Derribando mitos: el fanático casual

Cristóbal Meléndez Martin

16/05/2016 a las

Son utilizados especialmente a la hora de defender el empuje de determinado luchador. “Tienen las características que ese público busca”, señalan algunos, en una parada que refleja no sólo un error conceptual, también es la carencia de realizar un análisis  de la situación actual que vive la WWE y el wrestling en general.  La lucha libre ya no es tan popular como antaño, en donde Stone Cold y The Rock, por ejemplo, movían masas tras masas. ¿Entonces, si no es tan popular, por qué los Wrestlemania se llenan, los PPV siguen convocando gente y cada Raw tiene personas en sus asientos? Simple: público cautivo, o si se quiere “hardcore”.

El público casual como tal tiene cero peso en la actualidad, no compra tu mercancía, no ve tu producto semanalmente, no se hace una cuenta en el Network, etc. Son los “menospreciados” fanáticos “hardcore” quienes llevan el peso de las ganancias de la empresa. Y ojo, que “hardcore” no es sólo el adulto que lleva un letrero de “Cesaro Section”; niños y mujeres también entran en esa categoría. Los seguidores de John Cena son igual o más “hardcore” que aquellos fanáticos de los luchadores provenientes de la escena independiente. Gritan, vitorean, abuchean como nadie. Sale una nueva mercancía y ahí están exigiendo a sus padres que se las compren. Ellos ya son parte del ADN de la compañía, viven y respiran WWE. Son cautivos.

“Los fans ‘hardcore’ lo quieren, pero no veo que tenga mucho apoyo en los sectores que realmente les importan”. Esa frase la leí acá y me pregunto: ¿cuáles son los sectores que realmente les importan? ¿Los “fanáticos de cartón” que aparecen solo para ver Wrestlemania y después desaparecen hasta el próximo WM? Conozco un caso de una persona que asistió al máximo evento sin tener absoluta idea de las historia ni menos conocer a los luchadores, fue, uno, por seguir a otro grupo de amigos y dos porque le parecía un evento interesante, de esos imperdibles para el boca o boca, tipo Super Bowl. El tema, es que claro, compra una entrada y es parte del show, el problema viene cuando él no deja nada más extra, no se interesa por ninguno y no compra mercancía y no ve más la empresa. Pan para hoy, hambre para mañana. En cambio tienes a un grupo potente que siempre soñó estar ahí, por eso no tienen reparos en vaciar la tarjeta de crédito comprando todo lo de Seth Rollins o Dean Ambrose. Pero es más fácil decir que la empresa de Vince se sustenta gracias a los casuales…

Años atrás era así y no lo puedo negar, cifras potentísimas de rating en la Era Attitude hicieron que varios casuales llegaran a convertirse en cautivos (acá un ejemplo). El wrestling estaba en boga (que importante se hace una fuerte competencia) y era común que muchos se metieran en esto. Pero la clave, más que ganar más adeptos, es mantener a los fieles. En las series de televisión es común que cada temporada vaya descendiendo sus cifras de audiencia, manteniendo una estabilidad que las logra mantener en pantalla gracias a la fidelidad. Es en la season finale o series finale donde aparecen el resto que ya sea por morbo o para no quedar fuera de conversación se hacen presentes. El rating actual de Raw es el claro ejemplo, el cual se sustenta gracias a la fidelidad de un sector. Como toda disciplina el desencanto con el producto hace que tu interés se desvanezca, por eso las cifras paupérrimas. No obstante logran mantenerse en la base de lo “aceptable” por esos fieles que tan poca retribución tienen. Vince, dale gracias a tu base sólida de seguidores de que sigas en los tres millones de rating.

“Roman Reigns conecta mucho con los casuales”. No lo veo y nunca lo veré así, de hecho tengo amigos casuales (bastante cartones, a decir verdad) que me dicen que Roman vale mi*** motivados por lo que leen o dicen otros círculos, sin siquiera tener la dignidad de ver más de tres combates suyos. Las reacciones positivas que logra sacar provienen de un sector similar –pero menor- al de John Cena: mujeres, niños y jóvenes. O sea, todos públicos cautivos, igual que respetables que los adultos e igual de necesarios e importantes en esta industria. Vuelvo a repetir, ellos no son casuales, bajó ningún punto de vista. Es que dudo, además, que la figura del “casual” conozca a los luchadores actuales. Roman, Seth, Dean, Rusev, Wyatt, Owens, entre otros, parten su carrera desde un parámetro totalmente distinto a años anteriores, ellos construyen su carrera desde la fidelidad, no desde la captación.

Cena debe ser el último bastión del “público casual”, porque el fenómeno John no sólo se limitó a su trabajo en la lucha libre. Su álbum debut “You Can’t See Me” fue todo un éxito, posicionado en los ranking Billboard y generando grandes ventas. Al igual que The Rock o Hogan, la imagen de Cena no sólo la podías asociar al wrestling, sino también a otras disciplinas. La empresa vio esto y el resto es historia, así como ganó mucho fanático perdió harto tras su “cambio de imagen”, pero lo cierto es que logró construir el “fans club” más grande de la tierra. En la actualidad todo se asemeja a wrestling, por eso cuesta encontrar una figura que trascienda fronteras. Desde ese punto de vista, la figura del público “hardcore” o cautivo se hace esencial.

El más de millón de subscriptores al WWE Network son público cautivo, aquellos que están dispuestos a pagar por ver algo que siguen diariamente. ¿Tú pagarías por un producto que con suerte lo miras una vez? Difícil, irrisorio y casi imposible. Los house show, otro argumento para solventar a los casuales, se alimentan de una forma similar a Wrestlemania, es decir, es el show local donde si tienes el dinero suficiente puedes ir sin importarte la historia detrás, sabiendo que al día siguiente no verás Raw ni Smackdown. La empresa debiese comprender que en esta nueva era de la “construcción” y no “captación” se tiene que potenciar toda pieza que genere algo, desde el vitoreado por los adultos hasta el adulado por los niños. Entendiendo, claro está, que ambos son parte de tu mismo público “hardcore”.

Con esto no quiero alabar a aquellos “fanáticos hardcore” que desprestigian a luchadores tipo Reigns o alaban a otros por su simple procedencia –ojo también con confundir IWC con gente en los recintos, cosa diametralmente opuesta-. Mi idea es demostrar que todo fanático “hardcore” de la WWE, desde el niño de 8 años hasta el adulto de 50 son parte del mismo universo; aquel donde el casual ya no entra y la empresa sobrevive gracias al cautivo

Shut the hell up
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