WWE es creacionista

¿Se podría decir que WWE ha perdido esta idea de evolución?

Miguel Angel

24/01/2018 a las 17:52

Se acerca el Royal Rumble de este año y parece que hay un par de favoritos muy claros, aunque el movimiento constante de las apuestas ha causado varias incógnitas con respecto al resultado. Otro de los temas más comentados en relación al ya veterano evento es que este año WWE ha dado el arriesgado paso de realizar un Rumble femenino (además del masculino). No obstante, quería dejar atrás estas cuestiones, que ya han sido más que comentadas, y analizar lo que ha pasado estos últimos años en el ya mítico combate.

El motivo de este título tan extraño se debe a que me he dado cuenta de un dato muy curioso: de los últimos 4 años, 3 de los ganadores han sido los que fueron miembros de Evolution. Recordemos un poco la razón de ser de este stable: quería mostrar al mundo la evolución del roster mostrando como se unían pasado (Ric Flair), presente (Triple H) y futuro (Batista y Randy Orton).

Podríamos decir que este propósito lo cumplió con nota: situó a Batista y Orton como dos grandes estrellas de cara al futuro de la compañía, gracias en buena parte a la facción, pero también a legendarias rivalidades que se establecieron cuando ambos miembros abandonaron el grupo, enfrentándose a los que antes habían sido sus compañeros.

Pero, ¿ahora se podría decir que WWE ha perdido esta idea de evolución? Vayamos a la era en la que triunfó Evolution: la Ruthless Aggression. Lo más destacable de esta época, en mi opinión, pese a recibir ese nombre, no son los enfrentamientos violentos, sino el gran cambio generacional que se dio. Y en parte, eso se puede ver reflejado en los ganadores de los Rumbles a lo largo de los años:

2003. Ganador: Brock Lesnar. Lesnar llevaba muy poco tiempo en el roster principal, pero ya había sido campeón de la WWE ya había perdido el título pasando a ser face. Su gran participación en este PPV (primero derrotando a Show para conseguir la oportunidad de participar en el main event y luego ganarlo) y las repercusiones de su victoria (enfrentarse a Angle en WrestleMania para recuperar el cinturón) lograrían terminar de situarlo como una gran estrella de la compañía.
2004. Ganador: Chris Benoit. El gran luchador caído en desgracia había tenido una posición en el midcard, en ocasiones acercándose a posiciones más altas, pero sin llegar a verse como campeón mundial. Este fue su punto de inflexión: pasaría a pelear por el título mundial pesado en el WrestleMania frente a Triple H y Shawn Michaels ganándolo en un combate brillante y dándonos uno de los grandes momentos de la historia del evento magno.
2005. Ganador: Batista. Tras un periodo de tensiones con Triple H (por aquel entonces campeón mundial pesado), Batista ganaría el Rumble para conseguir la mayor oportunidad de su carrera. Y tras una etapa de dudas sobre a qué campeón mundial retaría, acabaría rebelándose definitivamente contra su antiguo compañero y, en última instancia, consiguiendo el título en WrestleMania.
2006. Ganador: Rey Mysterio. La carrera del enmascarado en WWE empezó muy lentamente, dedicándose a pelear por los títulos crucero y por parejas. No obstante, tuvo rivalidades individuales que comenzaron a hacerle ascender, frente a luchadores de categoría como Eddie Guerrero o Big Show. Este ascenso acabaría de consolidarse con su victoria en el Rumble y su captura del campeonato mundial pesado en WrestleMania.
2007. Ganador: The Undertaker. Obviamente, el hombre muerto llevaba ya un grandioso recorrido en la empresa, pero no estaba en su mejor momento. Tras perder contra Angle en No Way Out, estuvo algo perdido en rivalidades que parecían no llevar a ningún sitio hasta que ganó el Rumble para enfrentarse a Batista por el campeonato mundial pesado y conquistar el cinturón.

Tras haber realizado este repaso, creo que queda claro que ha habido un gran cambio en el uso de este tipo de combate. Cuatro de estos cinco enfrentamientos fueron utilizados para continuar o para consolidar el ascenso de un luchador (con la única excepción de The Undertaker), mientras que cuatro de los cinco últimos Rumbles se han utilizado para dar una nueva oportunidad a un luchador ya veterano y que se consolidó hace tiempo en los main events (John Cena, Batista, Triple H y Randy Orton, luchadores que, de hecho, ya habían alcanzado este logro con anterioridad).

Y nos queda el Royal Rumble que ganó Roman Reigns. Estamos hablando de un combate que tuvo un bookeo horroroso: con Daniel Bryan siendo eliminado en un momento que dejó frío al estadio y que no aportó absolutamente nada, Big Show y Kane eliminando como si de fardos se tratara a Dolph Ziggler, Bray Wyatt y Dean Ambrose, luchadores que se hallaban entre los favoritos del público, y, a continuación, acabaron peleándose sin ninguna justificación clara para ser eliminados por Roman, que luego fue ayudado por The Rock (en un intento desesperado de salvar la reputación del ex-miembro de The Shield) para que eliminara finalmente a Rusev y lograra la victoria.

Con el anterior párrafo, lo que vengo a decir es que el único Rumble de los últimos años que ha ganado un luchador en ascenso fue un completo desastre, que dejó un ganador face con todo el público en su contra, que solo se habría llevado un sonoro abucheo si hubiera acabado ganando el título en WrestleMania (aunque esto finalmente fuera solucionado con una magnífica maniobra de guión). Entre otras cosas porque la evolución de Roman no fue por selección natural precisamente. Quizás esto es lo que haya incitado a la empresa a abandonar esta utilización de los Rumbles, pero creo que no es justificación suficiente.

No sé lo que pasará este año en el esperado evento, pero espero que no sigan el camino de los anteriores. Una ejecución pésima de la victoria de Roman no debe provocar que la WWE abandone la idea de usar este tipo de combates para favorecer la evolución generacional. Porque las estrellas del futuro no van a nacer por generación espontánea y, aunque vayan a provenir de otras empresas, necesitarán ganar prestigio en la compañía y no se me ocurre mejor forma de alcanzar ese prestigio por medio de mi amado combate: el Royal Rumble.

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