Review SmackDown Live 4 de diciembre de 2018

Review del show de esta semana de SmackDown Live

Review SmackDown Live 4 de diciembre de 2018

Sergio Esteban

05/12/2018 a las 17:30

Promo inicial.

Buen segmento, bien armado y con una argumentación lógica que consiguió atraer la atención del espectador sin dejar a ninguna de las chicas por encima de las demás. La más destacada fue Charlotte, que llevó el peso del discurso y recibió una buena reacción, pese a que también quedó mal ante algunas contestaciones de Becky y Asuka. Su aura y su capacidad para desarrollar su personaje la hacen la indicada, por naturaleza, para llevar el peso de la historia y cuando está motivada, maneja los hilos de una manera convincente y que da sensación de suficiencia. Asuka no estuvo mal, sin amedrentarse por ser la nueva en la historia. No es que sea una novata, evidentemente, pero viene desde abajo y tiene buenos argumentos para defenderse, además del apoyo del público. Quizás lo peor sigue siendo el manejo del idioma y el tono que le hacen emplear. Es cierto que necesita algo que llame la atención, aunque sea en la forma y no en el fondo, pero resulta irritante que tenga que hablar de forma robótica y a gritos.

En cuanto a Becky, pues fue la más discreta. Aún no está al 100% para un enfrentamiento físico, pero con el micro si que podría aprovechar mejor sus apariciones. No estuvo mal, dijo cosas contundentes y réplicas cuando le tocó. Pero a su vez fue superada por las palabras de Charlotte y en vez de imponerse como campeona, prefirió rehusar la confrontación, dejando a Flair y a la Emperatriz solas en el ring, sin tener demasiado foco. No es que quedara mal, pero se la notó menos protagonista que en otras ocasiones, cuando no debería ser así, aunque no fuera a combatir justo después, como sus dos oponentes. Del papel de Paige, poco se puede decir, más allá que ser una figura de autoridad sin ningún peso específico y tener una actuación testimonial. Una pena que su participación sea tan residual y cuando haya alguna relevancia en algún tema directivo, recaiga siempre sobre Shane McMahon.

Charlotte Flair y Asuka vs. Sonya Deville y Mandy Rose.

Historia sencilla, pero práctica, efectiva, bien ejecutada y que deja a todas en buena posición. El bookeo era previsible, pero permitió desarrollar la storyline y reforzar los papeles de cada una. Sonya y Mandy consiguieron un gran triunfo, ya que aunque la causa principal de la victoria fue la traición entre sus enemigas (algo obvio para proteger a las retadoras al cinturón), tuvieron momentos buenos de lucha, igualando la contienda en la mayoría del grueso de la pelea y combinándose como un grupo bien avenido que suponía un peligro para las faces. No podían ganar de manera directa, pero si podían lucir bien y aprovecharon su oportunidad de gran modo, sobre todo una Sonya que cada vez parece más preparada para un empuje individual, como se puede ver en los primeros minutos de llaveo que tuvo con Asuka. Son heels interesantes, que van teniendo una mayor profundidad en sus personajes y que, aunque aún estén lejos del nivel de sus adversarias, son una contraparte más que digna para las faces de SD.

Charlotte estuvo muy correcta, como casi siempre, sabiendo manejar los tiempos del match y adaptándose tanto a recibir castigo como a emplear una ofensiva contundente. Tuvo sus movimientos espectaculares y una intensidad que aportó mucha solidez, tanto cuando estuvo colaborando con Asuka, como cuando se descoordinó con la nipona y fueron derrotadas. Perdió el combate por cuenta, pero al ser por un ataque traicionero cuando dominaba y al haber sido la responsable original del conflicto al golpear a la japonesa “sin querer”, tampoco queda muy mal.

Y Asuka queda como una wrestler fuerte, capaz de hacer ganar o perder a su equipo, siendo violenta cuando llegaba el momento de serlo y con un objetivo claro, que es ganar en TLC, para lo cual le dió igual sacrificar el match de anoche, dado que lo que quería era imponer respeto a Charlotte. Hasta Becky tuvo su instante de lucimiento, sin hacer nada, solo con su acto de presencia para recordar que era la campeona. Se limitó a ver el conflicto entre faces y a observar con inteligencia lo que pasaba, quedando satisfecha y no necesitando intervenir para generar lo que quería.

Cesaro vs. Xavier Woods vs. Jey Uso.

Gran combate para las circunstancias en las que se dió, en las que nada se jugaban y simplemente suponía una transición en el camino hacia el PPV. Cada cual marcó su papel y carácter hasta el extremo, pero consiguieron complementarse y dar lugar a un match entretenido, muy fluido y en el que cada uno aportó lo que mejor sabe hacer. El perfil de los faces era bastante similar, siendo dos luchadores que destacaban más por su agilidad y vistosidad, que por su contundencia, justo al contrario que el heel. Así que se aliaron, como indicaba la lógica, para hacer frente común a Cesaro.

Cuando el europeo no intervenía el ritmo era frenético y, aunque realmente era un espectáculo muy indy y más de exhibición que de ataques efectivos, las acrobacias y la fluidez dieron lugar a una coreografía divertida y atractiva. El suizo, por su parte, tenía que aportar la parte powerhouse y vaya que si lo hizo. Tras ser expulsado del ring por Jey y Xavier y encararse con los demás componentes de los equipos en ringside, subió con renovadas fuerzas al cuadrilátero a demostrar que el poderío físico que tiene es brutal, con acciones capaces de levantar a las gradas, que lo aplaudieron, pese a ser el rudo más reconocible de la lucha.

Al final, tras varios minutos de toma y daca, triunfo para Uso, que supone un refuerzo aún mayor para el status de los samoanos, cada vez más over en la división. Woods estuvo muy bien y no perdió. No ganó, pero al menos se lució, siendo en teoría el eslabón más débil de New Day. Y Cesaro, pues se mostró tan imponente que acabó dando algo de lástima. Porque tuviera que llevarse la derrota y The Bar siga en una racha mala y, sobre todo, porque si le acompañasen otros factores que por desgracia no tiene, podría ser un luchador impresionante. Ya lo es, por mucho que lo derroten o su conexión con el público sea limitada, pero da pena ver que no ha llegado más alto con el inmenso potencial que tiene el suizo.

Promo de Rusev.

Como en todo en la vida, hay una forma positiva y otra negativa de ver una misma realidad. Es evidente que Rusev tiene potencial para aspirar al título de Nakamura. Que ese cinturón de Estados Unidos necesita dinamismo y ser defendido en historias relevantes. Y que los dos son luchadores muy capaces que pueden combinarse de gran manera para ofrecer un buen show. Pero las sensaciones que rodean a toda esta historia, no son aún las que deberían ser. Se transmite frialdad y es algo que envuelve a todo lo que toca Nakamura, ya sea por sus luchas o por las storylines en las que está inmerso. No aparecer de forma continuada o aparecer para segmentos cutres, de poca duración y repercusión y sin nada especial, hacen que el interés en Shinsuke se haya perdido y, ni siquiera con la paliza de la semana pasada al búlgaro, se haya recuperado. Las limitaciones del idioma, el estilo propio del nipón y la falta de adaptación a WWE lastra todo demasiado y es complicado que Rusev sea capaz de levantar por sí mismo una historia así. 

Respecto a la actuación de RuRu, estuvo decente, pero creo que debería haber explotado otra vía para el discurso que transmitió en la entrevista. Es face y querido por la grada, pero resulta extraño verlo tan tranquilo, tan pausado y gritando sonriente Rusev Day! al final de la promo. Tendría que haber sido más amenazador, más agresivo y aparentar ser un hombre poderoso y contundente, como en su rivalidad contra English. Y si, Rusev Day aún es llamativo en ciertos sectores, pero es un concepto que no ha estado en primera plana durante estas semanas y tras lo de la semana anterior, podrían haber sacado a relucir al Rusev más bestial, sin dejar de ser el chico bueno de la historia.

Miz TV.

Antes de comenzar el propio segmento en sí, cuando Miz estaba presentándolo, aparecieron R-Truth y Carmella a interrumpir y realizar su baile. No es que tenga mucho sentido, pero me pareció correcto y sorpresivo. Agradable, más allá de por el propio baile en sí y la performance desubicada, por la confrontación entre Truth y Miz, y la cara de este sabiendo que estaba siendo provocado y no pudiendo hacer nada. No ocupó mucho espacio, generó risas, fomentó la posible rivalidad entre ambos y se implementó de manera adecuada en un segmento importante. Muy bien pensado.

En cuanto a la propia promo en sí, pues se vió el gradual cambio de ambos personajes, con una transición lenta pero muy marcada. Miz no ejerció de heel puro, ni de face, pero puso en aprietos a Bryan con sus palabras, tratando de picarlo. Mientras que Daniel estuvo muy bien, en un estado psicológico extraño, interpretando genial a ese personaje de maniaco que parece tener. No es que esté loco, sino que es un fanático de sus ideas, que las defiende a muerte, que se cree por encima del bien y del mal y que cree que todo el mundo está equivocado. Es como un mesías zen, alejado de la violencia, pero violento cuando las cosas no le salen bien. Podría liderar una secta como Wyatt o CM Punk en el pasado y no pasaría nada. Mezcló política, ecologismo, dominación y cosas filosóficas contra lo tangible y lo directo de Mizanin. Una promo profunda y vistosa, sorprendente, aunque tampoco supusiera un efecto directo en el devenir del show.

Al final, Styles salió y se produjo un todos contra todos, bastante interesante porque en la confusión, todos trataban de defender su posición. Bryan mantuvo su personalidad, lanzando a Miz contra su enemigo y huyendo, pero no fue el más malo del segmento, ya que ese papel fue para Mizanin. Este no tuvo culpa de ser usado contra AJ, pero a la vez intervino, siendo abucheado y quedando como el villano más relevante al hacerle un finisher a Styles. Y AJ atacó colérico a todo lo que se movía y salió escaldado al no medir bien los riesgos que suponía tener a dos rivales sobre la lona. Esto puede acabar en una triple amenaza a medio plazo, pero es una historia interesante, que se cuece a fuego lento y que tiene segmentos potentes bien ejecutados, por lo que no hay nada que reprochar.

Jeff Hardy vs. Randy Orton.

Combate correcto, aunque demasiado visto en los últimos tiempos, lo cual hizo que la grada no prestase la atención que si que tuvo este enfrentamiento hace semanas. Sin embargo, el carisma y los fans que arrastran ambos son reseñables y es complicado ver a un público en silencio cuando estos hombres combaten. Además, lo más importante no fue la propia lucha en sí, sino lo que ocurrió en su fase final, ya que el foco estuvo en la interferencia de Samoa Joe, momento hacía el cual se orientó toda la acción del duelo. Randy y Jeff se mostraron bastante igualados. La ofensiva de Orton fue más contundente y centrada en los golpes, mientras que los vuelos y la velocidad venían de la mano del pequeño de los Hardy. Ambos tuvieron sus fases de control y sus opciones de ganar, aunque siempre dejaban algún resquicio por el que rival podía aprovechar para recuperarse.

Sin que los minutos de la contienda pasaran de diez, llegó el momento clave, cuando Jeff se disponía a saltar contra el cuerpo de un Orton que yacía sobre la mesa de comentaristas. Ahí apareció Joe, como camarero de un bar en la pantalla gigante, ofreciéndole a Jeff una cerveza. La distracción ocasionó el clásico RKO sorpresivo de The Viper y durante el post-match, Samoa siguió profundizando en la herida de Hardy. No me parece mal que usen el recurso del alcoholismo, siempre y cuando no crucen límites, todos estén de acuerdo y no se repitan esquemas muy trillados, así que me pareció una buena forma de cerrar la situación por esta semana.

Jeff ha sufrido una humillación por segunda semana consecutiva y queda mal, tanto por las derrotas sobre el ring, como por no poder hacer frente a las palabras de un abusón como Joe. Sin embargo, lució bien en la lucha, perdió de manera protegida y fue muy aplaudido por los fans. Samoa queda como un heel odioso, causante de los males de Hardy en estos programas y que lleva la batuta de la situación, afianzándose como un rudo despreciable. Y Randy, pues como siempre, a mar revuelta ganancia de pescadores. No es el protagonista, pero gana cuando parecía que iba a perder y mantiene intacta esa esencia de oportunista que le lleva al triunfo del modo más inesperado.

AJ Styles vs. The Miz.

Lucha muy entretenida, continuación de los hechos sucedidos en el Miz TV de unos minutos antes. Los dos estuvieron muy bien en sus papeles y se vió un match dinámico, fluido y muy bien construído. No solo estuvo bien cuando Styles atacaba y llevaba el ritmo, cosa previsible ya que es un maestro como reconocía Bryan desde comentarios, sino que la solidez de The Miz también hizo acto de presencia, sin que se notasen las alternativas en el dominio y pareciendo una pelea igualada, con ambos en plena forma. No obstante, siempre parecía Styles un pelín superior y en los reversos o cualquier llaveo, siempre lograba sacar un mínimo de ventaja que cada vez se hacía más acusada, con el transcurrir de la lucha.

En la segunda parte de la contienda, Daniel Bryan reclamó su protagonismo y pasó a la acción. Ofreciendo la mano a Styles, cogiéndole de un pie para desestabilizarlo e incordiando, en general, al retador de su título de WWE. Con la presencia del campeón en los aledaños del cuadrilátero, pasamos a una situación de incertidumbre, entre trampas, ataques no vistos, nearfalls y ayudas injustas. Todo desarrollado para apuntalar el conflicto entre los tres, que desembocó con el triunfo de Styles sobre Miz mediante sumisión.

Miz, como siempre, es el más perjudicado en todo esto, pero al menos demostró sus cualidades y estuvo a la altura de AJ. Eso sí, no aprovechó las interferencias a su favor y terminó por rendirse, aunque es comprensible para realzar la figura de Styles. Una figura que quedó bien en el global de la lucha, pero lastimada en el post-match. La paliza que recibió le puede servir de motivación para actuar en las siguientes semanas, lo pone en valor como verdadero babyface de SD y no le permite disfrutar de su triunfo, pero bueno, es un final entendible y oficialmente ganó el main event, lo cual es positivo para él.

Y Daniel Bryan, pues gran protagonista. Un lobo con piel de cordero capaz de creer en sus propios delirios y pasar de la filosofía a los actos, con un brutal ataque que impactó a toda la grada, que gritaba en su contra, consiguiendo un efecto impensable hace no tanto tiempo. Gran trabajo el suyo, ejecución genial del ataque definitivo a la cabeza de Styles y reforzamiento de un personaje que está empezando a ser muy llamativo.

Nota del show: 7,5

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