Con la comedia sí se puede triunfar

Soy un convencido que hacer llorar es mucho más fácil que hacer reír, a pesar que los premios Oscar crean lo contrario y por eso no hayan galardonado a una cinta de ese género como mejor película desde hace largos 39 años (Annie Hall, 1977). Es que en líneas generales se tiende a decir que el drama es un producto que necesita una elaboración mayor, una construcción distinta. A la postre, se mira en menos la comedia desconociendo lo vital que significa realizarla. El wrestling no se escapa de esto, teniendo a Chikara o DDT representates de la tendencia por ridiculizar este tipo de contenido. 

Desde hace tiempo vengo leyendo que “los personajes con tintes cómicos no pueden ser main eventers” –hablando de WWE y propablemente de otras compañías-, como si la imagen del campeón mundial la debiésemos asociar a un tipo serio con el ceño fruncido que no se ríe ni con el mejor capítulo de lo Monty Python's Flying Circus. Ese concepto de tener una imagen establecida para el portador del campeonato o para su rival de turno no hace más que abalar formas de pensamiento bastante erradas.

Stone Cold Steve Austin tras su heel turn en el año 2001 logró realizar un personaje que no sólo destrozaba a los Hardys y Lita sobre el ring, sino que en backstage mostraba una faceta más lúdica junto a Debra, Kurt Angle y Vince McMahon. Era, si se quiere, una especie de híbrido; un dramedia (Orange is the New Black, Girls) como se conoce en el mundo de las series de televisión. Claro, Austin ya era una figura consolidada que se podía dar el gusto de jugar con este doble rol, pero a pesar de su lado más “divertido”, una vez que se subía al cuadrilátero la gente olvidaba eso y se concentraba en su otro personaje. Angle es otro que en sus primeros dos años en la empresa coqueteó con ambos estilos logrando calar en la audiencia. En la actualidad, Kevin Owens y Rusev deben ser los tipos más graciosos de ver en pantalla y que perfectamente pueden hacer segmentos cómicos sin perder el aura amenazante una vez que pisan el ring.

Otro ejemplo que es imposible no nombrar es The Rock. En la praxis, Rocky era un personaje gracioso, el bufón de la corte llamada WWE. Fue gracias a su estilo humorístico, lleno de chistes de doble sentido y burlas hacia las autoridades o rivales de turno que logró establecerse como el top de la empresa.  Muy rara vez realizó una promo de estilo dramático tipo Mankind 1996 para tener a la gente en su bolsillo. La tecla cómica fue su gran fuerte.  

¿Por qué Big E no puede ser un gran main event con su actual gimmick en New Day?  ¿Acaso salir con un unicornio en la cabeza de inmediato lo convierte en alguien inservible para puestos estelares? El actual campeón en pareja ha demostrado tener un interesante carisma, un nivel in-ring más que aceptable y por sobre todo, conecta con la gente como no lo pudo hacer durante su run como campeón intercontinental. Dejemos de lado que New Day puede estar saturado, que a esta altura su tipo de humor es casi infantil o cosas de esa índole; hay que concentrarse en que finalmente las cualidades pesan sobre los defectos.  

Sandow es otro que con personaje de características cómicas logró meterse de lleno en los corazones de la gente, a tan nivel que recibió una gran ovación ante 100 mil personas en apenas dos minutos de aparición. Y no, no es “reacción por lástima”, es carisma, trabajo y constancia. Y es, además, parte de un fenómeno sociocultural sobre la necesidad de los consumidores de contar con algunos minutos para reírse con el producto que semana tras semana eligen ver. Una forma de desconectarse de los problemas diarios y simplemente disfrutar. No olvidemos que Friends es el programa más visto en la historia de la televisión estadounidense…

Por tonteras como estas si

The Final Deletion en TNA es una clara representación de que se pueden hacer cosas interesantes con toques de comedia. No importa que sea bizarra o absurda, ya que ambas cosas –junto con varias otras- van de la mano con lo cómico. Nada más sano para el alma que echarse un par de risotadas, y si están funcionan en tu horario prime, qué mejor. Vuelvo a la serie protagonizada por Jennifer Aliston para reforzar mi concepto, recordando que Impact rompió el récord de rating en la era POP gracias a un programa que giró en torno a un segmento claro y específico en su contenido.

Cliffhanger

Community no tiene nada que envidiarle a House of Cards, y Arrested Development no debe mirar con recelo a The West Wing, ya que todas estas producciones han demostrado su valía sin importar la tecla que utilicen, formando un séquito detrás de varios seguidores que no tienen reparos en catalogar la serie como “de culto” (referencia a las sitcom citadas). Es por eso que, volviendo a WWE, un Big E puede pararse de igual a igual ante un Roman Reigns sin problema alguno. Mientras cumpla con esa norma no establecida de las características para triunfar, pues bienvenido. Las armas están, es cosa de confiar en la variedad y romper los esquemas, como antaño.

La comedia o el humor es parte fundamental de nuestras vidas, y un producto que nos invite a eso de forma sistemática o esporádica es algo vital. Luego vendrán los análisis si es gracioso o no, si es lo más adecuado o si el camino transita por lo ridículo/grotesco en algunos casos; lo que importa es comprender que con esa herramienta puedes triunfar sin dudarlo. La construcción y no claudicar es fundamental para aquello.

Shut the hell up
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PD: Gran primicia -eso espero- para aquellos impacientes que me preguntan por Twitter a cada rato (no les tengo rencor) sobre ya saben. Pues bien, este lunes 11 de julio publicaré la primera tanda del ranking de los 50 mejores luchadores de la historia según los votos de parte de la comunidad de Solowrestling. Así que ya lo saben, el tiempo ha llegado.

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