Review Monday Night Raw 16 de julio de 2018

Promo inicial.

Comienzo del show con luces y sombras. Hubo puntos positivos en la promo que abrió este Raw, como la actuación de Heyman, que enfatizó mucho en su personaje histriónico, llamando la atención del público y originando heat en contra, tanto del suyo como del desaparecido campeón. También es agradable ver mezclados con main eventers, aunque sea lejanamente y únicamente como puntos de apoyo en la storyline, a hombres como Rollins, Elias, Drew o Finn, que llevan tiempo teniendo una buena trayectoria en el show rojo. Sin embargo, la incoherencia que rodea a toda esta historia es bastante difícil de defender. Se supone que el enfrentamiento entre Lashley y Reigns del PPV era para definir ya al retador de Lesnar.

Este recurso simplemente es quemar un programa más y alargar un par de semanas el nombramiento del contender al título, en una lucha en la que, al final, se repetirá lo mismo visto en Extreme Rules. Lo único bueno es que esto nos dejó dos triples amenazas interesantes en el show, aunque tuvieran un resultado cantado. La única diferencia que podría haber respecto a lo visto el domingo es que fuera Roman quien ganara y, visto lo visto anoche, sería lo mejor. Si comparamos reacciones, Bobby Lashley estuvo lejos de los demás. Solo se podría comparar a McIntyre y porque es heel, pero es tremendo tener a seis luchadores en el ring y que el que parezca más over entre la directiva, sea el más ninguneado por la grada, que al final es lo que más importa para ofrecer un producto de calidad.

Roman Reigns vs. Finn Bálor vs. Drew McIntyre.

Gran lucha. Fue mejor en calidad y duración que cualquiera de las peleas que se vieron el domingo en el PPV. Pero no solo eso, sino que el desarrollo tuvo de todo. Movimientos aéreos, psicología, buen selling, fluidez y dinamismo, una historia bien explicada, papeles muy definidos, un premio en juego y hasta la violencia que le faltó a Extreme Rules, cuando Bálor sacó una silla a relucir para atacar a Reigns. Un match emocionante y plagado de alternativas en el que hubo incertidumbre por momentos, pero en el que se impuso la lógica y salió vencedor el hombre con mayor status. Pese a ello, todos lucieron bien. Drew demostró que puede estar a la altura de los grandes nombres y entretener con un papel heel claro. Además, hizo una performance bastante digna, con ofensiva y manejando la lucha cuando le tocaba, lejos del común de los heels oportunistas que tanto se estilan ahora en la empresa.

Finn estuvo bastante bien en su papel, con el apoyo de la grada y usando todas las armas que tenía a su alcance para ganar, conectando con la audiencia, pese a terminar siendo derrotado. Y Reigns, consiguió una victoria de nivel frente a dos rivales en plena forma. Le benefició el formato del match, siendo algo intermedio entre el heel escocés y el face irlandés, dejando que sus fans y sus detractores se expresasen en cada momento, dependiendo de contra quien luchaba en ese instante. Se sintió más natural que otras veces y, en general, se vió un espectáculo muy entretenido. Quizás sea incoherente la justificación para que se produjera esta lucha, pero eso poco importa si la performance es de este nivel.

Dolph Ziggler vs. Bobby Roode.

Decente lucha, que sin ser lo más destacado de la noche, aporta calidad al midcard y deja buenas sensaciones para ambos wrestlers. El comienzo fue lento, marcando demasiado las posiciones y orientado más al llaveo. En el transcurso de la contienda la tendencia fue cambiando y la gente se metió en el combate, apoyando a un Roode que tras semanas estando bastante perdido, estuvo bastante correcto, recuperando parte del interés que últimamente le costaba generar. El hecho de que no fuera un match con el cinturón implicado en la disputa, también aportó un punto de imprevisibilidad respecto al ganador final y eso le dió más emoción a la parte decisiva del combate.

En esa fase, tras una serie de intercambios, Dolph se impuso de manera clara y creíble, luciendo como un digno campeón ante un enemigo que opuso resistencia, no rehuyendo la confrontación y tomándose las cosas en serio, aún no estando la correa en juego. Roode también salió medianamente bien parado y es que, aunque su derrota fue limpia, lució dominante en muchas fases del encuentro y volvió a sentirse como un luchador aprovechable del midcard. No es la posición que él desearía, pero contando el retroceso que había sufrido su personaje, volver a estos lugares es positivo para él. Incluso una rivalidad de transición con Dolph le vendría bien, aunque con McIntyre por medio, creo que los planes de WWE son otros para Bobby. Si es que hay planes...

Tyler Breeze vs. Mojo Rawley.

Combate intrascendente, de relleno y que vuelve a poner over a un luchador que no lo merece. Mojo no es un buen wrestler, pero tampoco es un buen entertainer. Aparte de sus dificultades in-ring, tanto en ejecuciones como para llevar el peso de un combate, es que no conecta con la grada y no despierta interés apenas. La pelea de anoche fue un squash alargado en el que Tyler, apenas tuvo algún golpe suelto y en la que el público no mostró ninguna emoción. Una pena ver asi a Breeze, ya que él si que es un luchador aceptable y conseguía conectar cuando era vendido de manera eficiente. Anoche fue más espectacular su selling que los propios ataques de Rawley, que únicamente fueron las embestidas de fútbol americano que siempre realiza y el Alabama Slam como finisher.

Pero es el papel que le toca como jobber, y más aún tras estar en solitario por la lesión de Fandango, ser alimento de un hombre al que inexplicablemente para una mente racional, le siguen dando un push y tratan de vender como alguien de un nivel superior al que realmente posee. Y lo que es peor, no es ya que Mojo tenga un push, que no es nada convincente de por si, sino que gente con talento y que nunca han tenido opciones reales de demostrarlo como No Way o Tyler, se vean ninguneados y arrastrados a la mediocridad y la irrelevancia cuando tienen un potencial mayor que su rival para resultar atractivos de cara al espectador medio.

Bayley y Sasha Banks vs. Alicia Fox y Dana Brooke.

La relación entre Sasha y Bayley resulta tóxica para ellas, pero es que está empezando a ser tóxica también para el espectador. Es desesperante ver como avanzan y retroceden continuamente para volver al mismo punto de inicio una, y otra, y otra, y otra vez más. En unas ocasiones aparece el Doctor Shelby y en otras no. En unas pide perdón una y en otras la otra. Un minuto dicen que se quieren y al siguiente está peleando. Como historia realista puede convencer, pero cuando las cosas se eternizan y se lían más y más, acaban por cansar. Es evidente que quieren ajustar los tiempos de la traición final para que coincidan con Summerslam, pero los fans ya están algo cansados de dar vueltas sobre lo mismo siempre y que los amagos de ruptura no se confirmen nunca al 100%.

Tras un segmento de backstage en el que hubo una especie de reconciliación, pero echándose cosas en cara, pasamos a una lucha de la que pocas conclusiones pueden extraerse. Las “amigas” son muy superiores a Alicia y Dana, por lo que deberían haber ganado con facilidad, pero todo terminó con una doble cuenta fuera del ring que no dejó ganadoras claras. Un segmento de transición y de relleno que no beneficia a nadie, ni las perjudica. Lo bueno para Fox y Brooke es que siendo inferiores no fueron derrotadas, pero lo malo es que apenas se lucieron y fueron muy secundarias. Para Banks y Bayley, pues un paso más en su rivalidad, volvieron a llevarse el foco, pero no aprovecharon una nueva oportunidad de definir por fin sus roles y establecer definitivamente esa enemistad que la mayoría del público aún espera ver.

B-Team (Bo Dallas y Curtis Axel) vs. Ascension (Konnor y Viktor).

Esto no es digno de Raw. No se puede culpabilizar a estos cuatro hombres, ya que son buenos profesionales, siempre han sufrido bookeos lamentables y son unos trabajadores que cumplen su función. Pero esto no atrae a nadie y es indefendible. Los guionistas no pueden vender como imbatibles, en un mes, a personajes que llevan años siendo jobbers y que de la noche a la mañana han pasado a ser relevantes. No ha habido una transición y no han conectado con la grada, más allá de algún segmento cómico. Todo esto es la consecuencia del dominio de The Bar y de Shield el año pasado, que estaban a una distancia sideral de estos conjuntos. No se les dió credibilidad ni a ellos, ni a los propios Ascension, ni a Titus WorldWide, ni a Revival, ni a Slater y Rhyno y ahora el desinterés en la división es máximo.

Ni siquiera resultaba conveniente darles el campeonato en este momento a B-Team por los posibles rivales que puedan tener. Revival o AoP son también heels y sería mejor que lucharan contra Matt y Bray. Unos Deleters of Worlds, por cierto, que hicieron una promo en el post-match invocando su cláusula de revancha para la semana que viene. Hay rumores de ruptura y puede ser que en el próximo Raw se rompa su alianza. No es que me haya gustado demasiado su reinado y creo que habían perdido parte de la esencia que les llevó a ser campeones por pareja, pero contando lo que puede ser el reinado de Dallas y Axel, casi preferiría que recuperasen los títulos y se separaran más adelante.

Promo de Alexa Bliss y Ronda Rousey.

Este segmento puede tomarse de dos maneras. La del espectáculo y la de la coherencia argumental. En la primera de ellas, tenemos un buen segmento. Es evidente que Ronda y Alexa generan mucho. Una por ser la estrella que es, capaz de llamar la atención y llevarse siempre el foco. La promoción con Rousey es brutal, pero también es cierto que la grada pide su presencia, que el ambiente adquiere otra dimensión cuando aparece y que sin hablar y solo actuando, es capaz de enganchar a la mayoría de fans. Bliss, por su parte, aunque siga teniendo un bookeo lamentable en cuanto a sus capacidades de lucha, demuestra que puede hacerse odiar con facilidad y con el micro muestra una seguridad que origina un heat en su contra que nadie consigue en la división femenina.

Pero luego, tenemos la parte de la lógica y la de los partidarios de que el wrestling, aunque sea un espectáculo, también tiene que tener cierto sentido. Y en ese plano esta storyline falla muchísimo. Resulta increíble ver que una novata en WWE por mucho poder que tenga fuera del wrestling, sea tan favorecida sobre kayfabe. Aún es más incomprensible que se permita que alguien destroce a su enemiga con total impunidad. No es que sea bullying como el que Nia hacia a Bliss, pero es una heel a la que están machacando entre vítores, lo cual no es un gran ejemplo. Y, sobre todo, la imagen de premiar los actos de Ronda es bastante triste. Atacó en su día al GM, al igual que en el PPV y ayer a Alexa, aún estando suspendida. Y la consecuencia de actuar de esa manera tan despreciable y fuera de la ley es darle una oportunidad titular en todo un Summerslam. La injusticia favoreciendo a la face. Pues no es el guion más adecuado que digamos.

Titus WorldWide (Titus O´Neil y Apollo) vs. Authors of Pain (Akam y Rezar).

Quitando la promo anterior, la parte central del show fueron cuatro squashes prácticamente consecutivos. En este caso, es el bookeo más justificable ya que AoP están siendo vendidos como bestias desalmadas y tienen que vencer con contundencia y en poco tiempo para seguir transmitiendo esa sensación. Lo malo es que tras ver tantos combates cortos, a estas alturas del show, se hace un poco repetitivo este tipo de segmentos. Lo que se vió fue lo que cualquiera de nosotros podría esperar que sucediera. Nada nuevo. Movimientos combinados de los heels, gritos guturales reivindicando su fortaleza como equipo, ataques poderosos contra sus adversarios y unos Titus y Apollo a su merced, sin apenas resistencia y ampliamente superados por Akam y Rezar.

La división de parejas de Raw tiene el problema del desinterés y la poca credibilidad de los conjuntos que la componen, asi que esto también afecta a los nuevos equipos, como Authors of Pain. Ganan y convencen, pero la sensación de sus rivales es tan sumamente pobre que tampoco les permite disparar su status hasta niveles llamativos. Veremos lo que sucede en semanas posteriores y, sobre todo, como los bookean, porque dentro de la irrelevancia de las parejas, los que parecen mejor colocados para retar a los que salgan campeones de la semana que viene, son ellos y Revival. Y si retienen Curtis y Bo, todos serían heels.

Ember Moon vs. Sarah Logan.

Combate decente, bien ejecutado, pero al que no acompañó el público, que considera a esta rivalidad en el lowcard de la división femenina. Ember lleva semanas haciéndolo muy bien y necesita un impulso que le permita tener más importancia. Su rendimiento en el ring es bueno y hay que profundizar más en su personaje o mezclarlo con otras wrestlers que tengan una mejor posición. Y es que el problema de Sarah Logan, su rival de ayer, es precisamente ese. Su posición. Riott Squad como conjunto ha tenido momentos buenos y malos, pero desde que están sin su líder, han entrado en la espiral de jobbers que ya les pasó a Absolution cuando perdieron a Paige. En ocasiones, parece que son equipos únicamente destinados a ser eso, conjuntos para dar réplicas, pero una vez fuera de la facción a la que pertenecen, cuando sus integrantes luchan de manera individual, se vienen abajo todas de la misma manera.

Sin embargo, ayer Sarah le dió la vuelta a ese estigma y consiguió derrotar a Ember. No es que me alegrara demasiado por la ex-campeona de NXT, pero lo bueno es que el match fue bastante correcto y ambas demostraron que independientemente del bookeo, pueden ofrecer un show entretenido. Moon fue superior durante la mayoría de la pelea pero Sarah, mediante trampas y ayudas de Liv, que estaba en ringside, tomaba las riendas en ciertos momentos, dando una continuidad y coherencia a la lucha muy dignas. Se vieron algunos movimientos vistosos y se contó una historia simple, no demasiado larga, pero más que digna. Al final, lo de siempre pero a la inversa. Victoria sin importancia de Logan que no le permite avanzar demasiado y derrota de Ember que la aleja más de las oportunidades que merecería por calidad.

Bobby Lashley vs. Seth Rollins vs. Elias.

Enfrentamiento bueno, con calidad y digno main event del show, pero un pelín inferior a la triple amenaza que se dió en el opener. Previo a la lucha se vió una nueva performance de Elias con su guitarra, provocando al público y obteniendo grandes reacciones. No es que sea el mejor luchador del mundo, pero es paradójico ver su situación y la de Lashley, el elegido para ganar el combate posterior. Eso por no hablar de Seth, que evidentemente tiene mucho más que Bobby, para ser el retador al Universal. De todas formas, pese a que Lashley no sea santo de mi devoción, tampoco veo justo sobre kayfabe lo que le pasó, ganándose el derecho a luchar contra Brock al vencer a Roman en Extreme Rules y teniendo que pasar por todo este proceso para, al final, perder presumiblemente frente al samoano la semana que viene. Si gana, todo esto habrá sido un entretenimiento por alargar las cosas. Si pierde, simplemente nos han engañado otra vez más.

En cuanto la lucha en si, pues estuvo bastante bien, con un Elias agresivo, centrado desde un inicio en hacer daño a Rollins. Estuvo bien The Drifter, a la altura de sus enemigos, dando buenas sensaciones y aportando solidez, tanto al recibir castigos como llevando el peso del combate cuando le tocaba. Rollins no tuvo excesivo protagonismo hasta la fase final, pero si que dió dinamismo a la contienda, movimientos veloces, aumentó el interés de la grada y se lució con su siempre espectacular estilo. Y Lashley, pues consiguió ganar luciendo como una fuerza la naturaleza, pudiendo en ocasiones con sus dos rivales a la vez y aparentando seguridad en todo momento. Quizás lo que más falló fue la emoción, ya que tras la victoria de Roman, era evidente que Bobby vencería para enfrentarse a él, pero todos lucieron bien y fue algo divertido, también mejor que cualquier lucha de las que se vieron en el PPV del domingo.

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