STING: De icono a vigilante

Soy una de las primeras personas que remarcan los errores de los demás pero también se reconocer los míos. Hace unos meses escribí un artículo en el que incitaba la idea de que Sting hiciera un último y primer viaje con la WWE. Pese a que todo no está dicho, creo que me equivocaba.

Sting debutó en la WWE en el PPV Survivor Series; música cambiada, aceptable, atuendo muy clásico de WCW, bien, y protagonista absoluto del final del evento; gratificante y esperanzador. Sting empezaba con buen pie su andadura con la empresa de deportes de entretenimiento más grande del mundo. A continuación le vimos aparecer en Raw en un par de ocasiones hasta que finalmente habló y se soltó en el ring. Creo que su Road to Wrestlemania ha sido bastante aceptable, pese a la imposición de ese apodo que pocas veces ha sido más nombrado.

Cabe destacar que este artículo lo está escribiendo un gran fan de Sting, lo que significa que posiblemente no tenga una visión muy objetiva de Wrestlemania.

Hace unas semanas vi un documental de las Monday Night Wars en WWE Network en el que se hacía una comparativa de la carrera de Sting y The Undertaker en la etapa de guerra televisiva entre WCW y WWE durante la década de los 90 e inicios del nuevo milenio. Hubo una cosa que me llamó mucho la atención: WWE me abrió los ojos y me hizo entender que Sting nunca fue la mayor estrella de la compañía porque siempre estuvo frenado por las viejas gloridas (véase lo que sucedió a posteriori de Superbrawl VIII). Cuando acabé el documental me di cuenta que la WWE iba a tratar a Sting como se merecía.

Sin embargo, ha sido todo lo contrario. Wrestlemania y su show posterior ha sido una humillación para Sting y otra más para wCw. Cierto es que Sting dominó gran parte del combate contra el Hunter... y por qué no decirlo: ¡el hunter es el hunter! Pero no, ni así. Para empezar, esa entrada no era para Sting, ese no era Sting. Para qué negarlo, me dio vergüenza ajena. Continuando, lo que suponía que iba a ser un gran combate se convirtió en un homenaje a las facciones. Que en el fondo eso está bien. Es decir, ver al nWo enfrentándose a la DX es histórico. Pero Sting, de nuevo, quedó como el segundón, el segundo plato. Encima pierde el combate. Si hubiera perdido contra The Undertaker, Brock Lesnar, John Cena o uno de los talentos qe siguen en activo estaría de acuerdo pero Triple H no tenía la necesidad de ganar. Entonces me acordé de aquel documental y me di cuenta que la WWE había cometido el mismo error que la WCW cometió con él.

La guinda de pastel la puso Monday Night Raw. Es probable que el año que viene veamos el combate legendario entre Sting y The Undertaker, pero después de ver una derrota de estas características se me quitan hasta las ganas. The Undertaker renació, ganó, Sting volvió a las andadas. Momento mágico cuando el público coreó el nombre del Deadman en el post show de Raw, sí. Pero, Bo Dallas, ¿en serio? Solo me faltó escuchar a Vince McMahon decir que habían sacado a Sting del pozo. Sting ha brillado en tus negocios Vince, pero te has cargado su caché de leyenda.

Firmando, un gran fan de Sting muy disgustado.

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