Luke Harper, año seis

Profunda reflexión sobre el estado actual y futuro de Luke Harper en WWE

David Aliaga

06/11/2017 a las 13:44

Veinticuatro horas antes de que Barcelona volviese a recibir una velada de la WWE, Luke Harper y Eric Rowan aparecían en el A3 Arena de Dublín con un nuevo atuendo a conjunto. Bajo la cúpula del Palau Sant Jordi, mientras Roode se gustaba sobre el cuadrilátero tras haber derrotado a Dolph Ziggler en un combate con una duración excesiva para lo poco que ofreció, dos aficionados hardcore detrás de mí se preguntaban precisamente si los antiguos escuderos de Bray Wyatt mostrarían sus nuevas galas en la capital catalana. Apenas tuvieron que esperar unos minutos para comprobar que tanto Harper como Rowan se presentaban en Barcelona con la estética que habían mantenido hasta su visita a Irlanda.
 
Tupida y enmarañada barba color tizón, camiseta negra sin mangas y unos pantalones vaqueros una talla más grande de lo necesario, Harper fue, para mí sorpresa, el luchador del midcard que mayor apoyo del público cosechó. Quizá porque las gradas estaban tomadas en buena parte por familias, la afición se mostró bastante tibia y no se desató hasta que sonó el tema de entrada de Shinsuke Nakamura, con AJ Styles, el más ovacionado de la noche. Sin embargo, los aficionados más curtidos nos manifestamos cuando se contaba poco más de media hora de show y Harper apareció en la rampa de entrada. Aplausos, gritos desacompasados de “Let’s go Harper!” aquí y allá y un murmullo de admiración por un wrestler del que el respetable sólo pudo ver algunos destellos en mitad de un combate de relleno en el que junto con su hermano Rowan y los boricuas Primo y Épico se enfrentaron (y fueron derrotados) a Breezango y The Ascension.
 
Aunque veinticuatro horas después no ha quedado en mi memoria ninguno de los spots que Harper ofreció en Barcelona, la reacción de la fanaticada a la llegada del luchador neoyorquino mueve a reflexión.
 
Condenado a compartir ring con otros siete talentos del vestuario de Smackdown durante la gira europea de WWE, pendiente de un cambio de gimmick que se ha concretado todavía y sin un rumbo claro en el kayfabe, no parece que la reacción favorable del público se corresponda con el status de Harper en la compañía. Desde su debut el 7 de noviembre de 2012 en NXT, imponiéndose a Jason Jordan, el luchador ha contado con el reconocimiento de la afición más adulta y fiel al wrestling sin que ello se haya traducido en un protagonismo claro.
 
El apoyo de los seguidores hardcore al ex miembro de la familia Wyatt parece obedecer, por lo tanto, únicamente a su talento como luchador. Justo cuando hoy se cumplen cinco años de su debut televisivo en la marca amarilla de WWE, no hay cuota de pantalla, ni apuesta promocional que pueda incitar a la grada a aplaudir y jalear a Harper. Que apareciese en Dublín con su nueva estética para mostrarse en Barcelona otra vez con la ropa de siempre evidencia el poco cuidado que la empresa procura a su personaje. De hecho, buena parte de los aficionados barceloneses que siguen WWE únicamente a través de su emisión resumida en Neox, deben reconocer al neoyorquino como “el tipo ese que iba con Bray Wyatt”, ya que incluso en los últimos meses se ha visto fuera de la parte televisada de los shows de Smackdown. En su palmarés sólo se cuentan un campeonato por parejas y un campeonato Intercontinental que le arrebató a Ziggler, inaugurando un brevísimo reinado de 27 días. Su gimmick no va más allá de ser un tipo con algún tipo de tara mental que le confiere a su mirada y su gestualidad la capacidad de transmitir de manera natural una sensación de amenaza. 
 
Ante la falta de protagonismo que le ha concedido la compañía, Harper se ha rebelado ofreciendo una actitud creíble sobre el ring, dureza y determinación en la interpretación de los combates, coherencia con su personaje en los segmentos y algunos movimientos a los que el público puede responder con un aullido de dolor cuando los ve ejecutados sobre el cuerpo del pobre rival. Las mandíbulas de Goldust, Ryback o Fandango han probado una Superkick menos plástica que la de otros luchadores, pero con un sonido que hace pensar mucho más en huesos rotos; frente a John Cena y AJ Styles ha brindado buenos combates en los que no se ha limitado a ser el saco de boxeo al que aporrean las estrellas… Hace sólo unos meses, brindó un encuentro notabilísimo frente a Randy Orton en Elimination Chamber.
 
A juzgar por lo que pudo presenciar el público irlandés y por los clips promocionales que han ido apareciendo en la web de WWE, Harper arrancará su sexto año en nómina de la empresa con un nuevo atuendo y formando pareja con Rowan bajo el nombre de The Bludgeon Brothers. A pesar de que los precedentes no hacen ser muy optimistas, WWE parece estar trabajando en dar a conocer a esta hermandad heel que muy pronto debe estar en las pantallas de los seguidores de Smackdown ofreciendo “sufrimiento como cura para la degradación moral y la debilidad”. Sin duda, la responsabilidad de insuflar carisma al equipo recae sobre los hombros del tipo de la barba negra, que con mayores dotes interpretativas y un repertorio más variado sobre el ring, debe encontrar en su compañero pelirrojo una dosis de fuerza bruta y resistencia que haga creíble la posibilidad de que puedan destruir a los tag teams que actualmente dominan la división. Alejado de su papel de escudero de Wyatt, con el público de su lado y con Daniel Bryan reclamando un push para él, cabe ver si Harper y Rowan son capaces de convencer a la reticente dirección de WWE de que merecen ir cobrando mayor protagonismo e incluso asomar sus barbas por Neox peleando frente a los Usos por los cinturones de campeones por parejas de Smackdown.
PUBLICIDAD

No te olvides de visitar Solowrestling, la web con todas las noticias de WWE. Síguenos en redes sociales, Facebook, Youtube, Twitter e Instagram.

Recuerda que el próximo evento premium de WWE es WWE Backlash y en Solowrestling estarás al día de todas las noticias relacionadas.

PUBLICIDAD