Martín Karadagián y sus "titanes en el ring" (2 de 2)

De las muchísimas leyendas que existen dentro del wrestling y la lucha libre, hay una que merece su hueco dentro del Olimpo de los más grandes.

José ´Sewahe´ Serrano

16/10/2014 a las

(Por C. Caribbean Cool y Sewahe)

Recuerda que puedes leer la primera parte del artículo mediante el siguiente enlace

Es una figura casi olvidada, que creó de la nada, un espectáculo sin igual, y que fuera de su país (Argentina), y a excepción de Chile y Uruguay, se ha tendido en las últimas décadas a esconder, y a tratar de hacer como si jamás hubiera existido, tal vez por miedo a que se le reconociera a él, la autoría del nacimiento de la lucha libre tal y como la conocemos actualmente. 

Padre del wrestling moderno, visionario del espectáculo, Martín Karadagián ha sido la persona más influyente en toda la historia de la lucha, aún por delante (y por muchos cuerpos de ventaja) de gente como la dinastía McMahon, o el mismísimo Jim Crockett.


PERSONAJES MÁS RELEVANTES DE TITANES
He aquí, un puñado de los muchísimos integrantes de aquel espectáculo que hizo soñar a varias generaciones de aficionados a la lucha libre:

MARTIN KARADAGIAN:
Campeón de campeones, basaba su ataque en los “cortitos” (golpes puros de antebrazo o “clotheslines”) para ir cosechando victoria tras victoria.
Martín era el único que tenía posibilidades contra los gigantescos luchadores que le vencían en fuerza y en tamaño. Todo esto era, por su espíritu de sacrificio, su tesón, y su necesidad de demostrar a todo el mundo que Martín era el más grande campeón.

Realmente, estaba entre los malos que ganaban siempre, pero la gente lo quería, a pesar de que era famoso por los golpes prohibidos. Buscaba el bajo vientre por puro placer, aunque estuviera ganando. Y cuando lo sometían con una Doble Nelson, lloraba y pedía perdón. A veces, cuando le pegaban mucho, perseguía de rodillas a su adversario por el cuadrilátero, con las manos unidas como rezando, pidiendo piedad. Y cuando el otro dudaba, Martín le daba un golpe en el bañador y después una patada en la cabeza o saltaba para caer con las rodillas sobre su espalda. Todos los chicos les han aplicado alguna vez el piquete de ojos a sus hermanitos. Era una toma que inventó Karadagián, que hizo estragos hasta que se inventó la contratoma que era poner la palma de la mano perpendicular entre los ojos.

-CAPITÁN PILUSO:
Piluso era un personaje que despertaba el cariño de todo el público. Siempre ataviado con su clásica camiseta a rayas horizontales, y su gorro de marinero, el cual hoy día y debido a la popularidad del personaje, es conocido como “gorro Piluso”.

Siempre iba acompañado por Coquito, quien en más de una ocasión le sacó las castañas del fuego, dándole a Piluso la victoria. La gente no tenía en cuenta las “ayudas” de Coquito a Piluso, ya que este divertido tándem, era muy conocido por los niños, que seguían las aventuras de ambos desde hacía años, en los diferentes programas de televisión en que ambos participaban.

-GITANO IVANOFF:
Malo, traicionero, cruel; el gitano Ivanoff aparecía a la arena montado en su carromato clásico de zíngaro, en el cual se suponía trabajaba haciendo las veces de trapero, de estraperlista, cartonero... etc.
Siempre tocaba unas cuantas notas en su cítara. El gitano Ivanoff fue uno de las tres personas que encarnaron a “la momia”, y muy posiblemente quien supo darla su verdadera personalidad, plasmándola de un halo realmente autista, como de ser que verdaderamente está por encima del bien y del mal. 
Años después de la desaparición de Martín, Ivanoff se hizo con la jefatura del espectáculo de los titanes en el ring. Nadie mejor que el para hacerlo.

-YOLANKA:
Un extraterrestre recién llegado de otros mundos, hacía su presentación en el ring, bajando desde los cielos montado en su nave espacial.
Fue el único luchador capaz casi de eclipsar en popularidad a la momia.
Vestido con un traje espacial, con una escafandra y todo, llegó a ser tan popular en Argentina, que se comercializó una línea de yogures con el nombre del personaje, ya que Yolanka era un ejemplo a seguir para los jóvenes.

-EL CABALLERO ROJO:
Uno de los grandes héroes de “Titanes en el ring”, eras un luchador atlético de aspecto, pero no muy técnico. El misterio de su identidad sumaba gran interés en el público. Jamás se vio el rostro de este personaje, que nunca se sacó la máscara en público: mantener el secreto es el sentido de su profesionalidad. No le pedían mucho más: llaves, pinzas, y no sacarse la máscara. Pepino decía que es por feo, pero el Caballero Rojo atribuye el secreto de su éxito como titán a la negativa de mostrarse, a conservar el misterio. Se caracterizaba por ser muy gentil y correcto en la forma de luchar.

-LA MOMIA:
El mejor de todos era el luchador sordomudo, La Momia. La gente se moría de miedo. Entraba con una música tétrica, todo enrollado con vendas y moviéndose como si tuviera una tortícolis generalizada. A la Momia los golpes no le hacían mella, pero era tan torpe que de diez golpes que lanzaba, acertaba uno. Eso sí, con ese solo ganaba la pelea. Según -rumores de los niños- la momia había quedado así por tener un accidente. Sus brazos y manos eran mortales para sus adversarios. Solamente, Martín conocía su punto débil y era pegarle por la espalda.

-DON QUIJOTE Y SANCHO PANZA:
Los famosos personajes de Cervantes, Don Quijote y su fiel compañero Sancho Panza. Don Quijote, cuando era castigado por su enemigo, aparecía a su socorro Sancho que con demoledores panzazos arrojaba fuera del ring a su contrincante.
Don quijote luchaba con su “pesada” armadura de caballero, que no estaba jamás bien engrasada en las juntas, y tanto el peso como la imposibilidad de mover las articulaciones de la misma, hacían de él un luchador torpe, lento, y muy limitado. Sancho era tan “tonto” que cuando salía en defensa de su amo, acababa golpeándolo a él, no a mala fe, sino porque de lo nervioso que se ponía no llegaba a distinguir amigos de enemigos.

-PEPINO EL PAYASO:
Este payaso luchador repartía globos y caramelos al público antes de entrar al ring. Era muy pacífico y cuando se encontraba en peligro su amigo Súper Pibe acudía para salvarlo. Además de cómo luchador, Pepino tuvo un gran renombre en los espectáculos circenses en todo su país.

-RUBEN “EL ANCHO” PEUCELLE:
Jamás quiso tener la posibilidad de esconder su identidad bajo una máscara. Al contrario que la Momia, Pepino el payaso, el Androide, o muchos otros; a “el ancho” le gustaba el contacto con la gente y el público. También conocido como “el Hércules argentino”, era un luchador noble, amable, y capaz de luchar por la victoria sea cual fuere su oponente. Era el personaje que representaba a la Argentina y siempre que hacía su aparición mostraba con orgullo su cinturón de campeón nacional. Con el tiempo, acabó siendo quien tomara las riendas de la lucha libre, cuando Martín Karadagián, ya enfermo, tuvo que bajar el pistón y comenzar a buscar un relevo generacional.

-LA VIUDITA MISTERIOSA:
¿Quién sería la desconocida mujer de luto, que no faltaba a ni uno sólo de las veladas de lucha libre, protagonizadas por la trupé de Karadagián? Misterio.
Se comentaba, que se trataba de una importante aristócrata argentina, antiguo amor de Martín, que no podía aguantar el saber que su amado titán podía estar necesitado de su presencia, de su aliento, de su apoyo incondicional.

-EL HOMBRE DE LA BARRA DE HIELO:
En una pelea dada, los luchadores rompieron la tercera cuerda. Rubén “el ancho” Peucelle se cayó golpeando la cabeza contra el suelo del ringside, quedando tendido un tiempo; hablamos de gente cuyo peso sobrepasaba los 100 kg por lo que cada movimiento era fatal. En ese momento Karadagián, que estaba siempre en el control junto al director, mandó a uno de sus auxiliares a buscar una barra de hielo en medio de la lucha. En una reunión de amigos, a Karadagián le preguntaron por ese episodio y el respondió que era para enfriar a la Momia. A partir de ese momento comenzó la historia de "El hombre de la Barra de Hielo". 
Nadie sabe qué hacía ahí. Algunos creían que era un avispado espectador, que con tal de ahorrarse la entrada de la velada, se armaba con una barra de hielo para hacerse pasar por la persona contratara para traer con qué conservar en frío las bebidas que se expendían en el bar de la arena. Los que estuvieron presentes en la famosa caída de “el ancho”, sabían qué hacía allí. Era un modo de dejar claro al público que todo estaba previsto, que todo estaba controlado bajo la atenta mirada de Martín.

-WILLIAM BOO:
El más famoso árbitro de Titanes en el ring. Tramposo, corrupto, e interesado, siempre se las ingeniaba para favorecer a los malos, y sacar de quicio al público, que desesperaba al ver cómo quedaba siempre libre, con total impunidad ante los hechos. Una verdadera pieza clave en el mundo de Karadagián, hasta el punto de ser una de las mentes que desarrollaban todo lo que sucedía en el espectáculo.

-RODOLFO DI SARLI:
Durante décadas, fue la voz de Titanes en el ring. Cuando a principios de 1962, la dirección del canal 9 argentino, le llamó para hacer las promociones para un nuevo programa de lucha libre en televisión, no podía ni imaginarse, que su popularidad llegaría a límites inimaginables. Rodolfo llegó sin tener ni idea de lucha; pero su profesionalidad, y sus ganas de realizar bien su trabajo, hicieron que rápidamente se estudiase y aprendiera el nombre de todas las llaves, presas, y golpes del mundo del “catch as can”. Desde entonces, y hasta Junio de 2001 (fecha de su muerte), Di Sarli fue uno de los locutores más queridos y reconocidos de su país.

 ANÉCDOTAS TITANICAS:
-La Momia VS David el Pastor. 
En 1973 la Momia ya era uno de los personajes más queridos por el público y había llegado a luchar dos veces contra Martín Karadagián, quedando empatados en ambas. El siguiente rival de la Momia era, por petición popular, otro “top-face”: David el Pastor, un luchador con reminiscencias bíblicas que entraba al ring acompañado de su cayado y una oveja. Martín debía programar ese combate, pero no sabía muy bien a cuál de los dos darle la victoria, ya que tanto la Momia como David tenían el mismo nivel de popularidad. Llegado el momento del combate, los dos luchadores hicieron su entrada al ring y, sorpresivamente, la Momia se acercó a David y le levantó el brazo como señal de victoria. Nadie se esperaba que la Momia cediese el combate ante su rival y todos se preguntaron el porqué. A la semana siguiente, David el Pastor se enfrentaba a la Momia Negra y la Momia (Blanca) salió a defender a David; tras ganar David, este se acercó a la Momia y le puso sobre los brazos una de sus ovejas como muestra de amistad. La emotiva escena culminó cuando ambos luchadores se marcharon juntos, alejándose con dirección a una brillante luz blanca. 

-El Hombre Invisible. 
Martín Karadagián afrontó multitud de combates contra los más variados rivales: los púgiles Primo Carnera y Mono Gatica, un oso de 2 metros o el “Hombre Montaña”. Pero el combate más extraño lo tuvo contra el Hombre Invisible; Martín se batió contra el aire en un combate retransmitido por el comentarista Rodolfo Di Sarli, quien llevaba puestas unas gafas especiales con las cuales podía ver los movimientos de ambos. 

-Pepino el Payaso y el Bersagliere. 
La persona que encarnaba a Pepino, uno de los “faces” de la fundación de “Titanes en el Ring”, también lo hacía con “Il Bersagliere”, un luchador italiano bastante tramposo. Encargado de representar dos gimmick tan dispares, siempre comentaba que acabaría teniendo un problema de doble personalidad. Según decía el mismo; le producía un terrible malestar, el ver las caras de miedo de los niños, a los que anteriormente había hecho sonreír. 

-Identidades de los enmascarados. 
Karadagián era muy celoso de la identidad de los luchadores que combatían enmascarados y trataba de confundir a los espectadores para que nunca la averiguaran. Fue sonado el caso de la Momia, ya que los periodistas empezaron a investigar y desvelaron su identidad en una revista, para gran perjuicio del show. Es por esto, por lo que decidió ir turnando en tiempos, a los luchadores que debían encarnar a los personajes enmascarados.

-Luchando contra el Papa. 
Martín presumió a lo largo de toda su vida, de haber luchado en 1943, contra quien más tarde sería Juan XXIII. Aseguraba que en más de una ocasión, el mismo sumo Pontífice, le había llamado para que le consiguiera localidades para el Luna Park, en una zona “discreta”, donde la gente no reparara en su presencia. Fuera verdad o mentira, Martín aseguraba siempre un buen número de entradas vendidas, adquiridas por parte de religiosos, que aun no llegando a ver jamás al Papa entre el público, salían contentos de haber presenciado una velada de titanes en el ring.

“La carpa de Martín”.
A finales de 1973, y antes del comienzo de la nueva temporada de Titanes en el ring (la primera en el canal 11), el jefe de titanes regresa a la televisión con "la carpa de Martín". El programa se desarrolla en la carpa de un circo, y en cada episodio, se cuenta una historia, recreando la vida de Karadagián, desde que era un niño trabajando como limpiabotas, hasta su comienzo como luchador (interpretando un niño a Martín, que se hacía llamar “Martincito”). Algunos de sus luchadores, encarnaban los diferentes personajes que habitan en los circos: Rubén Peucelle era el forzudo del circo, Ararat era el dueño, Sancho Panza el cocinero, Joe Galera era el domador, Pepino era (obviamente) el payaso, etc etc. Tras cuatro meses en el aire, y tras llegar la hora de comenzar “Titanes en el ring”, el programa de “La carpa de Martín” concluyó, no sin lástima y pena tanto para los integrantes del programa, como para el público en general.

Pionero en merchandising: 
Titanes fue más allá del espectáculo. Fue pionero en técnicas de mercadotecnia que hasta el momento, pocas producciones televisivas podían llevar a cabo. Desde revistas a juguetes, disfraces, camisetas de los luchadores, discos con las canciones de presentación de los titanes, posters, yogures, refrescos, cuadernos para colorear... y un sinfín de productos que, hicieron de titanes en el ring, un gigante mediático, capaz ya no sólo de llenar semana tras semana el Luna Park con sus miles y miles de localidades, aparte del set de televisión donde se realizaban los programas, sino también una máquina de generar dinero, que Karadagián seguía invirtiendo en mejorar su espacio televisivo. 

Películas titánicas: 
Como cada producto exitoso, los titanes y sus aventuras fueron llevados al cine en varias ocasiones.
  • Reencuentro con la gloria (filmada en 1957, estrenada en 1962; con Martín y luchadores de la trupé del Luna Park como protagonistas).
  • Las aventuras del capitán Piluso (1963; Karadagián encarna al malo de turno, mientras el Indio Comanche hace de justiciero).
  • El hombre invisible ataca (1967; Martín y su trupé de titanes en el ring).
  • Titanes en el ring (1973; con la trupé de los primeros años 70).
  • Superagentes y titanes (1983; con Pepino el payaso como liderando la troupe).
  • Titanes en el Ring contraataca (1984; Martín y la trupé de los primeros años 80).

-La Momia blanca y la Momia negra. 
Tras el éxito que supuso la aparición de la Momia blanca, apareció su némesis, "la Momia negra". Experta en artes marciales, la Momia negra, era mala, tramposa, cruel... Era todo lo que no era la momia blanca. Su feudo es paso por paso, clavado al que muchísimos años después, pudieron tener en la WWE, personajes como el Undertaker y el falso Undertaker, o Kane con la aparición de su "clon". Y es que, muchísimas de las historias de la WWF/WWE, parecen calcadas a otras que acontecieron décadas atrás en Titanes en el ring. 
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