Review Monday Night Raw 26 de marzo de 2018

Review del show de esta semana de Monday Night Raw

Review Monday Night Raw 26 de marzo de 2018

Sergio Esteban

27/03/2018 a las 21:52

Promo de Roman Reigns y Brock Lesnar.

Segmento clásico que es vistoso y tiene momentos interesantes, pero que no aporta nada nuevo a la rivalidad. Simplemente incide una vez más en el error de querer modificar el pensamiento del fan por la fuerza. Reigns había tenido un periodo de mayor aceptación cuando se mostró él mismo, siendo tweener, con promos realistas, asociado a otros faces o dejando la empresa que demostrase sus cualidades in-ring, que es donde destaca. Pero Vince sigue empecinado en venderlo como underdog, obligando a la gente a quererlo, consiguiendo justo el efecto contrario. El samoano obtiene reacción y vende, pero no de la forma que la compañía quiere que lo haga (aunque esto puede ser una trama urdida para enfadar a la grada). Sea como sea, la promo no es mala, pero resulta paradójico ver a Heyman hablar tan mal de Roman y que reciba muchos más aplausos que abucheos. La estrategia de hacer quedar mal a Brock por si se marcha, está saliendo al revés y, al igual que en el feud con Goldberg, quieren hacer de él un heel y la audiencia lo va a aplaudir más que al supuesto face.

El manejo de Paul del micro, como siempre excelente, llevando a la grada por donde quería (vista la situación contradictoria, pero esperada) hasta la aparición de Reigns. A partir de ese momento, comienzo de brawl igualado con dominio alterno. Roman tuvo ventaja con la silla, pero el campeón se recuperó de gran manera, pasando a tomar el control de la situación. Ambos obtenían reacciones similares, ante la dureza de los golpes, bien vendidos por los dos. Pero la fase final volvió a resultar similar a lo visto durante toda la rivalidad. Un Lesnar dominante, con los escalones del ring y un F-5, actuando como bestia despiadada en el enésimo recurso de Vince para establecer a Roman como babyface. Con la experiencia que tiene, habrá que pensar que esta controversia es la que quiere, porque desde luego, todos vemos que para hacer de Reigns un luchador adorado, ese no es el camino. No se puede forzar y limitar las elecciones del público sobre a quien apoyar. Y ayer, McMahon tuvo una nueva demostración con los vítores al tremendo destrozo final que sufrió su elegido.

Nia Jax vs. Mickie James.

Combate predecible y algo frío por la situación que rodea al título femenino de Raw, la cual es bastante poco llamativa. El planteamiento de esta lucha es coherente, al enfrentar a la escudera de la campeona contra la retadora y la acción vista en el cuadrilátero fue bastante aceptable. Se mostró a una Nia fuerte y poderosa, ganando con claridad y sobreponiéndose a la desventaja que suponía la presencia de Alexa en ringside. Estuvo dominada en algunas fases, pero daba una impresión de controlar la situación, siendo vendida de una forma bastante creíble. Mickie también estuvo correcta, con movimientos interesantes y buscando las debilidades de la gigante, pero cayendo derrotada de forma clara y contundente. Su papel en estos momentos es ese, teniendo por función poner over a su rival, asi que su status tampoco queda muy comprometido tras su evidente derrota.

Bliss, por su parte, sigue con su manera oportunista y cobarde de afrontar las cosas. Trató de ayudar a James en lo que pudo y atacó a Nia en el post-match, pero salió huyendo rápidamente como siempre. Es algo a lo que estamos acostumbrados, pero no deja de ser triste que una campeona actúe así permanentemente. En alguna ocasión es lógico y positivo, pero siempre, da mala imagen al cinturón. Por lo tanto, una transición que sirve para desnivelar aún más la manera en las que lucen la campeona y la retadora y que sigue sin enganchar a la audiencia de forma definitiva. Si la rivalidad hubiera venido desde más atrás en el tiempo o, al menos, hubiera motivaciones menos infantiles para el enfado que ha llevado a esta situación, hubiera sido probablemente diferente la percepción de los fans acerca de ellas. Ahora parece todo un poco de serie adolescente y orientado a un público más de telenovelas que de historias fuertes.

Cedric Alexander y Mustafá Ali vs. Drew Gulak y TJP.

Combate de relleno y que carece totalmente de sentido realizar en un Raw como el de ayer. La división crucero hace tiempo que no tenía relevancia en el show rojo. De hecho, en las últimas semanas ni siquiera habían tenido el match típico de relleno. Asi que es imposible despertar el interés de nadie en estos personajes cuando no se han cuidado y no importan a nadie. El planteamiento, además, tampoco es muy llamativo. Por un lado tenemos a los heels, que son muy inferiores sobre el papel, solo están ahi para poner over a quienes se van a jugar el título en WrestleMania y que en los cinco minutos que les dan no demuestran nada, simplemente ser unos sacos de boxeo sobre los cuales se exhibieron Alexander y Mustafá. No era el momento de que realizasen una performance espectacular, pero no deja de dar pena ver así a un ex-campeón y a un hombre que merece serlo por su gran trayectoria en este último año.

En cuanto a Ali y Cedric, aplicaron sus finishers, se mostraron dinámicos y atléticos y recordaron al público de los lunes que también existen. Ni interacciones entre ellos que desarrollaran la rivalidad, ni enfados, ni piques, ni nada. Básicamente fue como un entrenamiento con público, que no pertenece a ninguna storyline que tenga continuidad y al que la gente no prestó mucha atención. Son carne de kickoff en WrestleMania, donde espero que, al menos, les den tiempo para ofrecer el máximo que puedan y despierten un mayor interés en los fans del estadio.

Miz TV.

Buen segmento, que entretuvo, pese a no avanzar mucho en la historia. Me gustó la actuación de Miz, demostrando que con el micro sigue siendo una superestrella de primera categoría. Fue capaz de generar heat en contra en casa, algo bastante difícil para un heel. Ni siquiera es querido en Cleveland, lo que da idea de lo bien que hace su papel. La manera de engañar a Rollins y Bálor, provocando que estos pensaran que se iba a dividir Miztourage, también me pareció correcta. Daba la sensación de que el enfado de Mizanin con sus lacayos era real y que ya había perdido la confianza en ellos, pero consiguió engañar a sus enemigos para que estos bajaran la guardia antes del ataque que recibieron de Dallas y Axel. El problema es que estos secuaces son demasiado débiles como para asustar a nadie.

Por un lado, llevan razón Finn y Seth cuando dicen que gracias a ellos, Miz aún tiene el título intercontinental consigo pero, por otro, siguen resultando unos personajes muy menores cuando tienen que actuar individualmente. El público reaccionó bien al segmento, lo cual es notable, contando con la poca profundidad que tiene toda la historia sobre kayfabe y el final, volvió a dejar muy definidos los status de cada uno. Miz, como siempre, todo lo que habia ganado con el micro en la mano, lo perdió cuando hubo que pasar al plano físico. Miztourage no aportaron mucho, más allá del momento sorpresivo contra los retadores y recibir a The Club al final en una aparición bastante innecesaria de estos. Y Bálor y Rollins, pues siguen con su supuesto respeto entre ellos, pero aprovechando cada oportunidad para quedar por encima de su rival. En esta ocasión fue Finn quien posó con el cinturón, dejando dolorido a Seth en el suelo. La semana que viene, será al revés seguramente.

Asuka vs. Jamie Frost.

En un Raw tan flojo como este, es difícil elegir el peor segmento de la noche pero, para mi, este se lleva la palma. Comenzó con una entrevista a una desconocida, diciendo que no tenía miedo a Asuka. Una bofetada tras varios golpes, patada de la japonesa y cuenta rápida. No tiene mucho sentido hacer algo así la verdad. Primero porque la Emperatriz debe enfocarse en Charlotte y en SmackDown, intentando asustarla en su show. Segundo, porque a nadie le infunde miedo ver una victoria ante una jobber sin resistencia en medio minuto, con una simple patada. Y tercero porque, ya que aparece Asuka en Raw, se puede involucrar en combates más serios que en este tan predecible que no supone absolutamente nada.

Un relleno muy innecesario y que podría haber sustituido por otro reto de mayor dificultad, ya que lo ideal sería que la nipona pudiera hacer promos, pero ya sabemos de sus problemas con el idioma. Por ejemplo, lo que hizo Ronda después, frente a Absolution, podría haberlo hecha ella y ya que Mandy y Sonya no iban a acabar bien la noche. Podría haber sido la japonesa quien las venciese. O incluso un tag team, uniendo a Rousey con Asuka, aunque es difícil si no quieren hacer luchar a Ronda hasta WM. No sé, algo que fuera medianamente interesante y sirviera para llamar la atención, al menos.

Promo de Matt Hardy.

Buena reacción de la grada a la aparición de Matt. Me alegra por él y por el hecho de que su match en el main event del pasado Raw tuviera una buena aceptación y fuera bien entendido por la mayoría de la audiencia. Poco más que decir sobre él, ya que lo único que hizo en su segmento fue proclamar que iba a formar parte de la batalla real de André, algo bastante previsible. Podría haber tenido un mejor momento en WrestleMania, pero una vez quemado el cartucho del Ultimate Deletion, creo que lo mejor es que forme parte de esa lucha y llegue hasta la parte final, donde pueda tener alguna interacción con Jeff o el propio Wyatt. A partir de ahí, construir su mundo de nuevo y meterse otra vez en la dinámica del midcard de Raw, de donde salió la semana pasada, pero a donde estaba condenado a volver, lógicamente.

Promo de Bayley y Sasha Banks.

Esta es la verdadera rivalidad personal que llama la atención en Raw. Es una historia cocida a fuego lento, que ha tenido mil amagos de traición y puntos de conflicto que han derivado en la situación actual. Es de las rivalidades mejor construidas del show por el tiempo de relación y los hechos que han ido hilando la historia. Sin embargo, tenemos esta storyline relegada a un segundo plano. Es triste ver que ambas pueden formar parte de la batalla real, cuando tanto por historia, como por calidad, superan a Nia y a Alexa en el feud que ellas mantienen. La pelea de anoche estuvo muy bien razonada y ejecutada. Ambas comienzan a hablar como amigas que son, pero sacan a relucir los trapos sucios y acaban perdiendo los estribos de forma muy natural, como nos podría pasar a cualquiera de nosotros en una situación similar. Ambas se atacaron y tienen sus fanáticos, por lo que no queda muy definido quien es la buena y la mala, aunque en teoría, debería llevar todo esto a un turn heel de Sasha.

Mejor dejarlo así y que en WrestleMania, en el momento en el que ambas se queden frente a frente, como es obvio que va a suceder, el público decida. Respecto a los vaciles que se hicieron, me gustó el de Banks diciéndole que ella era cuatro veces campeona. Claro, lo ha sido cuatro veces y Bayley solo una, asi que es normal que lo use como arma arrojadiza. Pero Bayley podría haberle dicho que con solo una ostentación y ella con el cuádruple, está a solo una semana de distancia de Sasha en los días de reinado que han mantenido el cinturón (76 vs. 84). Espero una buena promo de ellas la semana que viene. Una lástima que no tengan el foco máximo ni luchen por el oro.

Braun Strowman vs. Sheamus.

Combate muy similar al de la semana anterior para el monstruo entre hombres, frente a la otra mitad de The Bar. En esta ocasión, el rival era el irlandés y ofreció también una lucha sólida, como la de Cesaro en el anterior Raw, aunque me gustó un pelín menos. Quizás sea por gustos personales o por el dinamismo que el suizo imprime a sus matches, me pareció una mejor performance, pero no hay que menospreciar la solidez de esta. Sheamus tiene un estilo más rudo, más powerhouse y más contundente que su compañero, que alterna ese registro con uno más ágil y con un mayor ritmo que da más variedad a las contiendas que disputa. La estructura de la lucha si que fue muy parecida.

Control mayoritario y sensación de superioridad de Braun durante toda la lucha, pero sin llegar a ser un squash, ya que Sheamus, ayudado por su compañero o por errores propios de Strowman, conseguía llevar el dominio en momentos puntuales. Cuando la cosa volvía a la normalidad, el gigante volvía a lucir como una montaña imposible de escalar y devolvía las cosas a su estado natural. Se mantiene a Braun como una bestia descomunal e imbatible en condiciones normales, pero me gusta que los europeos den batalla y con artimañas, interferencias o acciones oportunistas tengan armas con las que intentar defenderse. Considerando que el rival es Strowman, ya es bastante más de lo que consiguen la mayoría de los enemigos a los que el monstruo entre hombres se enfrenta.

Promo de Ronda Rousey.

Otro segmento bastante flojo en un show plagado de ellos. La promo de Kurt Angle fue aceptable, pero Ronda no estuvo al nivel. Comprendo que lleva muy poco tiempo en la empresa, tiene que adaptarse y que, tanto por carisma como por lo que vende y supone su presencia, Ronda es una gran atracción para WrestleMania y hay que promocionarla debidamente. Por supuesto, nadie nace sabiendo y es normal que necesite un periodo de aclimatación para desenvolverse bien, sobre todo con una audiencia tan grande como la que tiene enfrente. Pero es innegable también que no tiene lo mínimo necesario para llamar la atención cuando habla. Su presencia y su carisma es brutal, pero en cuanto Kurt dejó de hablar y ella cogió el micro, la intensidad de la promo cayó en picado. Su discurso fue en un tono monótono y a un volumen muy bajo, algo que sacó de la historia al público que la estaba viendo. Que diferencia con Paige, que atraía la atención sin decir nada relevante.

La paliza posterior, tampoco es que me gustara demasiado, por lo previsible y por lo mal ejecutadas que estuvieron algunas acciones. Es poco creible que Deville vendiese como muy poderoso el golpe que recibió de Ronda en primera instancia, pero bueno, eso es pasable porque hay que poner over a Rousey. Lo peor fue la recepción apresurada de Sonya del suplex que Ronda le hizo a Mandy. El timing fue horrible y podría haber pasado algo peor ante tanta descoordinación. Menos mal que hubo suerte. La parte final con el brazo de Rose aprisionado y Ronda apiadándose de ella por petición de Angle me pareció algo mejor, pero en global, el segmento no está nada bien resuelto.

The Club (Karl Anderson y Luke Gallows) vs. The Miztourage (Bo Dallas y Curtis Axel).

La división en parejas del show rojo está bastante mal, como se lleva viendo durante semanas. La mayoría de sus conjuntos, quitando a los campeones, van a tener un papel irrelevante en WrestleMania y no consiguen atraer la atención de la grada por si mismos. La performance de ayer, no está mal en cuanto al nivel in-ring, ya que cuando se les permite demostrar de lo que son capaces, The Club y Miztourage son cumplidores. Sin embargo, la frialdad que transmiten, como consecuencia del status tan bajo en el que la compañía los ha puesto, hace difícil que el público sienta interés por ver una pelea entre ellos. Y eso que tenían una relación previa de semanas, en las que han mantenido una rivalidad alternativa, a la par que sus líderes, Bálor y Miz, se ven involucrados en un feud por el título intercontinental. Pero ni aún así consiguen despertar hype en los fans.

La contienda fue igualada, con un Anderson bastante activo y unos heels aprovechando su condición para realizar trampas y acciones odiosas, que ante la falta de carisma de Bo y Curtis, apenas obtuvieron reacción. Al final, brutalidad de Gallows, intentos de llamar la atención, moves combinados y cuentas cortadas por Miztourage, hasta que se produjo el finisher definitivo, un Magic Killer recurrente que vuelve a dejar a los heels como unos wrestlers bastante pobres y tampoco mejoran en demasía la situación de los faces. Una larga travesía en el desierto espera a las parejas de Raw como no les den bookeos mejores que estos. 

Rhyno vs. Elias.

Después de tantos momentos de relleno, irrelevantes o mal ejecutados a lo largo de la noche, fue agradable ver a Elias. No es que hiciera nada novedoso más allá de cantar e insultar al público presente en el recinto, pero su presencia siempre genera reacciones, algo que en noches como está, es muy de agradecer. The Drifter consigue siempre crear un ambiente difícil de explicar, con muy poco. Y eso en este negocio, es lo más importante que hay. A continuación, salió Rhyno para hacerle frente y la intensidad de la grada bajó, pero me pareció bastante correcto lo que se vió. Elias es un gran personaje y necesita victorias. Aunque sean frente a jobbers, tiene que mantenerse en una buena posición en el midcard, porque además de resultar interesante por si mismo, hay que mantenerlo fuerte al ser la más que posible elecciòn de Strowman como compañero para WM. No es que superar a Rhyno sea un gran logro, pero al menos es un triunfo contundente, que lo mantiene en pantalla y le da una exposición interesante, haciéndolo lucir de una manera correcta. 

La lucha no llegó a ser un squash y comenzó con una ofensiva del ex-ECW, pero era evidente que cuando Elias recuperase el control, iba a vencer de manera relativamente sencilla, como así ocurrió. Victoria muy predecible y poca reacción de la grada, aunque en este caso, más que por la conexión de Elias con la audiencia, creo que era por la acumulación de combates muy previsibles y sin gracia, que no avanzaban en las rivalidades y que hicieron poco más que rellenar un show que pasó con más pena que gloria. En el post-match, otro finisher para Slater, para reforzar a su personaje que tampoco supuso nada destacable. 

John Cena vs. Kane.

El planteamiento de la lucha es bastante interesante. Un Cena desesperado por llamar la atención de Undertaker e ir a WrestleMania frente al Deadman, contra su hermano, que sale a defender al Enterrador y sirve como prueba para ver si John merece tener el honor de que el enfrentamiento de WrestleMania se produzca. Pero la realidad dejaba entrever, por sus últimas actuaciones, que Kane no es el que era y un combate medianamente largo contra Cena podría ser bastante decepcionante. Por todo ello, creo que la estipulación de hacerlo sin descalificación fue muy acertada. Hubo movimientos lentos, toscos y un dominio alterno, no demasiado vistoso en los primeros minutos, pero la segunda fase de la lucha resultó bastante atractiva. No se incrementó mucho el ritmo, pero los spots con sillas o vallas, unidos al hecho de llevar la pelea a la zona de las gradas, sumó bastantes puntos. 

Para spots brutales, tanto hacerlos como resistirlos, Kane sigue siendo un buen complemento y la gente reaccionó positivamente a lo que estaba viendo. Algún detalle, como la incorporación de Cena al estilo Undertaker o pasar su dedo pulgar por su cuello, me parecieron también correctos, siendo guiños coherentes y bien implementados. Y ya intentar acabar con un chokeslam, para variar las típicas secuencias "made in Cena", hechas previamente, hicieron al público meterse mucho en la parte final de la lucha. Cánticos a favor de John y en contra, ruptura de mesas por ambos contendientes y victoria definitiva para Cena, algo obvio sobre el papel, pero con una ejecución bastante entretenida que dió lugar a un buen main event, que dignificó bastante el show en global.

En el post-match, nueva promo amenazante de Cena, apremiando al Taker a que aparezca la semana que viene. Es la última oportunidad que tiene y sus provocaciones han llegado a su culmen. No hay más tiempo, asi que probablemente el Phenom aparezca y acepte el reto de Cena. Su intensidad y sus gritos desesperados, asi como la reacción del público a sus insultos demuestran lo que la gente quiere ver.

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