Review Monday Night Raw 31 de diciembre de 2018

Review del show de esta semana de Monday Night Raw

Review Monday Night Raw 31 de diciembre de 2018

Sergio Esteban

01/01/2019 a las 17:02

Combate en jaula de acero.

Dolph Ziggler vs. Drew McIntyre.

Muy buena lucha para comenzar el show. Una de las políticas que parece haber impuesto la directiva para reflotar Raw es ofrecer luchas diferentes, con estipulaciones y atractivas, también en los programas semanales. Es una alternativa que le puede quitar importancia a esas luchas especiales, al hacerlas comunes, pero que tienen sentido en un contexto como en el que se enfrentaron Ziggler y McIntyre. La historia lo ameritaba y el desarrollo de la pelea, potenció los caracteres de ambos.

Dolph estuvo huidizo desde el comienzo, sabiéndose inferior y tratando de escapar de la jaula, no solo para ganar, sino para no estar en esa situación con Drew. El escocés, pese a tener sus altibajos durante la contienda, presentaba una motivación muy diferente, queriendo provocar el duelo directo y siendo contundente, cebándose cada vez que podía con Ziggler. A medida que pasaban los minutos las cosas se fueron igualando. Ziggler dominó usando la jaula y la inteligencia a su favor, en la fase media del combate y el heel sufría, hasta que volvía a retomar el control. Un match con partes muy marcadas y diferenciadas, pero en el que se vió buen wrestling. No solo por los spots obvios, entre los que destacó un superplex espectacular, sino por la fluidez de las acciones, las transiciones y la credibilidad con la que ambos actuaban.

En cuanto al resultado, pues fue el que debía ser y posiciona a Drew como un oponente temible. No solo por su triunfo, sino por su actuación en el post-match que dejó clara su personalidad dura y sus evidentes objetivos. Venció y convenció, pese a sufrir en una fase en la que fue inferior a un combativo Dolph. Un Ziggler que ha tenido protagonismo, sus instantes de lucimiento y que ayer terminó mal, pero es normal sabiendo que su función en esta rivalidad es la de poner over al escocés y mostrarse como un oponente digno, pero que no estaba a la altura de la potencia de McIntyre.

Promo de Seth Rollins, Triple H y Shane McMahon.

Ejemplo de como hacer bien una promo, para dar buenas sensaciones a la audiencia, cuando el contenido no es objetivamente nada convincente. Si analizamos punto por punto, nada de lo que se dijo era demasiado atractivo. La crítica de Triple H a Rollins, diciéndole que se había relajado y quería conseguir que volviera a la senda que llevaba cuando compartieron minutos en el pasado, como heels, está bien, pero no deja de ser una reedición de lo visto hace una semana en SmackDown con Vince y Styles de protagonistas. No fue exactamente igual, obviamente, pero el fondo era similar.

Tampoco es demasiado atractivo el hecho de eliminar las cláusulas de revancha por los campeonatos, ya que aunque a veces es engorroso, en la mayoría de casos son duelos que la gente espera ver. Y, para finalizar, programar a Seth contra Lashley, no es la mejor alternativa, acerca del rival que la grada esperaba ver para el Arquitecto, durante el transcurso de este Raw. Sin embargo, todo ello queda enmascarado por una muy buena actuación de ambos al micro. Y es que poco importaba lo que dijera Seth, en comparación con verlo responder sin miedo, con intensidad, potencia y credibilidad a todo un HHH. Se puso a su altura, lo igualó en el tono de voz y no se amedrentó. Con promos así, Rollins sube de nivel, sin que se perjudique al Hunter, cuya maestría en este tipo de segmentos es innegable. Un buen trabajo y unos discursos coherentes por el gran pasado que tienen juntos, que hicieron a la grada estar bastante activa.

Para finalizar, parecerá que tengo manía a Shane McMahon, pero no vi demasiado adecuada su aparición. Había otras maneras de presentar esa batalla, aunque fuera en un segmento de backstage, sin llevarse el foco final de la gran promo que estaban dando Seth y HHH. Independientemente de que su gerencia debería ser relativa a SD y no pasarse por el show rojo, su posición en la cartelera me pareció algo anticlimática, aunque luego se llevara aplausos al colgarse de la fama de Finn Bálor. La grada suponía que el irlandés sería el retador de Ambrose, tras la negativa de la directiva a darle esa revancha a Rollins, pero lo que hizo Shane fue darle paso como primero de los múltiples wrestlers que lucharían a continuación. Una promo con un contenido regular, pero con unas actuaciones notables, que mejoraron bastante lo que se ofrecía a priori.

Batalla real por una oportunidad al campeonato Intercontinental.

Finn Bálor vs. Apollo Crews vs. Kalisto vs. Lince Dorado vs. Gran Metalik vs. Zack Ryder vs. No Way José vs. Tyler Breeze vs. Heath Slater vs. Rhyno vs. Titus O´Neil vs. Bo Dallas vs. Curtis Axel vs. Curt Hawkins vs. Konnor vs. Viktor vs. Mojo Rawley vs. Baron Corbin.

Divertida pelea, con sus defectos, pero que es una buena manera de dar presencia a muchos luchadores y elegir a un retador mediante un segmento entretenido. Quizás hubo demasiados jobbers implicados, pero para rellenar la contienda era necesario meter a gente que difícilmente iba a obtener un buen resultado. Me gustaron la mayoría de eliminaciones y el orden, exceptuando casos aislados y se vieron acciones reseñables, sobre todo al comienzo con los movimientos combinados de los que actuaban por grupos. Lo malo de eso es la manía de que tengan que salir ambos componentes del equipo eliminados en la misma acción, algo muy común y que resulta bastante forzado en muchos casos. Individualmente, la aparición menos adecuada me pareció la de Bálor.

Es cierto que era quien aportaba más prestigio a la pelea, pero para no ganar y ser eliminado sin pena ni gloria en el medio del match, tampoco lo hubiera puesto a luchar. Supongo que su derrota, causada por Corbin, será un motivo más para su enemistad. Un Baron que estuvo bien en su papel, llegó al final y tuvo sus buenos momentos. Una performance aceptable, grandes abucheos y una más que creíble eliminación, pese a lo complicado que era ejecutar ese salto sin quedar mal tras la patada de Apollo. Crews fue el ganador y no me parece mala opción para ser un rival de transición de Ambrose, pero realizar la lucha por el IC esa misma noche, podría cansar como luego se vería. Eso sí, su actuación aquí fue potenciada sobremanera, siendo imponente y dominando la contienda a su antojo, sacando del ring a 7 adversarios y pareciendo alguien realmente poderoso. 

En cuanto a los demás, pues lo que cabría esperar en cuanto a spots realizados y orden de eliminación. Me sorprendió Hawkins y su forma de aguantar, batallando ante Corbin. Fue emocionante verlo y la grada por un momento pensó que sería su redención. Pero no. Ryder tampoco estuvo mal y del que esperaba algo más era de Slater, tras los últimos Raws. Pero bueno, había que pushear a Apollo para que llegara creíble al enfrentamiento con Dean. El combate se puede definir como entretenido y poco más se puede pedir, viendo el status medio de los integrantes de la batalla.

Promo de Elias y Baron Corbin.

Típico segmento para profundizar en los gimmicks de Corbin y Elias, explotando hasta el límite sus personalidades. Baron se mostró reivindicativo y queriendo hacer ver a la gente lo que para el significaba ser GM y la injusticia de su derrota anterior, en un discurso incoherente, a modo de pataleta de niño pequeño. Pese a no tener razones para llevarlo a cabo, consiguió el efecto que deseaba, generando rechazo en una grada que explotó en vítores cuando Elias salió a hacerle frente. Esta vez se invirtieron los papeles y Elias era quien interrumpía, en vez de ser cortado en su actuación, pero el resultado logrado era el mismo, ya que The Drifter es el luchador más carismático y con más apoyo popular en sus promos hoy por hoy. Con esquemas repetidos, con frases previsibles y con un tono y catchphrases similares, pero con toda una masa social detrás, capaz de cambiar la atmósfera de un estadio, pase por donde pase. Y eso que esta no fue de las más destacadas del año.

Corbin, como también era predecible, perdió los nervios y se fue directo contra el cantante, organizando un pequeño brawl, con un largo paseo por el graderío, que finalmente dejó a Elias mejor colocado. Para él, está muy bien acabar dominante los segmentos y plasmando en lucha todo lo que genera al micrófono, pero para Baron, es una nueva humillación que cada vez va degradando más a su personaje. Perdió la oportunidad por el IC en el match anterior, su rabieta no le llevó a nada, perdió el control por las palabras de su contrincante y el ataque que le hizo, finalizó huyendo antes de tiempo. Sigue teniendo sus minutos de pantalla y su importancia en la cartelera, pero sin un cargo directivo, su gimmick se queda algo cojo, al no poder dirigir o tener represalias contra los faces.

Bayley, Sasha Banks y Ember Moon vs. Riott Squad (Ruby Riott, Liv Morgan y Sarah Logan).

Combate de relleno, aceptable en cuanto a nivel, pero que no desarrolla ninguna historia y simplemente vale para completar el show y mantener a las chicas implicadas en televisión. El dominio fue casi total para las faces. Riott Squad tenía periodos en los que en base a trampas, a movimientos combinados no vistos por el árbitro y a otras mil artimañas, recuperaba algo de resuello, pero la amplísima mayoría de spots e instantes de lucimiento fueron para el conjunto rival. Fueron sólidas y unas dignas oponentes, que aguantaron y buscaron sus opciones, pero acabaron sucumbiendo con claridad, lo cual las deja de nuevo en una posición mediocre, sin imponer como deberían.

Ruby no tuvo demasiada influencia en el combate, siendo más secundaria, pese a ser la líder del equipo. No obstante, sus secuencias, sobre todo con Ember, fueron bastante vistosas y dejó destellos de calidad. Sarah fue la sacrificada y creo que no fue la alternativa más recomendable para ello. Su solidez y su intensidad son muy interesantes para dar una buena réplica y esa cuenta, podría haber recaído sobre una Liv, que sin estar demasiado mal, es el eslabón más débil de su grupo. Su estética es la más llamativa, pero no demuestra nada más que sus compañeras, a excepción de gritos y acciones poco contundentes.

En cuanto a las chicas buenas, la mejor me pareció Moon. Pese a no tener el foco sobre su persona, su performance fue la más vistosa y volvió a demostrar, una vez más, que aunque sea una wrestler espectacular, también tiene una profundidad sobre la cual asentar una lucha. Sasha lució fuerte y convincente, pero sin nada que la hiciera destacar. Y Bayley, al menos fue la que se llevó el aplauso final y ejecutó un finisher llamativo. A la espera de que se materialice ese título por parejas que anunció Vince la semana pasada, se produjo esta nueva transición, que si bien no es mala, no aporta ninguna novedad que sea digna de poner en valor.

Seth Rollins vs. Bobby Lashley.

El problema principal del combate es el de siempre que actúa Bobby Lashley. Dejando a un lado las preferencias de cada cual y los fallos de Seth, el Arquitecto es un tipo capaz de generar cosas cuando lucha. Lashley no. Y es tremendo ver sus exhibiciones atléticas, sus movimientos powerhouse, sus cargas con gran peso durante bastante tiempo o sus potentes ataques. El problema no son sus habilidades en el ring. Sino que es nulo a la hora de contar una historia e involucrar al espectador. Como face no conseguía enganchar, pero es que como heel, depende en exceso de la calidad del rival que tenga enfrente y de las ayudas de un Lio Rush, que llama la atención bastante más que él, pese a ser un novato en el show rojo.

Y claro, cuando se plantea un guion clásico, con un underdog face combativo y que se rebela ante el poderío físico del villano, se espera que haya un mínimo de emoción o sufrimiento en la lucha, para que el fan se meta de lleno en lo que sucede. Rollins lo logró, haciendo lo que pudo, pero Bobby no. Su control ya no es novedoso y sus big moves se quedan cortos a la hora de impactar emocionalmente, lo cual ralentiza la pelea y no deja buenas sensaciones pese a que, académicamente, el espectáculo sea digno. Aún asi, la confianza en Lashley sigue siendo grande, ya que lo colocan contra rivales estelares y haciendo incluso que gane la contienda, aunque sea por descalificación.

Rollins, por su parte, no estuvo mal y ejerció muy bien su papel. Sus intercambios con Lio estuvieron a la altura y, es cierto que perdió, pero esa performance le sirvió de bastante más, ya que demostró que quiere imponer, por encima de ganar o perder. Masacró a sillazos a los rudos en el post-match y poco le importó el resultado final sobre el papel, ya que el verdadero desenlace, terminó con él reinando. Eso sí, vi un poco innecesario el primer sillazo que provocó la DQ. Se supone que esa acción debe llegar en plena desesperación de Rollins y, en ese momento, Lashley no se estaba mostrando como un muro infranqueable. Podría haber ganado legalmente y después haber dado la paliza que dió a sus dos enemigos, pero bueno, al menos así se cuida un pelín a Bobby, que sigue siendo bien mirado por la directiva, de una forma algo inexplicable.

Heath Slater y Rhyno vs. Jinder Mahal y los Singh Brothers (Samir y Sunil).

Si el combate de las chicas anterior fue de relleno, este cumplió una función similar. Hombres del lowcard, sin demasiadas aspiraciones y que se enfrentaron en un match que interesaba a poca gente. Pero aún así, se puede sacar alguna que otra conclusión. La primera de ellas es que Heath Slater tuvo un momento de protagonismo transitorio el mes pasado, pero parece haber vuelto al ostracismo. Es cierto que no fue el derrotado directo, pero tampoco tuvo incidencia sobre la lucha. Es más, fue dominado por wrestlers tan poco creíbles como los Singh y para salir de los castigos de los hindúes, tuvo que dar el relevo a Rhyno. El ex-ECW impacta más que Slater por su pasado, pero debería ceder el foco más a su compañero y ayudarlo a ponerse over. Sin embargo, fue quien tuvo la mayor ofensiva por parte de los faces. Tampoco le sirvió de mucho, porque terminó derrotado sin apenas resistencia y con bastante claridad.

Respecto a los heels, pues una performance que tampoco los eleva demasiado. Sus rivales eran tan débiles como ellos, ganaron con controversia en los instantes finales y llevan tantas humillaciones a sus espaldas que recuperar credibilidad les va a costar bastante. Además, al igual que pasaba con Lucha House Party, ganar con ventaja numérica, es algo que no supone demasiado mérito. Jinder fue quien se hizo con el triunfo y quedó mejor que sus lacayos, lógicamente, pero las sensaciones de minutos de la basura son demasiado fuertes como para que su personaje pueda volver a ser tomado en serio, al menos, por el momento.

Campeonato Intercontinental.

Dean Ambrose (c) vs. Apollo Crews.

En este combate se juntaron varios factores que hicieron que el segmento se tornara en bastante deslucido, provocando el aburrimiento de gran parte de la grada. Lo primero fue la precipitación de hacer luchar de nuevo a Apollo en el mismo show, sin dar tiempo a reposar su triunfo en la batalla real previa. El segundo fue la predecibilidad que había, ya que todo el mundo sabía que Ambrose iba a retener su cinturón. Y el tercero fue el mismo problema que tiene Lashley y es que Apollo tiene una alarmante falta de carisma.

Demostró muchas cosas durante la pelea. Que puede hacer grandes spots, que puede tener un ritmo alto continuado y que se puede adaptar a diferentes rivales. Pero su dominio fue bastante aburrido para lo vistoso que son sus movimientos. Al igual que Lashley, tienen cualidades innatas, pero necesitan hacer crecer a sus personajes y que los fans se identifiquen con ellos. Causar alguna emoción. En combates múltiples, Apollo es muy aprovechable, siendo el hombre que realiza ese movimiento vistoso que aporta cosas distintas. Pero a la hora de llevar el peso de un match, le cuesta muchísimo involucrar a la grada. 

Y el problema no solo está en él, sino en Dean, cuyas actuaciones sobre el ring no están al nivel que se le presupone por su fama. En determinados estilos, más violentos o con una storyline atractiva de por medio, el lunático rinde bien, pero a la hora de hacer crecer un combate por si mismo, también le cuesta un montón conseguirlo. Es complicado recordar grandes performances suyas y, más aún, cuando en casos como en el de anoche, el bookeo no le beneficia. Ganó con claridad, pero tras ser castigado en gran parte de la contienda. Es decir, pareció ser inferior cuando teóricamente es muy superior. Y por mucho que lo refrendara con un finisher contundente, la sensación es que había dejado pasar mucho tiempo para vencer a un oponente que apenas resistió nada cuando Dean se puso serio. ¿Resultado?, un público sin demasiado interés y una lucha mediocre para el potencial que había sobre el ring.

Ronda Rousey y Natalya vs. Nia Jax y Tamina.

Esta lucha se pactó tras el ataque a traición ocurrido al principio de la noche sobre Natalya. En un bookeo mil veces visto, Nia interrumpió una entrevista a la canadiense para que Tamina aprovechase para atacarla por la espalda y generar un dos contra una que dejó bastante maltrecha a Neidhart. Con ello se llegaba a un main event en el que Natalya tendría la ayuda de la campeona para derrotar a las primas samoanas en un enfrentamiento por parejas y que así acabara el show con una interacción entre Ronda y Nattie. Algo muy previsible y que se fue cumpliendo punto por punto, con un buen desempeño de las implicadas.

En la lucha oficial, Nia se mostró poderosa, con minutos de dominio y contundencia y cayendo derrotada, pero de forma indirecta. Tamina fue la sacrificada, como escudera de Jax que es y esta derrota no la perjudica demasiado, ya que bastante es para ella estar en el main event y codeándose con gente con un status muy superior al suyo. Natalya tuvo momentos aguerridos, combativos y lució como esa guerrera de cuyo lado es fácil ponerse, siendo una luchadora muy sólida, pero dependiente del poderío de Rousey. Y Ronda, pues pese a recibir algún ataque que otro, cuando cogió las riendas de la situación fue la gran triunfadora de la noche, mostrando por enésima vez la jerarquía que hay en Raw y siendo la mujer más potente del roster del show rojo.

En cuanto al post-match, pues un desenlace muy amoroso, por las fechas en las que estamos, pero que parece dejar claro el camino que seguirá Nattie. Y es que están telegrafiando su turn y, antes o después, llegará la traición de la canadiense a la campeona. Es algo que no me parece mal, ya que dieron pinceladas la semana anterior del nivel que pueden ofrecer ambas en un match con estilo clásico, pero creo que esa alianza entre las dos debería llegar pronto a su fin, para que no se estanque la situación y pierda fuerza, ante lo predecible que es el cambio de bando de Neidhart.

Nota del show: 5

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