Raw in Basque 15.12.2014

¡Invitado especial para el show que está llegando a su punto creativo más bajo que se haya visto desde 1995!

Alex Fernández

16/12/2014 a las

Esta semana en 'Raw In Basque' celebramos la edición especial navideña (podéis celebrar que no escribiré más hasta después de Reyes), así que he decidido traer un invitado especial a analizar el Raw de esta semana. Lo que vais a leer a continuación es la columna del especialista de PWTorch Benjamin Tucker. Quizá después de leerle alguno considerará que soy blandito a su lado. ¡Feliz Navidad!

"Por Benjamin Tucker, PWTorch TV Specialist.

Valoración general del Raw: 3,5/10

Dolph Ziggler, una de las caras que más rápido están creciendo en la WWE, apenas hubo mención en Raw sobre su victoria en el Ladder Match por el IC title, justo antes de perder en un combate tag team de usar y tirar. Luchadores con personajes de una sola dimensión que no han conectado con el público fueron forzados a cargar con casi dos de las tres horas de programa, sin desarrollar historias y perdiendo al público en el proceso. A los main eventers del TLC no se les vio por ningún lado y la mitad de los combates de la cartelera de esta noche se repetirán en algún momento en el resto de programas de la WWE de esta semana. Monday Night Raw fue una ruina en cuanto a ritmo, storytelling y disfrute. Un agujero negro creativo del que solo escapan los malos diálogos y los rematches incesantes.

Con un Roman Reigns con aires de Diesel acercándose rápidamente al estatus de main eventer de la WWE, el Raw mostró más señales de que la compañía está llegando a su punto creativo más bajo que se haya visto desde 1995. Con pushes que empiezan y terminan, combates de usar y tirar, y frases que no harían ni llorar a una hiena, el Monday Night Raw fue un programa insufrible que sirvió exactamente para nada.

El segmento del main event entre Seth Rollins y John Cena fue lo único destacable en el show. Ambos trabajaron duro para ofrecer spots memorables, usando a J&J Security de forma efectiva para dar forma al drama en el combate. La interrupción de Brock Lesnar fue apropiadamente excitante y la victoria de Rollins encajó perfectamente dentro de su personaje zalamero. El último cuarto de hora del Raw fue una cohesiva pieza de trabajo que fue como un haz de luz en un show triste.

Se acabaron los cumplidos. Es la hora de los problemas.

En primer lugar, Chris Jericho estaba brutalmente fuera de juego, siendo forzado a regurgitar frases que sonaban como si estuviesen hechas por un niño de cinco años. Quedó rápidamente sobre expuesto en el programa cuando llamó prostituta a Lana y amenazó con atacar a un hombre de mediana edad padre de dos hijos. Jericho pareció totalmente fuera de sitio, como si fuera una reliquia de la Attitude Era que hace falta quitar de en medio antes que un brick de leche caducado del frigorífico. Chris Jericho es entretenido; Chris Jericho siendo forzado a repetir líneas sobre 'Fanbunghole' no lo es.

El siguiente problema llega con el tema de los estímulos. Chris Jericho estuvo en el ring en tres ocasiones diferentes durante la retransmisión. Incipientes estrellas como Dolph Ziggler, Erick Rowan y Ryback solo lo hicieron en una ocasión cada uno en pequeños segmentos de los que no se volvió a hablar después de que sucediesen. Si el WWE Universe se supone que está tan corto de... bueno, de Universo, entonces los comentaristas y productores necesitan presentar el show de una manera que todos los segmentos parezcan importantes y tengan un efecto duradero.

Hablado de los comentarios, Michael Cole, quien de forma incesante vomita frases sobre que Damien Mizdow necesita llevarse golpes y cuán divertida es la WWE. Los productores le llevan a repetir esas frases en la mayoría de las instancias, pero hay una severa ausencia de genuinidad. Porque cuando veo Top Chef, Grimm, Breaking Bad o cualquier otro show de televisión dirigido a humanos mayores de tres años, no necesito que constantemente me recuerden lo divertido que es el producto. Suena como si Vince McMahon le estuviese recordando a Cole que soltase eso cada segmento, solo por si a la audiencia se le olvidase que se supone que se lo están pasando bien. No se pueden contar historias cuando 'La voz de la WWE' actúa como si fuese parte de los comentarios de Rifftrax (grupo que se dedica a comentar películas en clave de humor... mira, como Héctor Del Mar...).

Volviendo al tema de los estímulos, el show llegó a un punto muerto cuando se supuso que los televidente se tragarían un combate de Divas de usar y tirar, un tag team rematch de 15 minutos del pre-show de la noche previa y un squash de Adam Rose. Todos estos combates se componen de personajes que o son inconsistentes (Bellas), no existen (Natalya, Alicia Fox, New Day) o se les muestra como losers (Adam Rose, Kane). Si a los televidentes no se les dice que se interesen, los televidentes no se van a interesar. Ese es el motivo por el que no me ha interesado nada de la retransmisión del Raw más allá de Brock Lesnar, el campeón de la WWE que negligentemente se olvidó su título cuando salió la primera vez de la noche.

Ver Monday Night Raw es insultante, un bofetón en la cara de los aficionados del wrestling y aquellos que trabajan en la industria televisiva. Según 2014 nos lleva a 2015, parece que los lloros por un producto rejuvenecido seguirán siendo ignorados."

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