16/10/2016 a las
Durante la guerra televisiva entre WCW y WWE abundaron las criticas sobre los aspectos más débiles de ambas compañías. Si hay algo que siempre se ha reprochado de WCW en aquella época era la incapacidad de creación de talentos. La compañía consiguió hacerse un hueco gracias a las superstars que la WWE había formado con anterioridad, como Hulk Hogan, Randy Savage, Kevin Nash o Scott Hall. Sin embargo, hubo una excepción, una estrella que brilló por encima de todas y fue creada en casa, en el Power Plant.
La leyenda de Bill Goldberg nació en 1997 y resultó ser el antítesis de "Stone Cold" en WWE, una superstar con aspecto parecido pero con una finalidad muy diferente. La fama de Goldberg creció con su racha de victorias consecutivas (173 a 0), pero si algo destacó desde el principio de su carrera fue su impresionante puesta en escena y su condición física.
WCW le presentó como el luchador a batir, un hombre capaz de ganar a cualquiera, independientemente de su cualidad, peso o estatura. Sus movimientos eran limitados pero muy precisos. Descompuso el debate entre la técnica y la cualidad, evidenciando que para llegar a ser una gran estrella era suficiente con tener un gran personaje. Pero por encima de todo, Goldberg tenía algo más: el poder.
ADVERTENCIA: El listado forma parte de una opinión personal del autor. Respeta la numeración o... ¡"Serás el siguiente"!
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