno, pero todo lo expuesto no justifica que siga encuadrado en peleas intrascedentes como esta, perjudicando aún más su maltrecho físico.

Natalya vs. Ruby Riott.

Rápido combate en el que se lució más Lacey Evans con su acostumbrado paseo en el post-match, que las propias luchadores que combatían. No es que fuera un squash, pero poco wrestling se vió, más allá de un par de buenas ejecuciones de la canadiense y de un conteo sorpresivo. Nattie es una wrestler sólida y no me parece mal que mantenga cierto status, pero su rivalidad con Riott Squad ya había terminado, por lo que era innecesario hacer que venciera a su líder y, además, con relativa facilidad. Su función es poner over a talento más joven y puede que lo haga con Lacey, pero su interacción con Ruby no ha servido para posicionar mejor a su rival.

Una Ruby que sigue en su típico vaivén, que es el destino de su grupo. Un día bien, al otro mal, al siguiente bien… y asi sucesivamente, en una secuencia que impide que tenga credibilidad. Tras ser humillada por Ronda, presentó batalla y parecía que podía demostrar más autoconfianza en este enfrentamiento contra Neidhart, pero apenas fueron dos minutos de lucha en los que no conectó demasiados golpes, pese a parecer que iniciaba bien la contienda. Fue medianamente protegida, al perder por roll-up y no rendirse ante su contrincante en tan poco tiempo como duró el segmento, pero su racha irregular va devaluando cada vez más a un personaje que tiene mucho potencial, pero nunca es bien aprovechado.

Evans, por su parte, provocó a Natalya y a los presentes e hizo lo de siempre para generar algo en la grada. Lo malo es que ya se ha visto tanto esta performance que lo que origina cada vez es menor y parece seguir estancada, esperando a que a alguien se le encienda la bombilla y decida qué hacer con ella.

Promo de Triple H.

En la parte positiva hay que destacar la maestría del Hunter a la hora de llevar un discurso adelante. Puede estar hablando media hora, ser serio, irónico, agresivo o emocional, que es capaz de vender una historia con pasión en cualquier circunstancia. Se le podrán reprochar mil cosas, pero el clima que es capaz de crear, micro en mano, es algo innato y que no puede compararse a lo que hacen compañeros de esta generación. Eso se lleva dentro o no se lleva. Consiguió realzar la historia y despertar interés por ver un match en WM que, teóricamente, no va a ser de gran calidad. Pero también hay que considerar los medios que utilizó en su promo para profundizar en su rivalidad con Batista.

Y ese motivo tuvo nombres y apellidos, Ric Flair (o Richard Fliehr, su nombre real para hacer todo más personal). Usó todo lo que tenía a su alcance para causar empatía en el espectador, citando momentos íntimos como sus bodas y sus problemas hospitalarios, además de instantes tremendos de su vida, diciendo que con 70 años y lo que le ha pasado, lo normal es que no estuviera vivo o nombrando el entierro de su hijo. Para muchos no será de buen gusto, pero es indudable que el factor sentimental y la carga del discurso es tremenda.

Además Ric, obviamente, estará de acuerdo en que todo esto se exponga en pantalla, al igual que Nattie cuando se usó la figura de su padre recientemente fallecido. Es la Era de la realidad y en la que impacta mucho más esto que un kayfabe falso enrevesado, por lo que considerando que había permiso, me parece una promo tan potente como llamativa y que da otra dimensión a la rivalidad. Por cierto, hubiera sido más lógico haber pensado en una historia con HHH heel y Dave face, donde ambos hubieran destacado más, pero el guion se está llevando bien, de momento, y no hay demasiadas quejas. Aparte, no se repiten los mismos roles de WrestleMania 21.

Gauntlet match.

Heavy Machinery (Otis y Tucker) vs. B-Team (Curtis Axel y Bo Dallas) vs. The Ascension (Konnor y Viktor) vs. Curt Hawkins y Zack Ryder.

Lo único positivo de que la división por parejas del show rojo esté tan mal es que se puede hacer cualquier atrocidad, que poco le importa a la gente. Tampoco es que fuera una tragedia lo visto anoche, pero en el aspecto creativo, el nivel de los equipos de Raw queda bastante en entredicho. La justificación para la lucha simplemente se fundamentaba en que había un sector de wrestlers que se reía de Otis en backstage, como se reflejó en un pequeño segmento previo. Así que se dió lugar a un gauntlet para que Heavy Machinery obtuviese su venganza. Bueno, más bien, Dozovic, que es infinitamente más protagonista que Knight en un conjunto muy desequilibrado. La verdad es que el hombre, con su estilo bizarro, con su contundencia física y con su capacidad para enganchar mediante lo cómico de algunas de sus acciones, no genera reacciones menores. Es capaz de mantener la atracción y tiene potencial para seguir creciendo. Tuvo una actuación estelar, muy por encima de la de Tucker, que fue una mera comparsa a su lado.

En cuanto a los derrotados, su status es tan bajo que tampoco supone un gran mérito para Heavy Machinery llevárselos por delante en un match de este estilo, ni aunque sea de forma rápida. B-Team apenas estuvieron unos segundos sobre la lona, siendo degradados hasta un nivel ínfimo, algo inexplicable cuando no hace tanto eran campeones de la división. Ascension, siguieron con su papel de jobbers, con algo más de resistencia, pero siendo también superados con facilidad en los momentos decisivos. Y Ryder y Hawkins, no solo fueron secundarios y perdieron con contundencia, como las parejas anteriores, sino que además dieron la sensación de haber perdido el favor del público. No es que fuera excesivo, pero tras su reencuentro podrían haber seguido una mejor trayectoria que ser otros más en la debacle de la división ante los novatos.

Dean Ambrose vs. Elias.

La promo de Elias, guitarra en mano, contra Philadelphia no estuvo mal. La música que tocó podía sonar repetitiva y monótona, pero entre sus desprecios, lo que había hecho antes con Dean y el soniquete que generó, fue calentando el ambiente hasta un punto reseñable. Increíble que con tantos vaivenes y repeticiones, su personaje siga generando las reacciones que tiene. A partir de ahí, dos hombres en vaqueros, peleando más por el honor que por otra cosa y demostrando que podrían estar mejor aprovechados, como el 90% de gimmicks del programa.

Hubo alternativas, fases de dominio marcadas, en las que el mayor control pareció ser para Ambrose y se implicó a la grada, con una buena gestualidad. Un enfrentamiento más que correcto y que entretuvo, pese a no ser demasiado largo, acabando con un conteo convincente por parte de Elias tras aplicar su finisher. La noche de The Drifter fue muy buena, sobre el papel, ejecutando un spot llamativo al principio de la noche y triunfando de una manera clara ante un enemigo relevante como Dean. Un Ambrose que volvió a caer en su performance usual desde que anunció su salida de la compañía.

Sin embargo, el momento más importante para Dean no sería el de verse inferior a Elias, sino lo ocurrido en el post-match, cuando Reigns y Seth salieron a pedirle que se reuniera con ellos. A nivel de guion, tras lo que ha hecho el lunático, no tiene demasiado sentido, así que trataron de vender a un Dean dudoso, por enésima vez. Rechazó la buena voluntad de sus ex-compañeros y se marchó por la grada, por lo que terminó por suceder lo que siempre ocurre. Un recurso tan antiguo como efectivo para la gente que puebla los pabellones. El ataque heel (si, de los de siempre) y la salvada de Ambrose para terminar de certificar el turn face, reformar The Shield y olvidar todo lo escrito en estos meses pasados. Una cosa es que funcione y otra que sea lo conveniente, porque a la larga esto es un estancamiento continuo y un reciclaje de lo mismo hasta la saciedad.

Sasha Banks vs. Tamina.

Este es un ejemplo de como querer igualar las cosas, repartiendo victorias para equilibrar los status de las más débiles con las más fuertes y conseguir el efecto contrario, hacer perder interés en quien venía con mayor impulso. Si la semana pasada parecía poco creíble la victoria individual de Bayley sobre Nia, esta semana lo es aún menos la de Tamina sobre Sasha. Es la combinación más desequilibrada por calidad y resulta muy forzado ver un bookeo de este estilo, aunque sea comprensible para no dejar a las samoanas como unas retadoras mediocres por los títulos femeninos de parejas.

Tamina venció, pero no convenció. Además de sus ejecuciones, poco limpias, no se la vió superior a Banks, excepto en los compases iniciales. SI no es por su prima, no habría ganado y es sorprendente que la elijan a ella para triunfar en algún combate, por encima de Jax. Sigue siendo la peor de las cuatro, a todas luces, pero es tratada como si supusiera una amenaza, siendo en realidad la que está destinada a llevarse la cuenta en el PPV.

Sasha, pierde ante una rival muy inferior. Si, siendo protegida por la intervención de Nia, que la molestó de un modo definitorio, pero perdiendo en tres minutos frente a la samoana más débil. Jax, se muestra como pieza fundamental de su conjunto, pero tras la derrota de la semana pasada y sin realizar ninguna interferencia brutal, va perdiendo poco a poco el aura devastadora que había conseguido en sus interacciones con Ronda o Becky. Y Bayley, pues fue intrascendente, rápidamente ninguneada por la enemiga a la que venció la semana pasada y luciendo como alguien sin mucho que decir ante las demás. En definitiva, que el duelo del domingo no es que despierte demasiado interés.

Campeonatos por pareja de Raw.

The Revival (Dash Wilder y Scott Dawson) (c) vs. Ricochet y Aleister Black.

El combate no estuvo mal, con un Revival tratando de dominar al principio, en base a la solidez y con castigos más clásicos, hasta que los chicos de NXT subieron una marcha y comenzaron una actividad frenética, llena de spots, sobre todo por parte de Ricochet, que desarboló a los campeones por completo. Todo parecía indicar que habría nuevos campeones, pero aquí llegó la interferencia de Gable y Roode, para provocar la descalificación y originar el brawl del final frente a los retadores, que se quejaron de las acciones que hicieron, que les perjudicaron claramente.

De todo lo acontecido, se pueden extraer conclusiones positivas y negativas. Lo mejor fue para los hombres recién llegados de NXT y para Chad y Bobby. Para los primeros porque volvieron a demostrar sus cualidades, conectaron con el público, lucieron superiores tanto en la pelea como en el post-match y, pese a no llevarse los títulos, acabaron el segmento reinantes en una pose muy teatral y vistosa. Tendrán más oportunidades a corto plazo. También me pareció adecuado el bookeo de Gable y Roode. Por un lado demuestran su molestia por no ser tomados en consideración para recuperar sus cinturones. Y por otro reconocen el talento de Ricochet y Black, prefiriendo atacar a Dash y Dawson y tener a unos campeones de menor nivel en su cruzada para reconquistar los títulos. Además, me parece una buena transición hacia una rivalidad entre estas dos parejas, lo que puede conllevar además del lucimiento de Rico y Aleister, un turn heel para Gable y Roode que les hacía mucha falta, sobre todo a este último.

Pero hay una parte negativa y son los damnificados de siempre: Revival. Son los campeones, pero lo que hacen es acumular derrotas, victorias por ayudas, ninguneos y sensación de que no le ganan a nadie legalmente. Las impresiones que están transmitiendo en su reinado no son buenas y son secundarios que parecen estar donde están por casualidad. Lógico si acaban marchándose, pero doloroso viendo la calidad que podrían explotar.

Promo final.

Tengo sentimientos encontrados con la performance de este segmento. La historia es muy buena, pero me da la sensación de que aún quedan muchas semanas para WrestleMania, se les está haciendo el camino un poco largo y están empezando a enrevesar las cosas de tal manera, que van a ir metiendo contenido cada vez más extraño que no le va a hacer bien a la rivalidad. Desde un principio, el Becky vs Ronda se vendía solo y han metido mil factores de por medio, que son impactantes porque las actuaciones de las implicadas son vistosas, pero que rozan la incoherencia en algunos casos.

Por empezar con Lynch. La irlandesa fue sacada del match titular hasta hacerse una revisión médica. La pasó y volvió a formar parte de la lucha, teóricamente, con lo cual podría haber dejado esas muletas que la limitan tanto. Pero fue sacada de nuevo de la lucha por Vince y suspendida. De pronto, se eliminó esa suspensión y se vuelve a contar con ella, pero no para retornar a su trabajo, sino para ganar una oportunidad titular en FastLane que ya había ganado en Royal Rumble. No hace falta todo esto para que la gente la adore. Pasamos a Charlotte que es la heel más reconocible de la historia. Pero no es quien actúa con más maldad, sino que en ocasiones parece un complemento desubicado. La agresividad de sus compañeras es mayor a la suya y debería verse más poderosa para generar odio. Es superada en brawls y tiene menos relevancia hasta que Stephanie en algún que otro instante.

Y Ronda, pues bueno, impone mucho y en su brawl de anoche mostró una rudeza que hizo recordar a la violencia que empleaba en UFC. Es muy atrayente, pero parece estar dando pasos hacía un turn heel que debería darse más adelante. Si la cosa ha funcionado es porque no se han forzado las cosas y hacerle virar a villana, aunque no sea malo a la larga, posicionando a Lynch de manera inmejorable, es un poco precipitado. Es un contenido muy atrayente, pero quizás demasiado denso para comprimirlo en un par de meses. Luego se quedarán sin ideas y repetirán storylines. Y no me quejo de esta rivalidad, pero tampoco es justo dar tantísima profundidad a esta historia y dejar otras abandonadas a su suerte.

Nota del show: 4

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