Review Royal Rumble 2019 (parte II)

Review del evento especial de WWE Royal Rumble, celebrado en Phoenix.

Review Royal Rumble 2019 (parte II)

Sergio Esteban

28/01/2019 a las 16:31

Royal Rumble match femenino.

Un combate multitudinario y tan largo es difícil de analizar, pero hay que intentarlo. A nivel global, no se puede decir que fuera una lucha decepcionante, porque tampoco se esperaba algo grandioso, pero si que dejó la sensación de que no se aprovechó al máximo el potencial con el que se contaba.

Por empezar con la ganadora, es casi imposible no alegrarse por el triunfo de Becky Lynch. Es un merecido reconocimiento, casa a la perfección con su personaje y cualquiera de las decisiones que tome de cara a WrestleMania está justificada. Me pareció bien que apareciera y añadiera incertidumbre a la lucha en los compases finales, aunque es cierto que telegrafiaron su entrada con la lesión previa de Lana. Me gustó el instante en el que pidió a Finlay su entrada a la batalla, pero lo hubiera extremado más, haciendo que golpeara a su compatriota o algo así.

Y lo que ya no me gustó tanto fue el excesivo drama que se le dió a su forma de ganar. Venía de una pelea previa, estaba medio lesionada tras los brutales ataques recibidos por parte de Nia y casi sin poder ponerse en pie venció a una Charlotte que pecó de sobrada en el desenlace del choque. Entiendo que exagerar tanto las cosas aumenta el interés del aficionado y se vende una historia bien planteada, pero creo que hubo una sobreactuación que quedó poco creíble. Indirectamente, además, se perjudicó a una Charlotte que también merecía esa victoria y se le escapó de una manera tan irónica como a Orton le pasó en el 2006 con Mysterio en una situación similar. Aún así, The Queen volvió a brillar por encima de las demás y demostró su solvencia en el desarrollo del combate, antes de que saliera Becky. 

Y es difícil destacar a nadie más en el combate. Hubo actuaciones interesantes, como la de Nia en plan gigante destructora y su interacción con Lynch o la de Bayley, intentando volver a donde un día estuvo y codearse con las grandes. Performances sólidas, como las de Natalya y Ember, que aguantaron bastante minutos y lucieron bien. Y piques reseñables, como el de Mandy con Naomi o el de Nattie con las componentes de Riott Squad. Pero faltó mucho contenido y no hubo verdaderas sorpresas que llamaran la atención. Xia Li, Io Shirai, Kacy Catanzaro o Candice LeRae son personajes interesantes, pero que aún no despiertan el suficiente interés como para elevar el nivel de la contienda.

Como sorpresas también se puede considerar a Maria Kanellis, que me parece que no hizo nada llamativo, más allá de una patética interacción con Alicia Fox y Rhea Ripley, que de todas las nuevas, fue la que pareció impactar más, ya que Kairi Sane es más conocida. Alexa me decepcionó un pelín porque no tuvo demasiado protagonismo, cosa que si le sobró a una Lacey Evans que lució muy bien. Otras pasaron sin pena ni gloria, como Carmella, Dana Brooke, Mickie, Tamina o Sonya. Y los equipos resultaron bastante perjudicados. Ilconics tuvieron una actuación mediocre por enésima vez y Riott Squad no fueron nada convincentes. De hecho, Liv salió expulsada a las primeras de cambio y Logan no aguantó mucho más. Luego intentaron ayudar a Ruby, pero me resultó un poco anticlimático que lucharan tanto por ella y tan poco por si mismas.

Y en la parte cómica, me gustó la forma de salvarse de Ember Moon al estilo Kofi, la gestualidad vistosa de Nikki Cross en cada instante y me resultó un poco extraña la secuencia entre Zelina Vega y Hornswoggle. No es que molestara y tuvo su gracia cuando apareció el duendecillo de improviso, pero creo que Zelina podría haber hecho algo más.

Nota: 5

Campeonato de WWE.

Daniel Bryan (c) vs. AJ Styles.

Casi siempre pasa. El combate posterior a un instante de celebración en el que todo el mundo ha gritado hasta quedarse sin fuerzas, suele tener a la grada apagada recuperándose de las emociones vividas. Y este match no fue una excepción a esa regla. Y eso que el combate a nivel técnico fue bastante bueno, con multitud de detalles de calidad, pero le faltó la electricidad necesaria para enganchar a los fans.

Bryan mantuvo muy bien su personalidad de heel odioso con una gestualidad imponente y unos ataques con mucho sentido, al brazo de Styles y sobre todo a su cara, hasta hacerle sangrar. Era la zona donde aplicaría su finisher, así que estuvo bien pensado. También lo estuvo el limbwork del retador a la pierna del campeón para evitar su patada final y poderle hacer el Calf Crusher. Pero aunque las pretensiones eran buenas, en ningún momento el match dió el salto de calidad esperado hacia una acción más dinámica. Parecía que estaban preparando algo durante muchos minutos que no llegó. Porque lo que llegó fue uno de los finales más anticlimáticos que recuerdo y que ensució lo poco bueno que se estaba viendo.

Erick Rowan apareció no se sabe muy bien a santo de qué y ayudó de manera decisiva a Bryan a retener su cinturón. La ejecución del desenlace fue mala, ya que la salida de Rowan no generó casi nada, la patada al árbitro fue previsible, el finisher de Styles innecesario y el ataque del heel que estaba en ringside sobre AJ muy poco convincente. El sentido de que Bryan tuviera que apoyarse en otro hombre para ganar, le quita credibilidad, sin dársela tampoco a un Styles que acabó siendo derrotado y mostrándose poco resistente a un castigo tan poco imponente como el de Erick. Y la elección de Rowan como ejecutor, carente de sentido porque es alguien que no impacta nada, ni por si mismo, ni como guardaespaldas de Daniel.

En definitiva, un final muy malo para un combate que no fue horrible, pero si mediocre, en comparación a las expectativas que había originado. Ni la posición en la cartelera, ni el desarrollo, ni el final estuvieron a la altura, pese al planteamiento interesante que se parecía estar haciendo en los primeros minutos de la contienda.

Nota: 3

Campeonato Universal.

Brock Lesnar (c) vs. Finn Bálor.

Entretenido enfrentamiento, con una estructura previsible y un resultado lógico, aunque el desenlace pudo haber sido más atractivo. Desde el comienzo se vendió la lucha como toda la rivalidad, es decir, incidiendo en la enorme diferencia física de ambos y en el papel underdog de Bálor. El irlandés, consciente de ello, se aprovechó de la también previsible autoconfianza de Lesnar para lanzar una ofensiva muy bien ejecutada y bastante creíble. En un principio parecía que era imposible dañar la resistencia del campeón, pero la constancia y la continuidad en ataques, cada vez más potentes, fueron metiendo al público en el combate. Finn fue un digno enemigo y conectó con los fans, enganchando a la audiencia pese a lo básico y repetido de la historia que se estaba desarrollando.

Pero el problema, para mí, estuvo en la forma de finalizar el segmento. Y es que toda la credibilidad de Finn quedó en entredicho ante la poca resistencia que tuvo a la sumisión de Brock. Aún así, es comprensible, pese a todo, que la bestialidad de esa llave pueda vencerlo sin que hubiera recibido un castigo previo notable. Pero lo que era innecesario fue el post-match en el que se llevó una paliza que hace olvidar su buen hacer frente a la Bestia, durante la contienda. Ni siquiera beneficia a Lesnar, ya que le da una impresión de poderío y brutalidad, pero en un momento que no vale para nada, solo por extremar su condición de villano.

Podría haber hecho eso mucho antes, a modo de squash, lo cual no hubiera sido bonito, pero si más coherente con la línea argumental que se vió en ese cierre. O mejor aún, haber realizado ese ataque antes de la llave de rendición, para que la resistencia de Bálor se viera fortalecida salvándose en algún nearfall y haber ofrecido algún minuto más de pelea, ya que la lucha se quedó algo corta de longitud. En definitiva, que todos sabíamos que la apuesta era Brock, que iba a retener con contundencia y que el entretenido match que habían ofrecido era suficiente para contentar a todos, en vez de exagerar el aura de Lesnar machacando al pobre Finn.

Nota: 6

Royal Rumble match masculino.

Al igual que la batalla real femenina, este match es muy complicado de analizar, pero se tratara de evaluar y comprender cada una de las situaciones. Como espectáculo global, hay que decir que fue decente. No es que sea el mejor Royal Rumble de la historia, pero si que hubo momentos en los que se vieron acciones vistosas y secuencias coherentes. Aunque también hubo otros instantes muertos y que no ofrecieron lo que la mayoría del público esperaba.

Individualmente, empezaremos el análisis por los finalistas. Era previsible que Rollins y Strowman se jugaran el triunfo porque se presentaban como grandes favoritos al combate. Ambos estuvieron bien y parecieron creíbles, teniendo, sobre todo Seth, el apoyo del público. Pero ambos abusaron de la típica estrategia de WWE para añadir dramatismo y hacer más épicos este tipo de finales. Los dos pasaron largos minutos fuera del ring, supuestamente doloridos y dañados para continuar en el combate. Es un recurso tantas veces utilizado que más que dar valor por levantarse ante el dolor, lo resta por el descanso que tienen. Rollins, pese a ello, es un digno ganador y me pareció justa su victoria, mientras que Braun tuvo una buena performance y más viniendo de lesión, aunque me esperaba una aparición más arrasadora aún.

Los hombres de segunda fila tuvieron una gris actuación en general. Y es que todos ellos tuvieron sus instantes de lucimiento, pero fueron eliminados lejos del final y por enemigos inferiores o en situaciones poco heroicas. Joe por Mustafá Alí, Drew por Ziggler, Ambrose por Aleister y Lashley por Rollins, que aunque tenía más status que él, lo despachó en unos segundos de lucha. Ninguno de los cuatro destacó en exceso, si acaso un poco más Samoa y se quedaron lejos de lo que prometían. Sin embargo, hubo una tercera fila de outsiders que si que rindieron bien, teniendo momentos relevantes y siendo importantes en alguna fase. Veteranos como Orton y Mysterio, que levantaron al público con la interacción con Nia, Ziggler, que aguantó hasta los minutos decisivos y jóvenes que tuvieron sus minutos de gloria, como Andrade con su performance en general, Elias con su inicio protagonista o Mustafá eliminando a Joe.

En cuanto a las sorpresas, pues la verdad es que fueron una decepción. Los integrantes de otros rósters como Gargano, Black o Dunne estuvieron bastante bien y demostraron que pueden mezclarse adecuadamente con el resto de luchadores. Se les notaba desubicados a veces, pero no desmerecieron para nada al nivel global de la pelea. Eso sí, las sorpresas externas no estuvieron a la altura. Jeff Jarrett no causa apenas expectación, comparado con otras leyendas que podrían haber salido en el match y la aparición de Nia Jax no gustó a casi nadie.

Y es que está muy bien que sea heel, que reciba golpes de hombres y que tenga una actuación como la que tuvo. Pero al igual que le pasó a Mysterio hace años con el número 30, cuando la gente esperaba a Bryan, toda la grada quería, en ese momento, ver a una sorpresa de mayor calado atacar a R-Truth (específicamente a Kenny Omega). Un nuevo fichaje o gente de calidad que no apareció, como Wyatt, Zayn u Owens. Tampoco es que fuera una novedad ver a Jax en la Rumble masculina, tras la entrada de varias mujeres en el pasado y no llegar hasta el final en la Rumble femenina previa.

Y para finalizar, la parte cómica no me pareció tampoco excesivamente llamativa. Esperaba más de Titus O´Neil, cuya entrada no valió para nada, como la del pobre No Way José. La salvada de Kofi no estuvo mal, pese a estar lejos de las que hacía antaño, pero lo que si me sobró es que entraran los tres hombres de New Day. Y Hawkins tuvo un buen momento que demostró que está over con la grada, pese a su nivel. De los demás, poco que decir, con un Jeff Hardy bastante olvidable, un Nakamura que aún no sé porqué entró con más privilegio que nadie y un Baron Corbin que hizo muy bien su papel, eliminando a gente y cayendo mal. Mahal salió para hacer la gracia con los Singh, Angle tuvo buenas reacciones y Shelton algún que otro spot divertido. En definitiva, un Rumble en el que no hubo nada muy malo, pero tampoco nada excesivamente bueno.

Nota: 5,5

Valoración global.

Pues en general no es un mal evento. Hubo luchas de buena calidad, como las dos titulares femeninas y la de los cruceros. Combates que cumplieron, como el UC, el USA o el de parejas de SmackDown. Pero también algún que otro lunar como lo sucedido en el combate por el título de WWE. Quizás por la posición, por el desarrollo y, sobre todo, por el final, quedó muy deslucido respecto a lo que podría haber sido. Pero la mayor parte de las miradas de este evento siempre se centran en las batallas reales. Y ambas estuvieron en un tono gris, con buenos momentos y otros completamente irrelevantes. Ni superan las expectativas, ni decepcionan del todo, quedándose en el limbo, en un nivel medio, mejorable, pero que tampoco es una tragedia. Un poco mejor la batalla masculina para mi gusto, aunque le faltó emoción, chispa, sorpresas… algo. Y la femenina, pues salvada por la emoción del final, pese a que se exageró demasiado, pero con un desarrollo bastante irregular hasta el último tramo del match.

Nota global del show: 6

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