This is not a revolution

Que algo está cambiando en la división de divas es una realidad pero… ¿es realmente una revolución?

Alberto Tamame

21/08/2015 a las

Durante los últimos meses se había visto de manera aún más clara que la división de divas tenía problemas serios. Pasaba el tiempo  y mientras Nikki acumulaba días sin significado en su casillero como campeona y Paige se olvidaba de luchar a alto nivel, en NXT el panorama era completamente diferente.
Después de varios meses de persecución y desarrollo Sasha Banks ganaba el título Femenino de NXT a Charlotte en una lucha a cuatro bandas con Bayley y Becky Lynch, para después defender ante Becky en una lucha candidata al MOTY, y que para mí y muchísimos medios como WON o VOW es la mejor lucha femenina de la historia de la WWE. 
Todo esto venía de varios meses de preparación y desarrollo de personajes, viendo traiciones, reacciones y segmentos con sentido e importancia, haciendo más evidente que la situación del roster principal con rivalidades cocinadas a base de segmento de dos minutos en los que Nikki y Brie le escondían la ropa a Paige era insostenible.
Por eso yo, al igual que muchos, estaba ilusionadísimo aquel RAW de hace unas semanas, cuando leí en SW los rumores sobre Charlotte y Sasha irrumpiendo en RAW. Ay, que iluso eres, Kingbilbin.
 
El 18 de octubre de 2014 el político Pablo Iglesias (para los lectores del otro lado del charco, uno de los culpables del brutal cambio en la situación política española) citó a Marx en un discurso que a muchos se les quedó grabado a fuego. La cita en cuestión fue “El cielo no se toma por consenso, se toma por asalto”. 
La “Divas Revolution” no ha sido una revolución porque no ha habido asalto alguno. La interrupción a aquella promo de Nikki no se produjo con una invasión de las chicas de NXT, diciendo que esto iba a cambiar y demostrándolo con acciones. Se produjo con Stephanie McMahon dándose un baño de gloria, presentando a tres divas cuya introducción, al contrario que la de Kevin Owens se basó en la palabra y no en la acción. No hubo caos más allá de una bonita imagen con una triple sumisión a Fox y las Bellas. En lugar de tirar abajo con todo el sistema establecido, la WWE optó por asegurar y no confundir al fan casual, asociando a Becky y Charlotte con Paige y a Sasha con Naomi y Tamina, despreciando la capacidad de las chicas de NXT de hacerse un nombre por ellas mismas. 
Unas semanas más tarde, la revolución no existe. No es una storyline. Es simplemente el nombre que se le ha dado a un aumento de minutos de TV para las divas aprovechando el debut de tres chicas. No hay nada más. Tenemos tres stables (con nombres muy currados, por cierto) copando los minutos de televisión sin rumbo alguno. Ni rastro de una persecución al título, de desarrollo en las chicas o de cambios en la situación.
 
A día de hoy la “revolución” consiste en  matches de wrestling femenino con las chicas separadas en trios de buenas, malas y zorras, todo sin una meta clara. Charlotte se está diluyendo en “la hija de Flair”, Becky en “la pelirroja que mueve el pelo” y “The Boss of NXT” se ha convertido en una segundona que ni siquiera porta el título femenino más prestigioso de Estados Unidos. Victorias y más victorias para las nuevas, que de momento llevan a ninguna parte, mientras el resto de divas del roster se preguntan si eso de la “Divas Revolution” también las incluye a ellas.
Es muy pronto para decir que esto ha sido un fracaso ya que seguramente más pronto que tarde habrá que defender el título y las nuevas querrán el protagonismo que se merecen pero el comienzo no ha sido bueno, quizá para que el público casual se acostumbre al cambio o para que Nikki supere a AJ, pero esto es una revolución y las revoluciones no entienden de excusas.
La WWE debe acabar con este festival de tags y simplemente, dejar que las cosas sigan su curso. Dado que la “revolución” ha empezado así, creo que lo más inteligente sería que las chicas de NXT fracasasen en su primer intento de capturar el título o cambiar las cosas y al verse retenidas por Paige, Tamina y Naomi se desatase al fin la guerra. A partir de ahí, se lo dejo a los guionistas, preferiblemente a los de NXT.
A este paso haré como el público de Minnesota y la próxima vez que en WWE vea a dos chicas (o chicos) luchando porque sí me limitaré a pedir que llegue el próximo segmento, con algo de historia, por cierto. 
 
Os invito a opinar en la sección de comentarios. Un saludo.
 
@AlbertoTamame20
kingbilbin@gmail.com
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