Review WWE Summerslam 2018 (parte I)

Review del evento especial de WWE, Summerslam

Review WWE Summerslam 2018 (parte I)

Sergio Esteban

20/08/2018 a las 21:32

KICKOFF:

Rusev Day (Rusev y Lana) vs. Andrade “Cien” Almas y Zelina Vega.

Combate corto, frio y sin alma, en el que los mexicanos trataron de meter a la grada con sus poses y provocaciones y los europeos con sus gritos, pero al que perjudicó en exceso una posición tan temprana en la noche. Apenas había público, no se jugaban nada y fue una pelea discontinua en la que no hubo nada a destacar. Los chicos estuvieron a un nivel decente, pero sin apenas tiempo para sacar sus cualidades a relucir. Una lástima para ambos, ya que la progresión de Andrade se ve un poco estancada en un lugar tan recóndito como este y la pérdida de status de Rusev es notable, pese a no ser el derrotado directamente.

En cuanto a las chicas, fueron más protagonistas que ellos al llevarse el foco final y el desenlace del match, pero el nivel que ofrecieron fue bastante pobre. Especialmente el de Lana, que dominó a Zelina la mayoría del tiempo en el que pelearon, pero sin hacerle apenas daño, con una ofensiva poco llamativa y algún que otro error. Vega consiguió el triunfo, pero apenas tuvo resistencia de la rusa, lo cual la deja en buen lugar pero sin ser algo muy vistoso. Hubiera sido mejor la victoria de Almas, pero claro, el sacrificado en ese caso debería haber sido el búlgaro, lo cual viendo el nivel de su esposa, sería un crimen para él. Al final, resultado correcto y match de transición del que poco se podía sacar, que no mejora ni empeora demasiado a nadie al estar bastante opacado por el resto del evento. 

Nota: 4

Campeonato del peso crucero.

Cedric Alexander (c) vs. Drew Gulak.

El mejor combate del preshow, rápido, dinámico, con historia y con calidad, además de con movimientos aéreos y spots llamativos propios de los cruiserweights. Los estilos que ambos mostraron fueron contrapuestos, con un Gulak más técnico y un Alexander más espectacular, alejándose del clasicismo de su adversario. Los dos tuvieron sus opciones y se vendió igualdad, con fases de dominio alternativas que terminaron con la cuenta a favor de Cedric. Quizás esto fue lo peor de la lucha y es que aunque el campeón sea un wrestler creíble y muy atractivo en sus actuaciones, creo que es necesario un cambio de poseedor del título en el show morado. Drew representa un estilo más sobrio y comprendo que para el público de los PPV, lo que se busque en los cruceros sea un spotfest sin muchas pretensiones, pero 205 Live ha evolucionado y es mucho más que eso.

Realmente, Alexander no es solo un luchador aéreo llamativo, teniendo más profundidad, al igual que Gulak al que si no encorsetan en ese gimmick puede ofrecer también una versión parecida a la del campeón. Pero en ocasiones parece que los matches de PPV solo se enfoquen en la espectacularidad y la empresa confíe ciegamente en el spot de turno de Cedric y por eso lo mantenga con el cinturón. En fin, que hay mucho más y para quien verdaderamente esté interesado en evolución de historias, combates más largos y completos y luchas muy dinámicas y con profundidad, les animo a que vean 205 Live, que es una representación mucho mejor de lo que estos chicos pueden llegar a ofrecer que diez minutillos entre anuncios y cortes publicitarios en los que casi nadie les presta la debida atención.

Nota: 6

Campeonatos por pareja de Raw.

B-Team (Bo Dallas y Curtis Axel) (c) vs. The Revival (Scott Dawson y Dash Wilder).

Combate flojo y que representa la pobreza de la división por parejas del show rojo. De los títulos medianamente importantes fue el único relegado al preshow y con razón. Solo hubo reacción al final, con la victoria de B-Team y uno ya no sabe si es porque a la gente le gustó su triunfo o porque se alegraban de que acabase la lucha y por fin fuera a comenzar el PPV. Apenas 5 minutos en los que no se vió nada especial. Absolutamente nada. Alguna pequeña trampa, algunos movimientos combinados, relevos que se pretendían vender con un drama que no tenían y un triunfo sorpresivo que mantiene a Dallas y Axel invictos en un reinado que se está tornando deprimente.

Como segmento cómico puede valer algún que otro día, pero fundamentar un reinado en el mismo bookeo y llevarse por delante el push a conjuntos que merecen una mayor exposición no es la mejor manera de salir del hoyo. Ni siquiera aparecieron otros equipos y las mejores balas se gastaron en Raw, cuando Matt y Bray formaron parte de la triple amenaza titular del pasado lunes. Un espectáculo ramplón, bastante olvidable y que no levanta el vuelo de una división que cada vez está más lejos de ser relevante en WWE. Y con el resultado que se produjo, pues tendremos más de lo mismo durante otro periodo de tiempo más. Al menos no hicieron ningún error destacable, algo es algo.

Nota: 1

 

SUMMERSLAM 2018:

Campeonato Intercontinental.

Dolph Ziggler (c) vs. Seth Rollins.

Buen combate, que cumplió con creces como opener de la cartelera principal y que tuvo un resultado interesante para abrir nuevas puertas de cara al futuro. La lucha tuvo dos partes bastante diferenciadas, con un comienzo lento, de tanteo, en el que ambos midieron sus fuerzas mientras la atención se compartía con la presencia de los ayudantes en ringside y una segunda parte más intensa donde el ritmo creció de manera exponencial. Los primeros minutos no fueron malos, pero si algo lentos, dando paso a una fase en la cual había un dominio alterno, pero más basado en la contundencia de los golpes, con spots muy dosificados, que en la velocidad y la continuidad de esos ataques.

La historia se cocía a fuego lento y el papel de Ambrose y McIntyre parecía que podría ser decisivo, aunque en esos instantes fuera testimonial. En la parte final, los dos mejoraron sus prestaciones, sobre todo Seth, enlazando secuencias muy bien ejecutadas y consiguiendo esa reacción esperada por el idilio que tiene con la grada. Ziggler se defendió bien y, gracias a las distracciones originadas por Drew, que atacó a Ambrose contra las escaleras del ring, parecía que iba a poder retener. La emoción aumentó, aderezada por la épica de la sangre en el rostro de Rollins (sobraban los guantes del árbitro, pero es lo que hay en esta época), las ganas de venganza de Dean sobre el escocés y la realización de varios nearfalls tanto por parte de Seth como de Dolph.

Al final, victoria que me parece correcta, por el nivel de Rollins y las posibilidades que se abren en su relación con Ambrose. Me da pena por la falta de continuidad de Ziggler con el cinturón y por McIntyre, al que hubiera elegido para portar el título de manera transitoria en vez de a Dolph si es que no va a haber rivalidad entre ellos por el IC. Las intervenciones estuvieron bien dosificadas, no aportaron demasiado, pero tampoco molestaron y la grada reaccionó convenientemente, por lo que todos contentos, aunque este no es el mejor match que han tenido Ziggler y Rollins en una storyline que ha ido subiendo de intensidad durante estas semanas, pero no así en cuanto al nivel de lucha, el cual se ha mantenido constante o ha sido ligeramente inferior que en los comienzos del enfrentamiento.

Nota: 7,5

Campeonato por parejas de SmackDown.

Bludgeon Brothers (Harper y Rowan) (c) vs. The New Day (Big E y Xavier Woods).

Combate con gran desarrollo y mal final. El resultado es correcto, pero la forma de escenificarlo creo que es innecesaria y deja mala sensaciones. No esperaba demasiado del desarrollo del match, pero New Day son un seguro de vida. Es cierto que cansa ver como reciben muchas oportunidades, pero una vez vistos sus combates, es difícil reprocharles nada. Big E es un luchador muy potente capaz de ejecutar movimientos poderosos con gran credibilidad y tiene una agilidad increíble, que ya ha demostrado muchas veces. Xavier, por su parte, tiene un personaje escurridizo, pero muy versátil, que se puede adaptar a luchas más técnicas, pudiendo aplicar movimientos aéreos o soportando castigos muy duros de manera aceptable. Ayer comenzaron siendo ampliamente dominados, en una fase en la que los Bludgeon Brothers lucieron como bestias imponentes. Harper hacía que sus periodos de lucha fueran mejores que los de Rowan, pero en líneas generales, no se hacía pesado ese control.

No obstante, la pelea subió de nivel cuando las fuerzas se igualaron, los faces se zafaron de varias cuentas y consiguieron tomar las riendas de la lucha con gran apoyo popular. Poco a poco la previsibilidad se tornaba en emoción y las alternativas y el dinamismo beneficiaban a todos, incluidos a los campeones que podían mostrar más cosas que de costumbre. Y en esas estábamos cuando Rowan provocó la descalificación de su equipo a base de martillazos. Resultó un final frio y anticlimático, el cual denota inteligencia por parte de los heels, ya que cuando se vieron en dificultades, prefirieron la vía fácil y retener de modo sencillo, más allá de cuestiones éticas. Pero a la vez, no los deja en buen lugar, ya que parece que cuando no pueden aplicar su característica contundencia, se ponen nerviosos y no son capaces de modificar su actuación para buscar otras alternativas. Quizás no sea lo mejor para un gimmick tan bestial como el que tienen. Fue algo innecesario y que protege a unos New Day que tampoco necesitaban esa protección. Final feo para un match que se estaba poniendo muy interesante.

Nota: 5

Combate por el maletin de Money In The Bank.

Braun Strowman vs. Kevin Owens.

Golpe sobre el esquinero, dos carreras en ringside atropellando al oponente, chokeslam en la rampa de entrada y running powerslam para finalizar. Se tarda poco en escribir, pero no mucho más en verlo. Y ese es el problema de esta rivalidad, la tremenda superioridad con la que han vendido a Strowman que ha impedido que podamos ver algún combate interesante entre ellos de forma creíble. Veo lógico que una apuesta de presente y futuro tan imponente como es Braun venza, que consiga superar el obstáculo que supone Owens y que tenga una performance en la que salga over. Pero esta rivalidad es una de las más importantes de Raw y Kevin vuelve a ser tratado como un don nadie, apenas capaz de dar una patada a Strowman en la rampa que ni siquiera afectó al monstruo entre hombres. Por muy coherente que sea la venganza del gigante, del cual el canadiense se ha tratado de reír estas semanas previas, el enfoque ha dejado mucho que desear y en ningún momento se ha visto una rivalidad real, sino a alguien tramposo buscando triquiñuelas para defenderse y provocando derrotas accidentales. 

En fin, tampoco es el fin del mundo para Owens, ya que el status de Strowman es inconmensurable y perder frente a él entra dentro de lo normal, pero le costará recuperarse con varias promos destinadas a ganar credibilidad. Y lo peor es que no es la primera vez que le pasa, ya que su actuación frente a Goldberg, no hace tanto, fue similar. En cuanto a Braun, retiene un maletín que no le hace falta. Ese objeto debería servir para permitir ascender sorpresivamente a alguien que no tiene otra forma de hacerlo. Strowman hasta podría anunciar tranquilamente su canjeo en vez de aparecer por sorpresa y el efecto sería parecido. Muy coherente todo lo que sucedió con el hilo argumental de Raw, pero un gran desaprovechamiento respecto a lo que podrían habernos ofrecido si hubieran apostado por un bookeo más equilibrado.

Nota: 2

Triple amenaza por el campeonato femenino de SmackDown.

Carmella (c) vs. Charlotte Flair vs. Becky Lynch.

Una de las grandes sorpresas de la noche. Fue sorprendente el desarrollo, ya que Carmella estuvo muy bien y tuvo un desempeño bastante positivo respecto al que había demostrado en los últimos tiempos. La que cometió más errores y parecía más nerviosa fue una Charlotte que, pese a parecerme la mejor luchadora, desde que volvió de su lesión se nota en una forma mediocre, lejos de sus mejores días. Y para redondear las sorpresas, tuvimos un turn heel de Becky en el post-match cuando felicitaba a The Queen por su triunfo, el cual me pareció una mala decisión.

La pelirroja está muy over entre el público, la grada reclama el cinturón para ella y, realmente, la irlandesa lo merece. Puedo comprender que no se llevara el título anoche (aunque hubiera querido que lo consiguiese), pero hacer que fuera ella la que traicionara y cambiara de bando me resulta incomprensible. Y, como a mi, creo que a un buen sector de la grada que reaccionó de manera clara, apoyando masivamente a Lynch en detrimento de una Charlotte que ha llegado y, sin mucho trabajo, ha ganado el cinturón. Por supuesto, no está en malas manos el título, pero hay que ser coherentes y este no era su momento, pudiendo generar en la audiencia un rechazo similar al de Reigns. Algo que no depende ya del rendimiento ni de la calidad del wrestler en cuestión, sino del hartazgo del fan de ver los favoritismos hacia unos u otros en ciertas ocasiones claves.

La lucha no fue mala, pero el resultado marca demasiado y no fue el correcto, por mucho que Becky estuviera destinada a coronarse en Evolution, cosa que es hacer wrestling-ficción. Y, para terminar con las sorpresas, tenemos que la que mejor parada salió de todo puede ser Carmella, que estuvo bien, rindió por encima de sus posibilidades reales, no desentonó e hizo frente a dos rivales poderosas en una actuación bastante digna, perdiendo el título sin ser planchada. Flair queda marcada a nivel de imagen, siendo una face en el precipicio de un turn heel, con un posible rechazo extensible en el tiempo y Becky queda como underdog para los fans, pero como reina sin corona y para colmo con una traición que fue más aplaudida que abucheada sobre la, en teoría, favorita de los fans. El mundo al revés.

Nota: 5,5

Campeonato de WWE.

AJ Styles (c) vs. Samoa Joe.

Cosas muy positivas y otras no tanto en un enfrentamiento digno del título más prestigioso en Summerslam. Por empezar por lo bueno, es innegable que la adición de la familia de Styles a la storyline supone una mejora clara, con un componente emocional que hizo que, desde la promo inicial de Joe, hubiera una gran tensión en la lucha, provocando una atmósfera especial. La historia que contaron, la química entre ambos, derivado del conocimiento que tienen el uno del otro y la versión de AJ más desatada también aportaron una nueva dimensión a la rivalidad. Styles luchaba por el honor, con odio y nervioso, supliendo con corazón y pensamientos en su familia la ventaja física del samoano. Joe, intentaba hacer perder los papeles a Styles en cada momento, sabedor que sería más fácil derrotarlo si este caía en sus provocaciones y su mente no se encontraba centrada al 100% en la pelea.

Fue una lucha muy coherente, con un storytelling muy bien hecho y en la que importaba más el por qué sucedían las cosas que el cómo ocurrían. Una lucha más para vivir y conocer la historia que para disfrutar objetivamente. En ese sentido, en TNA ofrecieron espectáculos de mayor nivel y aquí, sin ser un mal combate, estuvieron lejos de igualar aquellas performances. Y lo negativo es el final. Es muy lógico, se entiende perfectamente y es natural la reacción de Styles ante los juegos de Joe con su familia de por medio. Además, abre puertas al ver como la familia de AJ reprobó su pérdida de nervios y no estuvo de acuerdo con como actuó.

Styles retuvo, pero perdiendo el match y el beneplácito de su gente (asustando hasta a su hija), lo cual es más doloroso, dejando un final incompleto, a Samoa enfadadísimo y que sirve como punto de partida más que como final. Y esa es la pena, que Summerslam debería ser el evento donde finalizan reinados o donde el desenlace favorece definitivamente a alguien. Y lo que se vió fue algo más propio de un semanal, con una dosis extra de dramatismo por ser el segundo PPV en importancia de la compañía. Pese a todo ello y no ser fan de finales sucios en PPV, la pasión fue tal que no ensombreció del todo la buena contienda que vimos y la intensidad y las ganas que derrocharon ambos.

Nota: 7

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