Fanboys vs. Haters

Así como el fútbol tiene el Barcelona vs. Real Madrid, Inter de Milán vs. Milán, River Plate vs. Boca Juniors o Universidad Católica vs. Universidad de Chile, el wrestling tiene su propio clásico, una rivalidad que gracias a la expansión del Internet agarró tintes insospechados. Lo vivimos a diario, ya sea en un foro, en redes sociales, o incluso cuando asistimos a un espectáculo, es parte del cuento y del espectáculo. Por eso, sean todos bienvenidos al enfrentamiento que divide y saca ronchas alrededor del mundo: fanboys vs. Haters.

¿Qué seríamos sin ellos?  Pues nada. Bueno, tampoco es tan así, pero sin duda estos entregan un factor bastante divertido, el cual rompe los moldes de lo rutinario y hace que la discusión respecto a este deporte espectáculo tenga un ingrediente más picante. Puede ser un acto masoquista disfrutar de aquello, no obstante, el ser humano se mueve y estimula por pasiones. Ahora bien, tomando partido por un bando, ya tengo mi clara decisión.

Prefiero al fanboy, que a pesar de cerrarse muchas veces en su idea, la defiende con ganas, casi a muerte, desafiando todo límite. Parte del éxito de John Cena se debe a su gran grupo de seguidores, quienes aguantando abucheos, insultos y miradas temerarias han estado ahí, comprando mercancía, alabando a su luchador favorito sin importar los cuestionamientos del resto. El fanboy vive su sueño, se alimenta de su propia ilusión. Cuando le agarra cariño a determinado luchador quiere a toda costa verlo triunfar. Es, si lo miramos desde una perspectiva más íntima, querer que a tu hermano le vaya bien. El fanboy es el que con orgullo se alejó de WWE en su tiempo y defendía con uñas y dientes a ROH, TNA, PGW, u otras empresas que entregan algo distinto. Es ese mismo fanboy el cual soportaba estoico los ataques de los "anti-indy"; o "pro-WWE". En gran parte de nuestra historia con la lucha libre  hemos sido fanboy.

El caso del hater es totalmente opuesto. De partida, la palabra proviene de odio, un sentimiento nada de agradable. Es un constante inventor de falacias, tiene el insulto como estandarte y no reconoce absolutamente nada. En la comunidad de seguidores de mi país se instauró casi como un himno de batalla que Ryback es nefasto, así, sin argumentos ni motivo aparente, a una determinada página no le agrada el Big Guy y cada vez que puede lo pisotea. Con Reigns pasa algo similar (fenómeno más global) en donde se le ataca por todo, se le reconoce poco y se le insulta con mentiras. El hater, además, quiere plantear su idea con métodos pocos ortodoxos, en momentos donde la situación no lo amerita y el contexto está totalmente desvirtuado.

Tampoco se trata de ser el paladín de la ética y la moral puesto que en su momento he sido hater, y si me apuran, en cierto grado me siento un orgullo detractor de Triple H, Hulk Hogan, Kevin Nash y Goldberg, los cuatro fantásticos de mi podio de luchadores que no trago. No obstante, intento equilibrar la balanza, no nublarme y respetar su aporte al negocio. A Hogan le reconozco su importancia en elevar internacionalmente el wrestling, HHH es sin duda uno de los mejores heel de la WWE, Nash tiene sus momentos, leves, pero momentos al fin y al cabo y Goldberg, eh, Goldberg… tiene salud.

La importancia de los gustos

A pesar de lo mucho que podamos disfrutar de esta dicotomía de pasiones, debe existir un equilibrio,  un juicio racional más ubicado y coherente hacia una convivencia más sana y competente. Es acá donde les presento al hater "moderado" o excesivamente crítico.  Quiero tomar como ejemplo lo que sucede en esta página. Aparte del hater con tintes de troll que destroza a Reigns, también podemos encontrar el que hasta el cansancio "machaca" a Dean Ambrose o Finn Bálor, como ejemplo, sin entender que ambos son parte de una fauna amplia donde tienen las mismas condiciones para triunfar en el negocio. No solo eso, tienen seguidores. No hay nada más genuino que abanderarse por determinado luchador, desde Daniel Bryan hasta EC3, pasando por Heath Slater y terminando con Jay Lethal. Entonces que ataquemos una y otra vez a un luchador, significa que estamos atacando los gustos personales de cada uno, nos estamos metiendo con la pasión de un hombre, con su concepto e incluso ideal. Por eso me parece profundamente dañino , y ojo, que no se confunda con la crítica constructiva, que siempre es necesaria para ir creciendo, pero ir una y otra vez atacando a un Roman Reigns de forma majadera, a un Michael Elgin, a un Baron Corbin, es demasiado. No nos olvidemos que detrás de un wrestler hay fanáticos. Decir Roman bulto es tan ofensivo como decir spotchet. En el límite y respeto esta balanza…

Y el reconocimiento. Me declaro fanboy de Dexter y Lost, pero no puedo negar que ambas tuvieron un pésimo desenlace.  Soy un "Tarantino Guy", pero por muy complejo que resulte debo admitir cuando algo no anda bien.  Soy un Jerichoholic desde 1999, no obstante critiqué su promo contra New Day. Por ahí va el asunto y lo que intento resaltar en este artículo. Todos tendremos nuestro estilo de ver el wrestling, sin embargo, pisotear el del otro no es lo correcto, en especial porque este arte ofrece una variedad exquisita de wrestlers, en donde todos tendrán cabida en los corazones de algún fanático. Respetemos eso, al fan de Reigns como al de Bálor, reconozcamos lo bueno de Roman como lo bueno de Finn, critiquemos con argumentos sólidos, no tendenciosos ni odiosos al samoano, hagamos lo propio con el irlandés.  Virtudes y defectos vamos a encontrar siempre, la gracia es hacerlos notar en su justa medida, con tino, mucho tino.

Para concluir, recuerdo el revuelvo que se generó en Internet cuando se confirmó que Heath Ledger iba a interpretar al Guasón en El Caballero Oscuro. "No va a dar al ancho" o "¿cómo un actor que hizo de homosexual se pondrá en la piel del guasón?", Fueron algunas de las perlitas que desfilaron en la Web. ¿El resultado?

Shut the hell up
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