Review Monday Night Raw 3 de diciembre de 2018

Review del show de esta semana de Monday Night Raw

Review Monday Night Raw 3 de diciembre de 2018

Sergio Esteban

04/12/2018 a las 18:00

Promo inicial.

Tras un comienzo político, homenajeando a Bush padre, que no voy a entrar a valorar, pasamos directamente al combate que se había anunciado durante la semana entre Ronda, Natalya, Tamina y Nia. Pero, realmente, no puede considerarse un match ya que lo que se produjo fue un ataque despiadado en el segmento, sin llegar a ser una pelea real. Las samoanas golpearon a las faces y como es ya clásico en WWE, aparecieron otras heels para crear una superioridad inabordable para Nattie y Rousey. Ronda no quedó muy mal, ya que aunque recibió castigo continuado, trató de defenderse, se sobrepuso a la adversidad en algún momento y finalizó el segmento en mejores condiciones que Natalya.

La canadiense, por su parte, fue la gran sacrificada, intentando algo contra Riott Squad, pero sin llegar a aparentar en ningún instante que podía recuperarse. No estuvo en el main event y aquí sirvió como apoyo, desarrollando la rivalidad con Ruby y su grupo, así como protegiendo indirectamente la imagen de la campeona, que no quedó tan tocada tras la paliza. Es su papel y no me parece mal que su performance fuera así. En cuanto a las rudas, pues la espectacularidad vino de la mano de Riott Squad y sus ataques combinados (en especial el de la mesa) contra Nattie. Quedaron mejor que Jax y Tamina y parecieron potentes, aunque claro, su historia con Natalya tampoco permite demasiadas florituras ya que es bastante secundaria. Un inicio aceptable de show, sin nada memorable y con una premisa básica, pero suficiente para entrar en calor.

Bayley y Sasha Banks vs. Mickie James y Alicia Fox.

Lo más inexplicable de todo el comienzo de show, protagonizado por las chicas, fue la repetición del segmento de Alexa, de la semana anterior. A poca gente le gustó, fue ampliamente criticado y tampoco aportó nada demasiado novedoso como para volver a usar la misma fórmula en este Raw. El objetivo es fomentar la imagen de Bayley y Sasha como equipo con buena conexión entre sí, pero hay otras alternativas mejores que emplear el mismo método y con una duración suficiente como para dejar al combate posterior bastante cojo. Todo el mundo esperaba el pique de las faces con Bliss o la salida del resto de heels del róster para atacarlas y esa segunda opción fue la elegida.

Alexa frenó el ataque y programó un combate por parejas que no fue bueno, pero tampoco malo. Las villanas llevaron la voz cantante, con solidez, en algunos momentos, pero sin resultar convincentes en su dominio, mientras que Sasha y Bayley, aparentaban sufrir antes de dar los relevos, pero su victoria era muy obvia. Un desenlace previsible y coherente, que deja a las chicas buenas preparadas para objetivos mayores, aunque no creo que lideren un cambio a estas alturas, mientras que Fox y James cumplen con su función de apoyo. La sensación es de intrascendencia y de que la storyline que están destinadas a realizar todas se podría llevar a cabo en menos tiempo y de manera más impactante pero, al menos, es un relleno decente para el lowcard del programa. Por cierto, el combo final de finishers sobre Mickie, podría haberse ajustado un poquito mejor para no parecer tan forzado.

Lucha House Party (Kalisto, Gran Metalik y Lince Dorado) vs. Scott Dawson.

Este segmento es uno de los típicos que se le podría enseñar a la directiva para decirles que Raw NO funciona. Es un combate quemado, que se ha calcado durante varias semanas consecutivas con el mismo resultado. Se ha perjudicado a un buen equipo con derrotas continuas y en apenas dos minutos de lucha. Y no se protege a nadie por hacerlo en formato hándicap, ya que la imagen de los wrestlers vencidos está por los suelos. Una semana está bien. Dos ya no es demasiado interesante. Tres es ganas de cansar al espectador. Y las novedades que los fans pueden reclamar no son escuchadas. No es que se cambien los rivales, es que el desarrollo y el desenlace es el mismo.

Y no solo eso, sino que la demanda de igualdad en la storyline se convierte en un desequilibrio aún mayor y sin sentido. Vender que dos contra tres no pueden vencer puede comprenderse. Pero que para nivelar la situación teórica, le quiten además un componente al tag que fue machacado hace siete días, carece de sentido totalmente. Al final, pues lo de siempre, un espectáculo de piruetas, acrobacias y movimientos vistosos, que es llamativo, pero que no suponen nada especial además de la propia exhibición ante unos heels que se quejan de la injusticia. Que esa es otra, Lucha House Party son los chicos buenos y con esta situación tan injusta, se podrían hasta promover los abucheos hacia ellos más que otra cosa...

Promo de Baron Corbin, Drew McIntyre y Dolph Ziggler.

La promo fue buena y sirvió para dar un fin coherente a la alianza entre Drew y Dolph, pero la sensación es de que ha llegado en un momento anticlimático y que no ha explotado al máximo las posibilidades que ofrecía. Baron estuvo muy bien en su papel, desenvuelto al micro, generando heat en contra y recompensando a un esbirro despreciable como al escocés. Actitud abyecta para ser abucheado sin llegar a tener todo el foco sobre él. El protagonismo fue para Ziggler, que acudió a esa especie de homenaje para escenificar la separación de los ex-campeones por pareja. Y es que esa es la cuestión, que ya caminaban por separado, sin ninguna explicación aparente tras la rivalidad con The Shield y lo de anoche pareció un poco fuera de lugar. Dolph reclamó que él fue quien puso over a McIntyre, mientras que el escocés dijo que no lo necesitaba para nada y era un wrestler completo.

Ambos discursos tenían coherencia y tenían su parte de razón, aunque con matices, obviamente. McIntyre provocó a Ziggler y este acabó por atacarlo y realizar un turn face definitivo, que no resultó demasiado sorpresivo. Con todo ello, puede iniciarse una rivalidad interesante entre ambos, en la cual debe destacar Drew, aunque lo que se vió anoche fue lo contrario. Esto no ha terminado y una derrota para él no supone demasiado, siempre y cuando no vuelva a repetirse y machaque en el futuro a Ziggler con contundencia. El mayor problema de la promo es que, aunque estuvo bien pensada, no consiguió enganchar a los fans y las pegas producidas por el paso del tiempo y la pérdida de interés en la alianza previa que tenían, no pudo ser superada por las palabras de McIntyre. Y eso, para ser un ace, es un factor determinante, ya que por mucha intensidad que le puso al discurso, no llegó a impactar en la grada.

Dolph Ziggler vs. Drew McIntyre.

El cambio de bando del rubio no había calado demasiado en una audiencia adormecida y la actitud del heel tampoco resultaba excesivamente llamativa, pese a tener un buen material en sus manos. Por todo ello, yo habría guardado esta lucha para la semana que viene o más adelante, cuando pudiera estar mejor promocionada. Sin embargo, se produjo a continuación de la ruptura y con un resultado que no me convenció. Si ya había ejecutado un Zig-Zag Dolph sobre su enemigo, saliendo victorioso del pequeño brawl anterior, era ilógico que volviera a vencer, pero así fue, cerrando el segmento por encima de McIntyre. Y no es malo que gane para que el escocés se vengue, pero ya lo había hecho antes y deberían haber dado el triunfo al hombre destinado a dar un salto al main event a medio plazo antes que al veterano que está de vuelta de todo.

Lo único bueno es que se le protegió debidamente, ya que fue el amo y señor del combate, dominando a su antojo con golpes contundentes, conteniendo a Dolph y permitiéndose lujos como usar el micro en mitad de la lucha para humillar a su oponente. Era tremendamente superior a Ziggler y el punto diferencial fue Bálor, que distrajo al escocés en un par de ocasiones para provocar su derrota. No fue suficiente con la primera interferencia, ya que Drew le dió la vuelta a la situación y tuvo que ser en la segunda distracción, con un ataque directo en ringside, cuando el despiste fue eficaz para causarle la pérdida del combate. Con todo ello, el más beneficiado fue Finn, que se mostró como un incordio digno de resaltar y logró su objetivo. Drew avanzó en su rivalidad con el irlandés y cayó por las circunstancias externas tras demostrar su poderío y Ziggler, pues bueno, sobre el papel se lleva una victoria interesante ante un rival con gran potencial, pero su performance no le permitió destacar, solo aprovecharse de la situación.

Promo de Elias y Bobby Lashley.

Buena promo de Elias, pero igual a la de todas las semanas. Podría valer cualquier review anterior para decir lo que pasó en este segmento, que fue repetitivo, pero a su vez efectivo, consiguiendo implicar a la grada en la actuación de The Drifter. Abucheos a los heels, ironías, música y un público volcado con él, que dieron buenos momentos hasta la aparición de Bobby Lashley con Lio Rush. A partir de ahí, pues de nuevo una repetición de la promo clásica de Lashley, pero con un apoyo popular muy diferente al de los minutos que había tenido Elias. Rush ensalzó a Bobby, provocó a la grada y otra vez volvió a pedir que su compañero enseñara el trasero. Es decir, más de lo mismo.

Menos mal que en esta ocasión Elias se lanzó a por él y consiguió, con la inestimable ayuda de Finn Bálor que también contribuyó dejándole a Lio en bandeja, hacer ganar a los chicos buenos de una vez por todas. Los golpes fueron contundentes, Elias lució al nivel físico de Bobby y el guitarrazo a Lio fue un momento de justicia poética, en el cual se produjeron grandes aplausos, tanto por el propio hecho en sí, que siempre es muy vistoso, como por la persona tan molesta que lo recibía. En definitiva, promo que fue de menos a más, que entretuvo en su fase final y que subsanó parte del desinterés que se había producido con la salida de Bobby. No está mal, pero tampoco se aportó ninguna profundidad a la rivalidad y el contenido fue bastante pobre en relación a lo que podría haber sido de no haber estado todo tan vacío y de haber tenido un buen argumento sobre el que hacer girar al segmento.

AoP (Akam y Rezar) y Drake Maverick vs. Chad Gable y Bobby Roode.

Nueva demostración de como no hay que bookear a una división. Solo basta con observar la reacción de la audiencia después de la pelea. Todo comenzó con un choque individual entre Drake y Bobby, que apenas duró unos instantes, ya que AoP atacaron a Chad en backstage y la atención de movió directamente hacia la pantalla gigante. Si fuera algo sorpresivo estaría bien, pero es lo mismo de la semana pasada. Se pactó otro combate en desventaja, tan clásico y repetitivo de Corbin y, ahí, las bestias heels destrozaron a Roode sin piedad. Un maltrecho Gable salió a hacerles frente y en base a golpes directos parecía que podría con sus enemigos, pero nada más lejos de la realidad. Machaque, destrozo y humillación por parte de Maverick a los faces. Con todo ello, nadie queda excesivamente bien.

Akam y Rezar son dos bestias imparables si se lo proponen, pero el foco de su conjunto sigue estando sobre su mánager, pese a su imponente performance de anoche. De hecho, cedieron la cuenta al propio Drake cuando este no había hecho nada para ganar. Maverick, quedó como un hombre capaz de salir airoso de situaciones difíciles y emplear los recursos a su alcance para manejar a dos fuerzas de la naturaleza como AoP, pero también aparentó ser alguien muy débil e incapaz de defenderse por sí mismo. Y Gable y Roode, bueno, siempre estuvieron en desventaja y era complicado igualar la potencia física de sus adversarios, pero no se mostraron a la altura de las circunstancias y parecieron un equipo muy menor, cuando en teoría son la alternativa más realista a capturar los cinturones que tienen AoP. Una división muy desequilibrada, con la atención difusa, sin elementos que mantengan el interés y que no parece recuperarse, ante la desigualdad que hay y los precarios bookeos que se ven.

Promo de Dean Ambrose y Seth Rollins.

El personaje de Dean Ambrose tiene un potencial tremendo y muchas aristas, pero debe centrarse en una y explorar esa vía. Es la conclusión a la que se puede llegar tras verlo en segmentos que son tan diferentes unos respecto a otros que es difícil establecer una continuidad. Lo fundamental es que odia a Rollins y se ha vacunado contra el público porque teme contagiarse no sabemos bien de qué. Con Seth, unas semanas no habla, otras no para de hablar. Unas lo ataca y otras se va. Unas dice que se ha vendido junto a Roman y han cambiado y otra que se han estancado y el que ha evolucionado es él. Y con la audiencia, a veces no se presenta en la Arena, otras llega con máscara y a los dos minutos se la quita como si nada. A veces quiere parecer un violento sádico y otras un gracioso en una consulta de un médico.

Una indefinición total que le ha hecho perder mucho fuelle a su personaje, sin que él haya tenido culpa de nada. Con lo fácil que era mantener el interés en esta storyline y se va acercando cada vez más peligrosamente a toda la mediocridad que rodea a Raw. Una vez explicado su discurso, Rollins salió a hacerle frente y todo acabó con la disputa típica en la que algún factor externo siempre favorece al heel para generar heat en contra. Las ganas de ambos, la promo y la intensidad, no están mal ejecutadas, pero todo lo que depende de los guionistas está muy lejos de tener la calidad que atesoran ellos dos. Y pese a todo, sigue siendo de lo más llamativo del show.

Heath Slater vs. Rhyno.

La historia de un despido, y más si se juega entre dos compañeros, es muy llamativa y podría haberse aprovechado mucho mejor. Aunque los implicados sean wrestlers defenestrados y condenados a las zonas menos visibles del show, si es que salen, creo que podrían haber tenido algunos minutos más de pantalla, para despedir a Rhyno de una manera decente. El ex-ECW ya no está en su mejor época, evidentemente, y le cuesta ofrecer un buen espectáculo en el aspecto físico, pero en el emocional, podría haberse sacado mucho más que un squash de apenas un minuto.

Ambos quedaron humillados. Rhyno por el despido y su salida del show, siendo incapaz de aguantar ni un solo golpe de Slater. Y el propio Heath, que ganó pero sin mucha gloria, conectando un finisher a un rival inferior, tras ser golpeado en el 90% del corto encuentro que mantuvieron. Para colmo, fue vilipendiado de nuevo por Corbin en el post-match, cuando el GM le dijo que su victoria lo mantenía en la empresa, pero no como luchador, sino como árbitro, lo cual es algo deshonroso en estas circunstancias. Le faltó un poco de drama a la historia y se profundizó aún más en el protagonismo de Baron, gran triunfador de todo esto, pese a que sus subordinados eran dos jobbers sin apenas importancia en el global del show. Lo único positivo es que ganó quien debía y puede suponer el origen de una nueva línea argumental para Slater, que es un wrestler interesante y que puede salir del ostracismo con estos hechos como punto de partida.

Finn Bálor vs. Jinder Mahal.

Combate correcto, aunque previsible y demasiado sobrebookeado para lo poco que duró. Ambos trataron de usar sus mejores armas y con todas en la mesa, las del irlandés son muy superiores a las del hindú. Jinder tuvo momentos de dominio, con solidez, marcando mucho cada acción y apoyándose en sus lacayos, mientras que Bálor tampoco sufrió mucho para recuperarse y retomar el control, en base a su típico arsenal de movimientos ágiles, secuencias veloces y un ritmo muy superior al de Mahal. La diferencia de status entre ambos es tal, que el desenlace fue el más lógico, otorgando una victoria sencilla a Finn y dejando derrotado al Maharajá, pese a las ayudas de los hermanos Singh. No solo ellos aparecieron para interferir en favor de su líder, sino que Apollo hizo acto de presencia para equilibrar la balanza, aunque tampoco hubiera hecho falta.

Y, por si no había aparecido demasiada gente ya, para coronar el segmento, Drew McIntyre se llevó el foco en el post-match, con un ataque a traición en backstage. No me pareció mala idea, aunque aguase la fiesta a un Bálor que había tenido una buena noche, en general. La venganza era predecible, pero estuvo bien ejecutada e hizo recuperar sensaciones a McIntyre, que no se asusta ante nada y busca llevar el timón en las operaciones que le incumben. Un bookeo coherente y que sin ser una maravilla, da lugar a una historia creíble. Quizás demasiado precipitado el que la lucha durase tan poco y tuviera tanto contenido a desarrollar en cuanto a storylines, pero comparado con otros segmentos, fue bastante digno.

Ronda Rousey y Ember Moon vs. Nia Jax y Tamina.

Tras un principio en el que las heels trataron de atacar a traición en la previa del combate, para así debilitar a las faces y adquirir ventaja, el match dió comienzo de manera oficial. Y se vió el esquema que todos esperábamos, siendo Moon la compañera de Ronda, al igual que si hubiera sido Natalya. Nia y Tamina se combinaron para atacar a Ember y la ex-luchadora de NXT sufría, viéndose inferior, soportando castigo, hasta que pudo dar el relevo a la campeona.

Ronda arrasó en su entrada y dejó claro quien mandaba en el ring, hasta que alguna trampa de las rudas la puso en algún compromiso, pero la tremenda superioridad de Ronda, unida a la ayuda al final de Ember con el Eclipse, decantaron la situación en favor de las chicas buenas, siendo Tamina la sacrificada. Individualmente, Rousey fue la mejor, imponiendo cuando tuvo que ejecutar y colaborando desde su esquina cuando Ember estaba sobre el ring. Se vengó de lo que pasó con Nattie y demostró que, hoy por hoy, Nia no es rival para ella. Moon tuvo una leve ofensiva en comparación a Rousey, pero suficiente para lucirse. Es una chica que puede dar mucho más que algún spot espectacular puntual, pero también es comprensible que su ofensiva no fuera tan potente como la de la campeona. Al menos está en main events, lo cual es un paso adelante para ella.

Nia tuvo una actuación bastante floja, pero sobre todo por el bookeo. No puede vacilar de ser quien lesionó a Becky y aparentar ser una bestia, cuando se asusta en el cara a cara contra Ronda y pide rápidamente el tag a su prima. Así no se le puede dar credibilidad a nadie, independientemente de la derrota. No puede ser una heel huidiza. Y Tamina, pues intentaré no ser duro con ella, pero si la analizo en profundidad, creo que no hizo ni una sola acción en condiciones. Ni una. Golpes mal recibidos, lentitud a la hora de colocarse, posicionamiento inadecuado, timing extraño en la ofensiva. Y saltaba a la vista, porque no estaba fijándome en ella y era inevitable ver su poca fluidez y su calidad tan limitada. No es para crucificarla, pero no creo que esté a la altura de las demás, ni de lejos.

Nota del show: 4

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