Por qué no voy a ir a Total Rumble 9

Pude hablar con el Amo de Madrid, le dije que sería un placer ir a Total Rumble 9 y pagar por ello; hoy, no puedo decir lo mismo

Por qué no voy a ir a Total Rumble 9

Aitor Munt

24/02/2019 a las 18:20

El 30 de Marzo es Total Rumble. El evento estrella de Triple W celebra su novena edición en Uñas Chung Lee, en el madrileño barrio de Moncloa. Con entradas a 12 y 25€ y la confirmación del aéreo combate entre A-Kid y Will Ospreay, la previsión de un gran evento es segura. Pero yo no estaré. En este artículo no pretendo menospreciar el trabajo y desarrollo de la empresa madrileña, sino, simplemente, aportar mi opinión de las cosas que se deben mejorar mediante una retrospectiva y explicar pormenorizadamente, qué decisiones (o falta de ellas) me han llevado a no tener interés en ir a dicho show.

He estado yendo de forma religiosa a cada show de Triple W desde Total Rumble 6. Aquel día, la victoria de Orión en una Total Rumble de 31 hombres y el precioso combate y final de la rivalidad entre Lukas Scott y A-Kid hicieron que me enganchase de manera absoluta al wrestling de Tabacalera y, en los dos años y medio posteriores, sólo he faltado a 4 shows por cuestiones de fuerza mayor.

En los restantes, ha sido un placer desgañitarme tanto a favor o en contra de los miembros de un roster que ha mejorado en calidad luchística año a año. Sin embargo, y tras la victoria de A-Kid sobre Orión en Total Rumble 7 tras un largo feudo que había durado todo el año y el comienzo de la temporada pasada, una sombra ha estado planeando sobre Tabacalera que ha ido poco a poco, mermando mis ganas de acudir. La sombra es la de la falta de historias. Repasemos las dos últimas temporadas en la empresa madrileña a través de los títulos del roster principal.

2017: Buen wrestling…y ya

Cuando el Niño Anónimo se coronó Campeón Absoluto, tuvo como primer retador a Ruky, quién había logrado ser aspirante en el último show de la temporada anterior. Fue un combate precioso que sirvió como pistoletazo de salida a un reinado en el que no hubo ni una sola rivalidad por el título. Elías en su Reto Abierto, Paolo en un Campeón contra Campeón decretado en el mismo show, Pimp Ross tras un torneo, Adam Chase (ahora Carlos Romo) nombrado retador en redes sociales y el inglés Zack Sabre Jr cayeron ante las poderosas superkicks y vuelos de A-Kid. Sin embargo, ninguno de ellos tuvo una historia más allá de subirse al ring y luchar. En resumen, desde Septiembre hasta Abril, no hubo ni una rivalidad, ni una historia propiamente dicha por el Campeonato Absoluto.

Del Campeonato por Parejas no hay mucho que decir, ya que estuvo durante casi un año en posesión de Los Amansaguapos y LatiNation, equipos de RIOT wrestling, hasta que en Tag Attack, B&B los recuperaron y, luego, los perdieron en Total Rumble ante los Radical Bikers, con los que iniciaron la única rivalidad que podemos llamar como tal de toda la temporada. Durante dicho año, los equipos de Triple W tuvieron distintos piques por ser los retadores.

Mientras, el Campeonato Hardcore se tornó 24/7 y dicha estipulación trajo algunas sorpresas y la que fue, la única verdadera historia que se desarrolló durante todo el año.

El resto de los luchadores importantes del roster estuvieron perdidos en el midcard durante todo el año. El despido de Triple W de Orión no se concretó en ninguna historia, ya que a pesar de ganar el Campeonato Hardcore y a su archienemigo Elvis Harrison, el primero apenas le duró y tras lo segundo, no volvió a tener apenas relevancia. El mismo Elvis, una vez perdió el título de Level One, perdió totalmente su protagonismo. Elías y Júpiter, a pesar de su popularidad, no vieron sus esfuerzos compensados con un título. Pimp Ross, tras haber sido retador al título, no volvió a hacer nada relevante en los meses siguientes.

Como ya hemos visto, en los títulos no hubo ninguna rivalidad, pero en la zona del midcard hubo un stable que se “apoderó” de los shows, Redención. Nacidos inicialmente como un grupo de enmascarados que interrumpía combates, luego se supo que estaban liderados por Alex Soul y más tarde, por Paolo, que era la mente maestra detrás de todo. Juntos, hicieron que Francesco Palazzo volviese a ser el brutal Viral y dominaron el Campeonato Hardcore durante todo el año, llegando incluso a ser todos campeones al mismo tiempo. Sin embargo, su importancia nunca llegaba a más, aparte de tener muchos encontronazos con Coajim Echevarría, nunca estuvo claro qué querían o por qué estaban juntos. Hablaban de “la pureza del wrestling” y de un ‘elegido’, pero sin concreción.

El gran problema que hubo con este stable fue que llegaron a monopolizar varios shows de la temporada con la fórmula de interrumpir combates y ser castigados por ello, cosa que llegó a cansar al público debido a su repetición durante cuatro o cinco shows. Al menos fue así hasta que, en el penúltimo show de la temporada, intervinieron en el combate por el Campeonato Absoluto, costándole la victoria a Romo. Acto seguido, A-Kid cogió la Reliquia Sagrada y se unió a ellos haciendo el doble turn. En el show posterior y último de la temporada, los Radical Bikers y B&B acababan su rivalidad por los títulos tag, Yunke conseguía el título Hardcore derrotando a Noah y, tras mucho insistir por una tercera oportunidad, Carlos Romo logró al fin derrotar al Niño Anónimo y coronarse como campeón face.

¿Podríamos decir que hubo “rivalidad” entre Romo y A-Kid? En mi opinión no. Si, hubo una saga de combates y la ambición del aspirante se sentía, pero tampoco hubo odio, no hubo promos donde mostrar un pique real entre ellos y la primera vez que Romo fue aspirante, se sintió muy frío ya que el anuncio llegó por redes sociales. No sólo eso. Romo no había ganado ni un solo combate durante toda la temporada ¿Acaso perder siempre te hace ser retador? A mi modo de ver una rivalidad debe transmitir e implicar al espectador, y esta, en mi caso, no lo hizo.

Luego está el tema de los turns. Si bien el de Romo era previsible porque el público de Tabacalera le ovacionaba cada vez que salía, el del Niño Anónimo quedó como algo muy repentino y sin explicación alguna ¿Por qué se unió a Redención? ¿Qué motivos te llevan a unirte a un stable del que has derrotado a su líder? ¿Era él el ‘elegido’? ¿Qué le hacía serlo? Con él al mando, ¿Qué objetivos tiene Redención? Muchas preguntas, pero ninguna respuesta clara. Y menos aún con lo que veríamos unos meses más adelante.

El resumen de la Octava Temporada de Triple W fue que, aunque el nivel in ring fue bueno (las defensas de A-Kid, Orión vs Ruky o el Ladder Match por el Maletín Top1 son los mejores ejemplos) y hubo grandes main events, no hubo historias más allá de la incógnita que fue permanentemente Redención, la rivalidad entre Radical Bikers y B&B, con la consecuente formación de Memphis Mafia y la saga de combates entre Romo y A-Kid. Se trajeron muchos luchadores extranjeros, y aunque estos ayudaron a que el nivel subiese y hubiese grandes combates, la falta de conocimiento del público de Tabacalera y la falta de información desde Triple W a través de redes sociales sobre quiénes eran esos wrestlers, hizo que sus apariciones perdiesen importancia. Personalmente y tras hacer balance, me quedó un sabor agridulce.

Nada ha cambiado esta temporada

El noveno curso de la empresa madrileña comenzó con las incorporaciones de Gravity Zero y Pol Badía, procedentes de la extinta Spanish Pro Wrestling. Aunque, sin duda, lo más destacable fue el anuncio, durante el segundo evento de la temporada, del primer show de pago de Triple W, La Hora de la Verdad, que se celebraría en diciembre en la sala Shoko de Madrid. Hablaré más tarde de dicho show, pero ahora nos centraremos en el camino que llevó hacia él:

Los primeros dos shows de temporada tuvieron la presentación de los nuevos miembros del roster, el desarrollo de la rivalidad de Utopía y los Radical Bikers, el inicio del enfado de A-Kid con Redención (sin un motivo claro), las defensas de Yunke y Carlos Romo ante Ruky y el irlandés Jordan Devlin respectivamente, el choque entre ambos campeones y el sorpresivo cambio de manos del Maletín Top1, que en un único show, pasó de A-Kid al recién llegado Pol Badía con Júpiter de por medio.

Semanas después, con los campeones haciendo equipo frente a Redención, A-Kid caía ante Pol Badía, que se consagraba como poseedor del maletín y futuro aspirante al Campeonato Absoluto cuando quisiese. Por su parte, Redención traicionaba a A-Kid tras su tercera derrota en los últimos cuatro combates.

Finalmente, en el show previo al gran evento, Yunke retuvo su título ante Noah y Utopía se consagraron al fin campeones tag en un combate extremo ante sus némesis, Radical Bikers. A- Kid fue apalizado por el miembro de Aussie Open, Mark Davis y acto seguido, Romo dijo que en La Hora de la Verdad irían juntos a por los títulos de parejas de la empresa británica Progress, lo que dejaba a las claras que o él no iba a defender su título o lo iba a perder. Para finalizar, Romo retuvo su título ante Júpiter y acto seguido, Pol Badía canjeó su maletín para alzarse como Campeón Absoluto de Triple W.

Bien, vayamos por partes.

Nada que objetar al bookeo de los tag y el hardcore. Bien llevada y acabada la rivalidad entre los Bikers y Utopía, al igual que el reinado de Yunke, con defensas sólidas y coherentes.

Es en el midcard/uppercard donde la cosa empieza a perder sentido. Pol Badía, un recién llegado, en tan sólo cuatro shows gana el título Absoluto de Triple W y llega al show más importante de la historia de la empresa y del wrestling español como campeón. Una persona que en el primer show del año fue recibida con cánticos de “¿Quién eres?” y al ganar el maletín tuvo bastante indiferencia, llega a lo más alto en tan sólo tres meses. Por otro lado, Ruky y Júpiter, favoritos de la fanaticada, con grandes reacciones babyface, pierden los tres primeros combates y, tras luchar entre ellos (anunciado como Combate de Perdedores), Júpiter gana y es retador al título con una única victoria.

Mientras, en el main event, A-Kid pasa de no haber perdido un combate en un año y medio (enero de 2017 ante Ricochet) a perder ante Romo, Badía y Mark Davis en tan sólo unos meses. Y el reinado de Romo, tras tanto pelear el año anterior, se queda como algo de transición. Finalmente, las dos grandes estrellas de la compañía y principales wrestlers, van al main event del evento más grande hasta la fecha por los títulos de otra empresa, dejando totalmente de lado el título que portaba.

Surgen muchas preguntas ante estos bookeos: ¿Está Pol Badía preparado, luchística (la falta de rodaje se le notó mucho en los primeros shows, aunque mejoró) y popularmente? ¿Para qué sirvió el turn de A-Kid y su unión a Redención si en tres meses todo eso había acabado y volvía a ser face? ¿Eso era todo para el ‘elegido’? ¿Qué va a ser ahora de Redención? ¿El reinado de Romo se queda únicamente con dos defensas? ¿Qué rumbo tomarán ahora Ruky y Júpiter ante tanta derrota? Bajando un poco más en el cartel, ¿por qué Elías, que la pasada temporada era uno de los luchadores preferidos del público está perdiendo un combate tras otro sin relevancia alguna en un tag con Gravity que no les aporta nada a ninguno de los dos? Además, nunca se han aclarado las ausencias de Paolo, Pimp Ross y Orión, tres grandes wrestlers a los que se echa de menos.

Ninguna de estas cuestiones tuvo respuesta en La Hora de la Verdad, show que, a pesar de tener un grandísimo nivel, no desarrolló ninguna historia. Nada más lejos de la realidad. El Campeonato Absoluto, título más importante de la compañía, fue defendido antes del descanso. Yunke derrotó a Trashman, quién hizo un retorno One Night Only, Ruky no ganó su divertido combate ante Martina. Júpiter, estrella en ascenso, volvió a perder, esta vez ante Jordan Devlin en el retorno del irlandés y los dos grandes exponentes de nuestro wrestling cayeron en el main event del evento más grande del wrestling patrio ante un equipo extranjero.

Finalmente, los dos últimos shows de lo que va de temporada, uno ha sido prácticamente “fuera de canon”, ya que la visita de Papá Noel y los regalazos que trajo, no han tenido importancia en el desarrollo de la temporada, y el otro show ha sido un primer acercamiento a Total Rumble, con la defensa de Pol Badía del título y un combate por ser aspirantes a un título de Tríos de Level One del que no se ha anunciado su creación previa.

En total, se han realizado 7 shows, más uno de una Level One que ha caído por completo en el olvido en el cual, el título de dicha marca cambió de manos sin mayor relevancia, de los cuales 2 de ellos han sido “fuera de canon”, ya que si no se hubiesen realizado, nada habría cambiado. Y lo más grave es que uno de ellos fue La Hora de la Verdad.

Llegados a este punto, me es obligatorio recordar las palabras de Zayas hace un año, en Total Rumble 8. Zayas dijo, en el que era su regreso tras casi un año, que la Total Rumble de este año se haría en un lugar más grande, con más medios y gran capacidad. No pude sentir otra cosa que no fuese alegría, y cuando, unos minutos más tarde, pude hablar con el Amo de Madrid, le dije que sería un placer ir a Total Rumble 9 y pagar por ello. Hoy, no puedo decir lo mismo.

Hay razones para ir, sin duda. Va a ser un evento magnífico, que viendo lo bien que salió La Hora de la Verdad, está claro que este va a ir por los mismos derroteros. Will Ospreay es uno de mis luchadores preferidos y la posibilidad de verle de cerca es algo genial, más aún contra A-Kid.

Pero hay muchas razones para no hacerlo. Y que sea de pago no es una de ellas, como algunos podrían pensar. Pagar por la calidad es coherente, como ya se vio en La Hora de la Verdad, pero las sensaciones que llevo arrastrando desde hace un año y medio y que he plasmado en estas líneas me dicen que no vamos a tener toda la calidad que cabría. Vuelvo otra vez a la falta de historias.

¿Por qué viene Will Ospreay? ¿Qué motivo tiene para querer luchar ante A-Kid? ¿No sería más coherente que, como ya hicieron Angélico o Sabre Jr, luchase por el título? Cuando vino Ricochet, al menos, se puso en juego quién lucharía ante él. ¿Quiénes van a luchar por los títulos de parejas? ¿De dónde sale el título de Tríos? ¿Qué hay del Hardcore? Estamos a mes y medio para la celebración del evento más importante del año y sólo hay dos combates anunciados, siendo uno la Total Rumble, y no hay previsión de que se vayan a dar más shows entre medias, por lo que el “road to Total Rumble” está quedando totalmente descafeinado, a diferencia del año pasado, en el que la cartelera estaba cerrada semanas antes de que llegase el show. Entiendo que, como ya anunciaron por redes sociales, se ha tenido que cancelar un show por causas ajenas a la empresa, pero son muchas incógnitas sin resolver.

Falta mucho por mejorar

Triple W ha crecido mucho en los dos últimos años. Desde la llegada de Ricochet hasta el día de hoy, la empresa ha crecido en calidad y en relevancia fuera de Madrid gracias a la salida del On Demand. Aspectos como la llegada de luchadores extranjeros ha dado visibilidad al producto fuera de nuestras fronteras (las 5 estrellas de Dave Meltzer así lo demuestran) y no hay visos de que eso vaya a parar. Pero el apartado en el que sin duda, más se ha crecido ha sido el de la calidad in ring. El esfuerzo de luchadores como Júpiter, Elías o los miembros de Redención por ponerse a la altura de los Paolo, A-Kid o Ruky ha sido palpable y ha dado pie a ver grandísimos combates. Ojalá esto no cambie en el futuro.

Sin embargo, tras hacer el análisis pormenorizado de lo ocurrido en éste último año y medio, me temo que hay más contras que pros:

  • Falta de historias. Vuelvo por última vez a esto ya que me parece el punto más mejorable y en lo que más flaquea Triple W. Esta temporada, exceptuando la rivalidad Utopía-Bikers, y que A-Kid ha vuelto a ser face por algún motivo sin concretar, no ha ocurrido nada en el apartado creativo. La falta de rivalidades, promos y piques reales en los que se sienta que los luchadores muestran sus sentimientos contra otros o qué les motiva a realizar ciertas acciones es totalmente necesario para mejorar el producto. Desconozco si estas historias se desarrollan en vídeos en el sistema On Demand ya que, en mi caso, al ser madrileño, no he adquirido este servicio debido a que puedo ir sin problemas a cada show. En caso de ser así, aquellos que no lo consumimos, no llegamos a los shows con toda la información. La falta de esto, nos lleva al siguiente punto.
     
  • Retadores sin credibilidad. En el reinado de A-Kid está la prueba de que aunque seas retador al título, puedes no transmitir aura de campeón. Todos aquellos que se enfrentaron a él dieron grandes combates (las 5 estrellas de Dave Meltzer ante el inglés así lo demuestran), pero ninguno de ellos se sintió realmente especial. No dio nunca la impresión de que el rival quisiese el título de la manera que lo había ansiado el propio campeón las anteriores temporadas ni odio entre los contendientes. Todos ellos parecían rivales de transición, fríos, sin apenas credibilidad más allá del momento de popularidad en el que se encontrasen. No se sentían grandes momentos ni pareció en ningún momento que pudiesen quitarle el título a A-Kid, salvo, quizás, Zack Sabre, quién llegaba con un bagaje espectacular en Japón unas semanas antes. Otro aspecto a mejorar sin duda en los próximos meses.
     
  • Educar al público. A pesar de haber un gran nivel in ring, el público que va a Tabacalera a ver los shows está formado, en gran medida, por casuals. Esto no es malo en absoluto, pero quizás, la falta de historias hace que no todos los que van, se queden. Todos los que vemos wrestling empezamos porque lo que pasaba sobre un ring nos parecía alucinante, pero si nos quedamos, fue por las historias y las rivalidades.
     
  • Explicar quiénes son los imports. Traer luchadores extranjeros es una gran medida, pero si el público no los conoce, no cambia nada. Utilizar, como en el caso de Jordan Devlin, las redes sociales para informar de quiénes son dichos wrestlers y, sobre todo, dónde se les puede ver, implicaría mucho al público en los combates más grandes.
     
  • Aclarar decisiones creativas. Que A-Kid hiciese un turn heel a finales del año pasado para volver a ser face es algo que necesita una explicación a través de una promo. La creación de nuevos títulos como el nuevo de Tríos o el nombramiento de retadores a los campeonatos es algo que tiene que tener un peso y aclaraciones, ya que si no, todo queda muy frío y sin sentido.


Esta es mi reflexión sobre la situación actual de Triple W. Espero de corazón que los motivos por los que no voy a ir a Total Rumble hayan quedado claros y que lleven a la reflexión de todos los que queremos a Triple W y queremos que mejore, al igual que espero que nadie se ofenda y que pueda debatirse sobre ello. Estaré encantado de hacerlo.

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