Hoy por ti, mañana por mí

A día de hoy es difícil, muy complicado. Elogiar a la WWE a través de un texto que sabes que van a leer multitud de aficionados es una ardua tarea. Internet socializa fans y relaciona personas que, desconocidas o no, comparten intereses, gustos y, por supuesto, críticas. Desde el que rechaza este deporte-espectáculo, que te dirá que qué haces escribiendo de algo que es mentira, hasta el más purista del wrestling, incapaz en ocasiones de saber mediar sus opiniones entre el trabajo técnico-artístico en un ring y el sports entertainment y poderoso business que comanda el sector.

Pero voy a hacerlo. Tengo que hacerlo. Acostumbrado a escuchar, leer y debatir sobre clamorosos errores que comete -y repite- la WWE, supongo que el proceso de acción-reacción me anima a fijarme en lo bueno que queda. Y, señores, quedan cosas buenas. Y muy buenas. Al César lo que es del César.

En esta ocasión quiero referirme al bookeo, a la forma de guionizar. Si bien a menudo es el punto de mira de toda crítica, a veces infundada, llevo meses observando un acierto enorme de la empresa de Vince McMahon. Y se trata, ni más ni menos, de la relación fan-WWE que, últimamente, desemboca en buenas decisiones. Me refiero a lo obvio, a lo evidente, a lo que todos desean y la empresa no daba y sí da ahora.

Desde la consagración del Yes! Movement en Wrestlemania XXX hasta el reciente caso de New Day. Rectificar es de sabios; obviar, de sabiondos. En el caso de Daniel Bryan y su ascenso a la élite se trataba de algo inevitable y, por ello, quizá no necesite ni ser agradecido. Era de cajón. Pero el cambio de bookeo en torno a New Day, reiterando el caso, es el hecho que mejor ejemplifica lo que quiero resaltar.

Un stable atractivo a priori, con buenos luchadores como Kofi Kingston y Big E y personalidades cercanas al micro como Xavier Woods auguraba, que, bien llevado, podría aportar esa pizca de frescura que le faltaba a la división tag team. Pero la irrupción de Cesaro y Kidd unido al fenómeno Mizdow les dejó en segundo plano, casi en el tercer tras involucionar en caída libre. De no tener apenas reacción a ser despreciados profundamente en papel de faces.

Pero solo había que pulsar una tecla. Era tan sencillo y estábamos tan tremendamente ciegos. Imposible imaginar el buen resultado. El mero y simple hecho de hacer que New Day reaccionara con los abucheos y cánticos en contra, que no los obviara, convirtió una acción en una reacción. Y de reacciones vive la WWE. Ahora no se les grita "New Day Sucks" por puro desprecio, ahora se hace porque el propio público sabe que ejerce una reacción. Sabe que molesta e irrita a los luchadores, pero dentro del nuevo papel de New Day, el de irritar a los aficionados concienzudamente y no por agentes externos. Tengo que reconocerlo. Hoy puedo afirmar que me entretiene New Day y que darles los títulos ha sido un acierto.

Pero no acaba aquí. La sucesión de buenas decisiones sobre el bookeo en los últimos meses está tan presente que, guionizando bien el papel de New Day han provocado otro cambio acertado casi por consecuencia directa: un nuevo papel face para Kidd y Cesaro. Y era muy necesario. Natalya no es fácilmente 'odiable' y dos tipos que explotan lo mejor del wrestling no pueden ser desaprovechados en el lado heel.

Son dos ejemplos recientes, pero ha habido muchos más hasta esta fecha. El propio canjeo de Seth Rollins en Wrestlemania 31 ha supuesto un éxito de bookeo asombroso, que no solo acierta sobre el propio Seth si no que, como ya hemos visto en el caso de la división tag team, desemboca en beneficios para otros wrestlers. Con el canjeo, Rollins confirma ser el top heel de la empresa mientras que, por ello, Reigns aleja detractores avanzando con más calma, Orton vuelve al escenario principal por todo lo alto y Lesnar no pierde credibilidad. Incluso esto último genera que tampoco pierda credibilidad Undertaker, a quien Brock le robó la racha y, debido a eso, debía que permanecer como alguien indestructible.

Otro casi evidente es el de Fandango. El tipo es bueno en el ring y tiene cierto carisma, pero rompieron su personaje y todo lo bueno conseguido con un segundo gimmick un tanto absurdo. Fandango funcionaba por su música y se hunde sin ella. Ahí la WWE volvió a dar muestras de madurez y le recuperó cuando más hundido estaba el personaje. No parece que aspire a volver al nivel de ganar a wrestlers como Jericho, pero ahora por lo menos hay un motivo para ponerle en pantalla.

¿Y por qué no hablar de NXT? El ascenso de Neville al escenario principal ha sido impresionantemente bien llevado. Se habló de un personaje de ‘superratón’ o superhéroe ratón, pero dejándolo solo en superhéroe ha bastado. El chico que olvidó la gravedad. Sencillo y efectivo. Utilizando un símil futbolístico, cortita y al pie.

Con Sami Zayn ha ocurrido lo mismo. Debut en su tierra ante el luchador probablemente más importante de la historia de la WWE, en un combate directo por el título. Presentación a lo grande y que termina con John Cena levantándote el brazo. Yo no me quejaría.

Hay multitud de casos en los últimos meses y no puedo detenerme a analizarlos todos, pero creo que la idea está más que encuadrada. Curtis Axel y su #axelmania, Mizdow y Miz, Lana, Kane en las últimas semanas... Y no nos olvidemos de Erick Rowan, al que han revitalizado en el último Smackdown volviéndole heel porque su papel de tipo bueno "matón de matones" nunca funcionó.

Hablamos, en definitiva, de responder cuando la ocasión lo merece. De estar ahí, de que el aficionado note que escuchas y actúas. Y que la empresa actúe conforme a lo que el público quiere no puede hacer otra cosa que no sea beneficiar a ambos. Hoy por ti, mañana por mí.

Sergio Bustos Rubio

@SergioBR10

sergiobustosrubio@gmail.com

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